Con el final de 'Cuéntame cómo pasó' tras 23 temporadas en TVE, se va un gran pedazo de la ficción española. No solo del siglo XXI, sino también de la historia. Una despedida a la familia Alcántara que ha arrasado en audiencias, demostrando el cariño por parte del público.
Y es normal que durante estos 22 años de grabaciones se haya tenido más de uno y dos incidentes y rencillas entre los guionistas (sobre todo si hay cambio de guardia) y los actores principales de la serie, que llevan todo este tiempo interpretando (y mimetizados) los personajes. Toda una lucha de poder reconocida tanto por unos como por otros.
Famosas fueron las polémicas declaraciones que Imanol Arias, Antonio Alcántara en la serie, realizó el año pasado en el programa de Mercedes Milá, 'Milá vs Milá'. En ella, el actor leonés consideraba que "los nuevos guionistas no tienen ni idea" de cómo son las cosas:
«Con los nuevos guionistas tengo que empezar de cero, porque no tienen ni idea. Vienen a reinventar, y ahora mismo estoy en una especie de guerra. Les digo: 'Esto no me lo toques, esto es así. ¿Quién ha escrito esto?' Estoy un poco rebelde, pero como un viejo rebelde. ¿Qué me van a enmendar a mí la plana?»
La guerra Alcántara
Declaraciones que quisieron "contestar" desde la serie reivindicando a los diversos guionistas que han pasado por ella y su labor: «En 21 años han escrito desde San Genaro algunas de las mejores plumas del audiovisual español», comentaban en la por entonces Twitter.
Pero ese tema volvió a salir a primera plana hace pocas semanas con una entrevista a María Galiana. La querida Herminia aseguraba que, como actores, tenían que «leerles la cartilla» a los escritores y que, en alguna que otra ocasión, ha tenido que «ir corrigiendo» en función de lo que consideraba ella que tenía que ser su personaje:
«Cuéntame se ha hecho siempre con lecturas comparadas de todos los intérpretes con los guionistas. Y les hemos leído la cartilla a los guionistas no solamente yo, sino los demás. Ha habido veces que nos ha costado más trabajo porque ha habido guionistas bastante testarudos que no entendían lo que nosotros hacíamos. Y yo, con perdón de los venezolanos, he dicho muchas veces: 'Esto no lo podemos hacer, porque esto es un culebrón venezolano, esto no es Cuéntame'. La idea que los protagonistas, sobre todo la familia, tenía de lo que era Cuéntame siempre se ha impuesto siempre, y es lo que nos ha hecho perdurar. Porque si no nos hubiéramos ido a la porra en tres o cuatro años, o menos.»
Cuchillos por la espalda
Algo que no pasó desapercibido en el gremio de guionistas... tanto propios como extraños. Más destacable fue la declaración del recientemente fallecido Eduardo Ladrón de Guevara, en una charla organizada por el sindicato de guionistas ALMA. En ella, el dramaturgo aseguró que esto venía de antiguo y que él mismo los sufría cuando estaba al frente de 'Cuéntame', donde eran habituales los cuchillos:
«En esta serie hubo actores con poca educación. Yo he sufrido mucho porque, en lo que se llama la mesa italiana, nos reuníamos y leíamos los guiones, los actores se convirtieron en los grandes inquisidores.»
Además, advierte que la lucha entre unos y otros para fraguar el rumbo de los personajes «provoca inseguridad en el guionista.» Una pelea en torno al guion y a las tramas a seguir que, de hecho, estuvo sucediendo desde el principio de la serie:
«Al principio, debía ser el capítulo tres o cuatro, llegamos a la mesa para leer el guion y una actriz, cuando íbamos a empezar, saca de su bolso un guion que había escrito ella. La actriz se llama Irene Visedo [Inés], y me quedé atónito. Ahí me parece que la productora no actuó bien. Fue la primera vez que los actores se subieron a lomos de todo y así nos fue en muchos momentos. Aparte de lo vejatorio que es, crea un ambiente francamente malo. Jamás le hice un reproche pero siempre que he tenido ocasión, he denunciado este lamentable suceso.»
Consta navegando entre declaraciones a lo largo de los años, que los guionistas y directores estuvieron con pies de plomo con la evolución tanto de la familia en general como del matrimonio entre Antonio y Merche (Ana Duato), sobre todo con las crisis y los periodos de separación que tuvieron. Algo con lo que, confirmaron, los actores no se encontraban del todo cómodos.
Pero no solo había conflictos de intereses y diferencias creativas entre guionistas y actores. También hubo problemas con la productora (Grupo Ganga), con acusaciones de jornadas infernales de trabajo, sin apenas descansos y diversos casos de actores, productores y asistentes siendo despedidos y/o sustituidos de la noche a la mañana.
Famoso es el caso de Pilar Punzano, quien puso una demanda de despido improcedente al descubrir "por la prensa" que ya no interpretaría más a Inés Alcántara, ya que Irene Visedo volvía tras varias temporadas fuera. Algo similar pasó con Celine Peña, la pequeña María Alcántara.
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