Hace unas semanas, ‘Stargate Universe‘ dijo adiós para siempre. Después de dos temporadas en antena, la cadena Syfy decidió cancelarla debido a la baja audiencia y a la casi nula repercusión que ésta había tenido. Esto ya se sabía desde hace meses, mucho antes incluso de emitir la última parte de la segunda temporada. Quizás por esto muchos nos esperábamos un final cerrado y por todo lo alto para una historia que, lejos de ser perfecta, entretenía lo suficiente como para dedicarle una hora cada semana.
Nos equivocábamos. Parece ser que, pese a tener tiempo entre medias para “parchearlo”, los responsables de la serie decidieron terminarla con un cliffhanger que no resuelve nada y deja en el aire más de un arco argumental. En teoría, lo hicieron así porque de aquella aún no se sabía nada y en el peor de los casos se esperaba una película con la que cerrarlo todo. Una película que, como comentamos no hace mucho, nunca verá la luz después de que hayan decidido parar la franquicia por un tiempo.
Los drones, unos malos malísimos que no estuvieron a la altura
Uno de los principales problemas que le vi yo a esta segunda temporada fue la entrada en escena de los drones como los enemigos de la tripulación de la Destiny, para mí poco creíbles y no tan terribles como querían hacernos ver. A lo largo de los capítulos vimos cómo estos robots seguían a los protagonistas allá por donde iban y estos conseguían deshacerse de ellos, pero todo cambia cuando estos se apostan en los planetas donde supuestamente la nave debe parar a conseguir suministros.
¿Y ahora qué? Pues nuestros chicos idean un nuevo plan: cambiarán por completo su ruta, saltando a otra galaxia distinta que no esté poblada de drones. Pero esto trae dos consecuencias importantes: la primera es que, como esto va a llevar su tiempo y apenas tienen suministros, los pasajeros de la nave deben introducirse en unas cápsulas y permanecer allí un tiempo. Y, el segundo, es que con este salto imprevisto se alejan, aún más, de la Tierra.
Eli, el protagonista
Eli es el gran protagonista del capítulo y, para mí, también de toda la serie. Su evolución ha podido verse a lo largo de los capítulos: de ser un joven un vago y sin aspiraciones a estar dispuesto a dar su vida por salvar las de sus compañeros. Porque claro, no todo es tan fácil como parece, y a la hora de la verdad una de las cápsulas falla y alguien debe quedar fuera. Eli es el que se presenta voluntario. Debe arreglar la cápsula en unos días o abandonar la nave (lo que implicaría un suicidio, ya que no hay a donde ir), porque los recursos son escasos y la vida del resto depende de ellos.
¿Qué pasa al final? No lo sabemos. La serie termina con Eli, solo, en la terraza de la Destini, mirando al espacio y feliz. El resto de sus amigos acaba de entrar en las cápsulas y su futuro está más que en el aire, pero él está feliz porque ha vivido. Ha visto cosas que nunca habría creído ver y por primera vez se ha sentido útil y de ayuda para los demás. Tanto que, al final, está dispuesto a dar su vida para garantizar la de ellos. ¿Conseguirá sobrevivir? Eso ya no lo sabremos.
Un final calmado
Si tuviera que elegir dos escenas del último capítulo, no dudaría. La primera de ellas serían los ocho personajes principales cenando antes de entrar en las cápsulas. Después de todo lo que han pasado, y de lo incierto que es su futuro, comparten una conversación alegre y distendida. Se les ve relajados, en gran parte resignados también y conscientes de que no pueden intervenir en lo que pase desde ahora en adelante.
Y, la segunda, serían los últimos segundos del episodio, con todas las luces de la Destiny apagándose poco a poco y con Eli en el balcón de la nave mirando alegre, satisfecho y feliz el espacio que les rodea. Todo ello, como podéis ver en el vídeo que adjuntamos a continuación, con una gran banda sonora que ayuda a que el espectador se enfrasque aún más en el ambiente de calma y resignación. Resignación a un destino en el que ellos son simples pasajeros, con poco que decir.
No fue un final espectacular. No hubo grandes batallas ni grandes efectos especiales, simplemente vimos a los tripulantes de la Destiny aceptar lo que se les venía encima y lo que no les quedaba más remedio que hacer para sobrevivir. El final fue íntimo, poco visual y lleno de despedidas. Despedidas entre ellos y también con la gente que les espera en la Tierra, ya que nadie sabe cómo va a acabar todo y si volverán a verlos algún día.
Una segunda temporada diferente
Supongo que no habré sido la única en notar el cambio de tono entre la primera y la segunda temporada. Esta última me pareció más oscura, más mística que la anterior. La entrada en escena de algún tipo de “ser superior” y de conceptos como el alma (en el capítulo en el que aparecían proyecciones de la gente que había fallecido en la nave, por ejemplo) contribuyeron a crear esta atmósfera. En mi opinión, con detalles como éste se perdió un poco el encanto que había tenido la serie en su primera temporada.
Entonces, ¿un final a la altura o no?
Resumiendo, ‘Stargate Universe’ tuvo un final tranquilo y posiblemente complaciente para muchos, aunque quizás se esperaba más. ¿Un final abierto? Pues sí, con muchas de las incógnitas ya planteadas sin cerrar y un nuevo arco argumental comenzando. ¿Estuvo a la altura? Quizás, pero yo me esperaba más y que, desde luego, no lo dejaran todo en el aire. Eso sí, las escenas emotivas con los personajes despidiéndose merecen la pena. Para los espectadores, el viaje de la Destiny ha terminado definitivamente, pero para sus pasajeros aún queda mucho por recorrer. El problema es que nosotros no podremos verlo.
En ¡Vaya Tele! | Syfy cancela ‘Stargate Universe’
Ver 17 comentarios