Ya en julio di una serie de títulos de películas y dije por qué estaban mal traducidos. No me refería a esas decisiones que toman las distribuidoras, por las cuales titulan al film con algo que no es una traducción directa del nombre original. Sino a las malas traducciones que se deben a que la persona que hizo la traducción o bien no dominaba perfectamente el idioma o bien no conocía todo lo necesario la cultura del país de origen del film.
Blog sobre traducciones mal hechas.
Daré algunos ejemplos más de películas con títulos o frases famosas que no significan lo que el del original:
La expresión ‘Hidden Agenda’ en inglés significa algo como tener segundas intenciones, unas intenciones ocultas y, generalmente, aviesas. La película ‘Hidden Agenda’ (1990), de Ken Loach, se tradujo aquí con el torpísimo y absurdo título de ‘Agenda oculta’. En el film, nadie tenía una agenda, lo que ocurría era que el gobierno había dado una falsa información sobre un atentado, con la intención — secreta y traicionera — de templar los ánimos. La única posibilidad es que, como en tantos términos políticos y económicos, se haya adoptado el anglicismo y haya gente que lo utilice en español traducido literalmente, pero incluso de ser así, sería incorrecto. Similar es el caso -- que alguien mencionó en los comentarios del otro artículo -- de ‘Cortina rasgada’ (‘Torn curtain’, 1966) de Alfred Hitchcock, que en realidad se refería al telón de acero.
'Homicidio', de David Mamet, viene de 'Homicide' (1991), lo cual se refiere más a menudo a “departamento de homicidios” que a “homicidio”. El término que más habitualmente se utiliza en inglés para designar un “homicidio” es “manslaughter”. “Homicide”, aunque además de al departamento se pueda aplicar al delito, prácticamente no se utiliza con este significado. El título original del film tenía la intención de reflejar la confusión que sufre el propio protagonista de la película y utilizar dos sentidos de “homicide”, el de “departamento de homicidios” y el de “homicidio”. Sin embargo, la traducción se ha quedado sólo con uno de los dos sentidos y ha perdido ese juego de palabras. En mi opinión, puestos a quedarse sólo con una de las dos acepciones, la más cercana al contenido de la película sería la de “departamento de homicidios”. Es cierto que suena más vendedor el título que se le dio en nuestro país, pero al mismo tiempo, contribuye más a la decepción que supone el final de la película donde se ve que de lo último que iba el film era de un caso de asesinato. Por lo tanto, el título español es engañoso. Sé que el juego no se podría haber mantenido, no había traducción posible con los dos significados. Pero, ya que no había más remedio que elegir, considero que la elección ha sido errónea. Y más aún, sospecho que probablemente no fue cuestión de escoger mal, sino de que desconocían que el empleo más habitual de “homicide” en el habla de EE. UU. es el del departamento policial. En otro film posterior y mucho peor de calidad, la persona que hizo la traducción sí tenía más calidad y supo qué quería decir este término: ‘Hollywood Homicide’ (2003), de Ron Shelton, sí se tradujo como debía ser: ‘Hollywood, departamento de homicidios’.
Existe una frase que no es un título, pero que se ha quedado tan marcada en el inconsciente colectivo que probablemente nadie aceptará que se diga que está mal traducida. Se trata del perínclito “Teléfono, mi casa” de ‘E. T.’. Obviamente, lo que decía el bichejo en el original no era “teléfono”, sino “llamar”. “Phone”, además de un sustantivo, es el infinitivo del verbo “telefonear”. “Phone home” está bien dicho en inglés, no le faltan palabras entremedias, a lo mejor al principio un “I want to…” o “I need to…”, pero como abreviación no tiene defectos gramaticales. Sin embargo, ese “teléfono mi casa” era tan incorrecto que nos hacía muchísima gracia y quizá esto le benefició al alienígena para que nos cayera más simpático. “Llamar a casa” debería ser lo que se hubiera dicho en la traducción. Como adelanté en el artículo anterior, a veces estas malas traducciones suenan mejor que una correcta o, por lo menos, nos hemos hecho a ellas. Pueden leer más sobre la traducción de E. T. aquí.
Y, perdón por repetirme, pero diré de nuevo parte de lo que expuse en la entrada en la que decía que el doblaje se hacía bien y las traducciones para los doblajes, mal: Evidentemente, me diréis que lo haga yo, que es muy fácil criticar sin hacerlo una misma, que me meto con una cosa que no conozco… Tendréis razón, pero también es verdad que quien traduzca un guión tiene una responsabilidad. Personas que desconocen cosas bastante básicas como las que he mencionado en éste artículo y en el anterior, no deberían estar haciendo el trabajo de profesionales y cobrando por ello. Y, si lo hacen, al menos debería haber alguien que supervisara su trabajo y corrigiera lo que hacen mal.
Con las decisiones de cambiar los títulos que toman las distribuidoras, muchas veces, estoy de acuerdo, por ejemplo ‘Rear Window’ (ventana trasera) está mucho mejor como ‘La ventana indiscreta’. Estoy de acuerdo porque respetar la intención del autor original en una traducción no siempre pasa por ir a lo literal. Lo que en un país tiene sentido para todo el público, en otro puede no significar nada. Y respetar la intención del autor consiste en buscar el equivalente que haga el mismo efecto en los espectadores — lectores o receptores del medio que sea — de donde se presenta la versión traducida. En muchos otros casos, como el flagrante ‘Rosemary’s Baby’ traducido por ‘La semilla del diablo’ estoy muy en desacuerdo, especialmente porque te está desvelando cosas de la película.