El próximo Viernes se estrena entre nosotros esta película que yo ya pensaba que la editarían directamente en dvd. Lamentablemente no ha sido así. Se trata de la ópera prima del mítico agente Mulder, David Duchovny, que se estrena en la dirección de largometrajes con un guión propio.
Cuenta como un hombre que vive en Francia con su familia, hace memoria de su infancia en Nueva York, y de cómo su relación con su madre, con un retrasado y con una mujer que está en la cárcel, marcaron su personalidad y prácticamente su futuro.
En esta primera aventura cinematográfica para Duchovny, y "desventura" para el espectador se ha rodeado de amiguetes; en primer lugar él mismo se reserva el papel del personaje principal cuando éste es mayor y lo hace tan sosamente como en la serie de televisión que lo hizo famoso, 'Expediente-X', aunque el personaje de Fox Mulder estaba definido de forma muy atractiva. Cuando la película narra la parte de su infancia, el actor es Anton Yelchin, y la verdad anda un pelín perdido; el papel de su madre está interpretado por la preciosa Téa Leoni, por la cual yo siento una enorme debilidad, y que en la vida real está casada con el mismo David Duchovny, o sea, que todo queda en casa; verla a ella es lo único que vale en el visionado de esta cosa. El papel de retrasado corre a cargo de Robin Williams, un actor que cuando quiere es muy bueno, y cuando no le sale, es muy malo, como en esta ocasión, haciendo muecas todo el rato en un personaje que es inútil y resulta literalmente INSOPORTABLE. También sale Frank Langella interpretando a un cura y protagonizando los momentos más ilógicos, surrealistas y tontos que yo haya visto en mucho tiempo. Pero el verdadero estropicio viene perpretado de la mano de su guionista y director, David Duchovny, que ya había quionizado y dirigido algún episodio de 'Expediente-X', pero que debió de olvidar cómo se hacía.
Todo está torpemente realizado, desde la narración, remarcada por un montaje de principiante perdido, hasta la dirección de actores que desde luego no es el fuerte de Duchovny. Con delirios de gran drama se nos presentan unas situaciones totalmente ridículas por estar mal explicadas, al descuidar unos personajes nada dibujados y matizados, y cuyas motivaciones son ilógicas, porque se nos ocultan datos, como si tuvieramos que adivinarlos, cosa que estaría bien, si Duchovny entendiera el significado de la palabra "sutileza".
Yo creo que quedó realmente tocado en una de sus abduciones televisivas; que se lo lleven de nuevo, porque nos ha intentado colar un verdadero despropósito, inaguantable e imperdonable. Un absoluto bodrio.