Primero. 'Ocean´s Eleven' es una de las pocas películas que demuestran que un remake puede ser superior al original. Con un guión cuasi perfecto lleno de sorpresas muy efectivas y bien explicadas, destila estilo por todas partes. Una gozada de principio a fin, que merecidamente obtuvo un éxito de taquilla, claro que con ese espectacular reparto era bien fácil.
Segundo. 'Ocean´s Twelve' fue recibida con los brazos abiertos por todos aquellos que admiramos la primera entrega, pero hay que reconocer que no le llega a la altura de aquélla. No obstante una buena película, muy entretenida, quizá con demasiados chistes privados, pero muy llevadera gracias al reparto, que se nota se lo pasaron en grande por Europa. La simpleza de su argumento, a pesar de alguna sorpresa bien metida, era su granproblema.
Tercero. El argumento de 'Ocean´s Thirteen' nos lleva a nuestros chicos reunidos de nuevo para dar otro espectacular golpe, concretamente en un casino dirigido por un tío sin escrúpulos que ha timado a uno de la banda. Esta vez es el trabajo es por venganza. No hay más.
Cuarto. Si en la segunda entrega uno podía quejarse de lo simple que era su historia, aquí es todavía más exagerado. Más que una historia parece un esquema de dicha historia, en la que por cierto se apuntan cosas interesantes que no son aprovechadas ni lo más mínimo. Por ejemplo, el hecho de que nuestros ladrones preferidos estén un poco mayores para el moderno mundo que nos toca vivir donde todo está controlado digitalmente. Un personaje secundario lo define a la perfección con una frase muy inteligente: "Sois ladrones analógicos en un mundo digital". Dicha propuesta podría haber dado para muchísimo más.
Quinto. A nuestros amigos de Emebelezzia se les caerá la baba ya que todo en esta película, siguiendo perfectamente la tónica de las dos anteriores, es lujo, las cosas más caras desfilan por ella. Atención al último modelo de teléfono móvil Samsumg, totalmente inaccesible para el 99% de la humanidad. Glamour, chicas y chicos guapos, Las Vegas, apuestas millonarias, cochazos, y todos trajeados. Así es el mundo de los chicos de Danny Ocean y aquel que no lo envidie al menos un poco es que no tiene sueños.
Sexto. Los actores de las tres entregas se lo pasan pipa repitiendo sus papeles, aunque una vez más todo el mundo parece desaprovechado, no explotando ciertas posibilidades del argumento que tiene que ver con el personaje de Matt Damon. Todos son tratados de pasada, dando por hecho que nos los concemos de sobra. Pero aún así, hay ciertas cosas que echamos en falta, como una mayor profundidad en alguno de ellos. Elliot Gould y Don Cheadle como si no salieran. Y Andy Garcia que aquí cambia de bando, pues lo mismo que en la segunda entrega, sale muy poco.
Séptimo. Las nuevas incorporaciones son el mítico Al Pacino y la morbosísima Ellen Barkin. De nuevo personajes desaprovechados. El primero podría haberse lucido más como ese director sin sentimientos y sin escrúpulos capaz de pisar a cualquiera y comprar a cualquiera para obtener el reconocimiento público. La Barkin con un papel muy tópico y en el que se explota poco la sensualidad de la actriz, que cómo está la tía a sus 53 años. Pa mojar pan y otras cosas.
Octavo. A pesar de todo eso, que son problemas de un guión que debió ser escrito en cinco minutos, o tal vez ni escrito, los actores están todos bien, destilando simpatía y buen hacer por todos lados.
Noveno. Se echa en falta un personaje femenino con cierta importancia, de mayor peso que el de Ellen Barkin, quien por cierto ya aparecía en la segunda parte, pero Soderbergh eliminó su intervención del montaje final. No es que la película haya querido explotar otro camino centrándose en personajes masculinos, es que se nota a leguas que Julia Roberts tenía que estar aquí. Aunque parezca mentira, el film cojea bastante por ese lado.
Décimo. Evidentemente nos encontramos ante una película muy entretenida gracias a la labor de Steven Soderbergh, a quien afortunadamente no le da por hacer experimentos. Una buena dirección, llena de energía y dinamismo logran salvar la papeleta de su endeble historia. Uno sale del cine con la sensación de haber pasado un buen rato, aunque a la media hora se olvida. Y todo lo relacionado con el golpe en cuestión es como demasiado fácil, y apenas hay suspense y emoción, dos virtudes de la primera entrega.
Undécimo. Es probablemente la entrega con más referencias cinéfilas de la saga. Los chistes sobre Frank Sinatra están muy bien metidos, aunque me pregunto por qué no fueron incluidos en las otras dos películas, lo cual hubiera sido más lógico. Musicalmente también hay esas referencias, como por ejemplo la utilización de 'Lara´s Theme', que Maurice Jarre compuso para 'Doctor Zhivago', indudablemente una de las mejores bandas sonoras jamás compuestas, sobre la que además circula una divertidísima historia que atañe a las especiales circunstancias en las que Jarre compuso dicha música.
Duodécimo. Uno de sus apuntes argumentales, también poco explotado, habla sobre los viejos tiempos, de cuando los casinos de Las Vegas eran más pequeños pero parecían enormes. Se habla de ello con cariño y profundo respeto, quizá con la intención de decir una vez más que cualquier tiempo pasado fue mejor. En lo que a mí respecta, y cinematográficamente hablando, no tengo ni la más mínima duda.
Décimotercero. Esta película pone fin a la sociedad de Steven Soderbergh y George Clooney, quienes ahora seguirán cada uno por su lado. Pero la idea de un 'Ocean´s Fourteen' no es descabellada, sobre todo si tenemos en cuenta la manera que tienen todos de despedirse. Espero sinceramente quer no sea así, y que se retiren dignamente, ya que salvo la primera, estas películas corren el riesgo de permanecer en el olvido al poco de consumirlas.
Aparte de todo esto, ahora me dispondré a ver 'Tideland' a ver si Terry Gilliam sigue en plena forma, o también le da por experimentar, y al igual que Soderbergh en algunas de sus películas (que no en ésta), hacernos sufrir.
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