Anoche caí en la tentación y recalé en Cosmopolitan TV para ver un episodio repetido de Betty. Después empezó Surf Girls, de estreno, y me quedé a ver qué nos ofrecía la serie más allá de lo evidente (lo que os imagináis viendo la imagen que ilustra la entrada). La sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que era peor de lo que parecía.
A los tópicos convencionales de este tipo de producciones se le unen en Surf Girls unos guiones horrendos con unos conflictos mal desarrollados y con unos giros más que previsibles. Pero sin duda el horror máximo llegó cuando la atormentada surfista pobre se enfrentó a una ola descomunal que parecía habérsela tragado pero no, logró salir sana y salva gracias al Photoshop. De repente, en medio de la ola insertaron con un efecto lamentable la figura de la chica sobre la tabla mal recortada y todo. Una tomadura de pelo.
Fue entonces cuando pensé que si esta serie fuera española no habría llegado a emitirse y de haber aparecido en algún canal nos habríamos llevado las manos a la cabeza. Muchas veces nos dedicamos a afirmar tranquilamente que la ficción internacional es mejor que la nacional y ese argumento, en términos tan absolutos, se va al traste cuando aparece algo como Surf Girls, por ejemplo, o como Beautiful People, que también emitió Cosmopolitan TV. La lista es inmensa pero nos olvidamos de ella a menudo y sólo nos quedamos con los referentes más obvios. Claro que hay obras maestras en la ficción americana, pero no es oro todo lo que reluce. Quizá la pregunta sea si hay obras maestras en la ficción nacional. Hagan sus apuestas.
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