Debe ser porque es muy cómodo. O porque fue el mejor manejándolo. Hablar de suspense es pensar en Alfred Hitchcock. En 'Pacto Tenebroso', el alemán Douglas Sirk ('Ángeles sin Brillo', 'Imitación a la Vida') parece querer jugar con las mismas herramientas que dominaba el director de 'Vértigo' e incluso (o eso parece) le llega a homenajear con cierto plano de un inocente vaso de luminosa leche, que el sospechoso marido prepara a su sufrida esposa, para que pueda dormir mejor (las buenas intenciones y maneras, ante todo). Señalar que la película está editada en DVD en España; pertenece a esa colección "Film Noir", de precio tan apetitoso, que más de uno ya conoceréis.
Una cosa que nunca recomiendo es leerse la contraportada de un DVD. Rara vez lo hago y nunca paso de las dos o tres primeras líneas; me da igual, normalmente, de qué va una película, elemento que, me doy cuenta, para muchos es esencial a la hora de decidirse entre varias opciones. En la mayoría de los casos no falla, leer la sinopsis del DVD es enterarse de puntos importantes de la trama que es mejor recibir de sorpresa viendo el film. Pero bueno, allá cada uno con sus costumbres. Es como con los títulos de crédito, que se hablaba el otro día. Independientemente de las razones, lo cierto es que las personas que más respeto sienten por el cine se quedan a verlos; los que menos consideración le tienen, se largan en cuanto pueden. Pero bueno, yo no soy de matemáticas.
'Pacto Tenebroso' ('Sleep, My Love', 1948) comienza con una mujer terriblemente asustada en un tren. Pronto descubrimos que ella creía estar durmiendo en su casa (lógica su reacción) y que no tiene ni idea de cómo ha podido llegar a entrar en el transporte y alojarse en su compartimento. Cuando llega a casa, descubre que, en mitad de la noche, inconscientemente, disparó contra su marido, al que, menos mal, sólo hirió en un brazo. Juntos deciden que lo mejor es que la mujer vea a un especialista, con la esperanza de que su salud mental mejore...
Lo que son los clásicos. En hora y media puede pasar de todo, sin que tengas la sensación de rapidez atropellada; aquí fluye todo perfectamente. Te presentan a un buen número de personajes, te cuentan de todo (una y otra vez), la acción no deja de desarrollarse constantemente y al final te cierran la historia con un fulminante "the end", que te deja unos segundos pensando en todo lo visto. Por eso resulta tan refrescante verlos y volver a verlos, son grandes películas hechas para el público, al que exigen tanto como cuidan.
Quizá, bien mirado, no es reflexionar lo que más le conviene al espectador de 'Pacto Tenebroso'. Quiero decir, la trama, simple y por momentos algo absurda, está muy bien oculta entre la gran realización de Douglas Sirk y las convincentes interpretaciones de todo el reparto. Desde luego, si se rasca, uno encuentra que el "super-plan-maligno" que está detrás de todo flaquea por varios sitios y que algunas reacciones de los personajes no son muy creíbles. Por no hablar de esa imposible boda japonesa donde todos hablan inglés (eso sí, acaba por resultar desternillante que la pareja de recién casados esté deseando ir a la cama y no dejen de retrasarles el momento).
Pero ya digo, no hay verdadero problema. Esto es cine, es magia, es olvidarse de todo por un rato, es entrar en un mundo diferente y que te cuenten una historia que te atrape. Y vaya si atrapa. Sirk se ocupa de que no pienses ni un momento, atándote al asiento de principio a fin, basándose sobre todo en una historia tan tenebrosa como el pacto del título y en una puesta en escena magistral. Destacar también la preciosa fotografía en blanco y negro, llena de contrastes, aprovechada a la perfección para crear ese ambiente de pesadilla, locura y misterio.
El reparto de 'Pacto Tenebroso' está encabezado por Claudette Colbert, Don Ameche y Robert Cummings. Colbert, estrella de sobra conocida por todos, interpreta a la protagonista, una mujer con una gran fortuna cuyo juicio es puesto en duda durante casi todo el metraje, por casi todos los personajes de su entorno. Casi, porque ahí está Cummings, el enamorado, para ponerse de su parte; el actor cumple, pero quizá otro en su lugar podría haber aportado un poco más de chispa y ambigüedad. Ameche encarna al marido, un hombre del que sospechamos desde el primer momento. A través de él y del personaje de Cummings vamos pasando de un film de suspense a uno de cine negro, con mujer fatal, traición y tiroteos incluídos. Como curiosidad, y ya que mencioné a Hitchcock, añadir que Cummings protagonizaría, años más tarde, 'Crimen Perfecto', con una trama algo similar a la que nos ocupa.
En definitiva, un entretenido y elegante film de suspense. Nada del otro mundo, en realidad, pero sí una ración de refrescante cine bien hecho, especialmente si lo ponemos en relación con el actual, cada vez más dividido entre el producto prefabricado para hacer taquilla y el aburrido cine de autor pretencioso. Ya, quizá me he levantado pesimista; no he dormido mis doce horas.