Que no, que no, que no estoy de cachondeo, ni he bebido más que de costumbre, según informan en El Periódico de Aragón, un estudio universitario afirma que casi la mitad del público español (un 47,6% de los encuestados) rechaza el cine español por estar dirigido a una élite cultural, es decir, por ser demasiado intelectual.
Hasta aquí no sabía muy bien si reír o llorar, pero después de continuar leyendo los resultados de este sondeo, creo que mejor me voy a decantar por lo segundo, aunque sólo sea un poquito.
La mayoría de los españoles quieren ir al cine para entretenerse y vaciar su cerebro de preocupaciones, por eso prefieren las películas hechas en EEUU. Y yo me pregunto ¿Por qué entretenerse siempre está relacionado con no pensar ni lo más mínimo? ¿No es más entretenido un poco de estimulación cerebral? Aunque quizá el cine español tampoco sea el más adecuado para ello en la mayoría de los casos...
Pero mejor sigamos, que esto no tiene desperdicio. Más de la mitad de los encuestados cree que el cine español es mediocre o nada interesante, y un 11% considera que carece de interés alguno para el público en general ¿Pero no habíamos quedado que era muy culto? ¿Culto es sinónimo de mediocre? ¿La cultura carece de interés? ¿Hace falta calidad para simplemente vaciar nuestros cerebros de preocupaciones?.
Para confundirnos un poco más, los 1.500 entrevistados afirman que el motivo principal por el que no ven cine español no es ni el exceso de ilustración, ni lo malas que son en general sus películas sino la falta de información sobre las mismas. (De algo parecido ya nos había hablado hace tiempo mi compañero Antonio Toca).
Ocho de cada diez encuestados acuden al cine con frecuencia (la mayoría tienen entre 18 y 29 años) y un 66% elige en primer lugar una producción estadounidense. Entre todos ellos un 69,3% le gustaría ser consultado sobre las subvenciones públicas que recibe el cine español a través de los impuestos y un 35% las rechaza totalmente.
Resumiendo: El cine español produce dolor de cabeza a la mitad de los españoles que prefieren evadirse de sus preocupaciones con un film, como perfecto sustituto de las típicas cañas de media tarde. Además carece de virtudes y es poco atractivo, pero en realidad no vamos a verlo porque no nos bombardean con promociones al estilo Piratas del Caribe.
Es decir, hace falta invertir mucho más en publicidad, evitar cualquier cosa que huela a cultura y mejorar la calidad, aunque quizá esto último no deja de ser un mal menor, con dedicarnos exclusivamente al primer y segundo punto seguro que es suficiente para levantar la taquilla española.
¡Pero cómo está el patio!
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