BBC parece haber comenzado el año con bien pie, y el primer serial del año así lo demuestra. La semana pasada BBC emitió ‘Public enemies‘ una miniserie de tres episodios de una hora de duración escrito por Tony Marchant, escritor que se está especializando en miniseries y que su última obra fue ‘Postcode’ para el canal infantil de BBC (CBBC).
‘Public enemies’ nos narra la historia de Eddie Mottram (Daniel Mays, ‘Outcasts’), un exconvicto que acaba de salir de prisión tras cumplir una condena de diez años por matar a su novia. Su reinserción en la sociedad será supervisada por su agente de la condicional, Paula (Anna Friel, ‘Pushing Daisies’), quien hace poco acaba de reincorporarse al trabajo tras una suspensión por la cadena de errores que llevó a que un ex-convicto bajo su tutela volviera a asesinar. Paula está decidida a no repetir los mismos errores con Eddie, aunque su visión del sistema es algo más cálida y humana que las frías normas que determinan un nivel de “riesgo” para cada exconvicto.
El mundo contra Eddie Mottram
Con esta premisa uno espera cualquier historia, dado que se presta a muchas interpretaciones: desde un drama criminal de acción hasta una historia romántica, pero aquí Marchant prefiere indagar en el hecho de "“ex convicto se reinserta”" y contar esa historia. Y es que en ‘Public Enemies’ vemos a Eddie intentar retomar su vida: encontrar trabajo, poder emanciparse pronto de la pensión para ex convictos, retomar su relación con sus amigos y la familia que le queda… pero pronto ve que no todo es cómo lo dejó hace diez años y que, por más que lo intente, la libertad no es cómo se pinta.
Esto causa en Eddie una profunda frustración: se ve impotente, incapaz de seguir adelante soportando todo ese tipo de miradas acusatorias de sus conocidos, de los desconocidos y el acoso y derribo del sistema de reinserción. Paula, aunque comprende muy bien las inquietudes de los ex-convictos a su cargo y haría todo lo posible para ayudar, prefiere mantenerse prudente y plegarse a sus órdenes.
Planteamiento que desencadena en confrontamientos a todos los niveles sobre todo a partir de la revelación de Eddie, al final del primer episodio, de que es inocente. Él no mató a su novia y solo se declaró culpable por consejo de su abogado, ya que todas las pruebas apuntaban hacia él y declararse inocente solo complicaría las cosas.
Y es que es tras ese momento, ya en el segundo acto de la historia, cuando Tony Marchant saca toda su artillería y demuestra que es un absoluto maestro del drama. Ya apuntaba maneras en el primero, pero es en el segundo donde vemos algunos de los mejores momentos de la serie, los mejores y peores rostros de Eddie y Paula en esa lucha por sus intereses.
De enemigos y amigos
La fuerza de ‘Public Enemies’ radica en su magnífico guión y, sobre todo, sus excelentes actores ya que tiene un reparto bastante acertado y creíble. Dudo mucho que haya demasiados actores capaces de interpretar de forma tan precisa los papeles que le son encomendados y, además, clavar las largas líneas de diálogos que van desde el confrontamiento más enervado hasta las conversaciones triviales pero algo nerviosas. Daniel Mays está completamente enorme en su papel de exconvicto que vuelve a la sociedad completamente reprimido. Y todo esto sin desmerecer al resto de los grandísimos intérpretes de la miniserie.
En definitiva ‘Public Enemies’ es un gran drama, una miniserie muy intensa que te atrapa por completo prácticamente desde el minuto uno. Tony Marchant firma un guión brillante al que me cuesta ponerle algún pero importante. Desde las situaciones que se dan, hasta cuando vemos la visión de los padres de la chica fallecida, todo en la serie parece pasar de modo tan natural que uno parece estar viendo un caso real. Toda una exploración de la complejidad de una premisa como esta, protagonizada por personajes muy complejos y que se muestra de una forma clara y concisa en una miniserie que, sin ninguna duda, recomiendo.
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