Uno de los géneros preferidos de los espectadores es el de las series históricas y de época. Realmente, disfrutamos mucho cuando una ficción de este tipo está bien desarrollada y trabajada con rigor pues, a parte de embelesarnos con tramas y personajes, aprendemos, somos testigos de cómo vivían los individuos en aquella época, sus costumbres, sus formas de relacionarse... y nos llegan a sorprender e interesar incluso los detalles más nimios.
La televisión ha echado mano en muchas ocasiones de un contexto histórico para plantar sus series, pues este marco le ofrece muchas ventajas: acontecimientos reales de interés, historias marcadas por la presión social y cultural, un diseño de producción que invita a evadirse y fantasear... Pero, ¿podríamos hacer una 'Historia de España', un verdadero tratado, contando únicamente con los datos, con lo que nos han mostrado las ficciones que se han producido en nuestro país? ¿Cómo resultaría ese compendio? ¿Habría muchas lagunas, imprecisiones o directamente falsedades? A partir del salto, el inicio de un especial que trata de recuperar las ficciones que, además de entretener han tratado de mostrarnos un poco de nuestro pasado.
Los primeros tiempos
Para empezar, no vamos a hablar de ficción con todas las letras, sino de una serie documental que tuvo mucho éxito y revolucionó la manera de entender las propuestas divulgativas. 'Memoria de España' fue producida por RTVE en 2004 y contó con 27 capítulos en los que se narraba la historia de nuestro país. Con mayores o menores aciertos y/o polémicas son inolvidables aquellas secuencias en las que se recreaba la vida del hombre prehistórico y su complicado y aventurero proceso de aprendizaje, con un gran deseo por ser realistas y precisos, nos dejaron momentos a los que los espectadores no estábamos acostumbrados.
Una de las series que más se han remontado en el tiempo, para ser exactos, hasta la época romana, ha sido 'Hispania, la leyenda'. Producida en 2010 por Bambú para Antena 3, contó con tres temporadas y un total de 20 capítulos. La historia nos traía la conquista del territorio hispano por parte de Roma y cómo un grupo de habitantes de la región, concretamente los lusitanos, luchaban contra ese poder que quería establecerse en sus tierras. Al frente de ellos, la histórica y legendaria figura de Viriato, interpretado por Roberto Enríquez.
Ficción y realidad se confundían en un relato que nos servía para aprender sobre las conquistas romanas y la organización de los poblados de la península. Teníamos rituales, ceremonias, podíamos observar las vestimentas, los utensilios, las relaciones familiares y, por supuesto, la vida en el campamento romano. Como continuación a esta historia, aunque no afecta a la historia de nuestro país y, por ello, no vamos a comentarla en este especial, tenemos 'Imperium', en la que la acción se trasladaba a Roma para centrarse en las luchas de poder entre las familias patricias.
De la Alta Edad Media a los Reyes Católicos
Los dibujos animados siempre han sido un buen lugar en el que exponer y "transformar" hechos históricos relevantes. Con afán divulgativo y de difusión de contenidos interesantes nació 'Ruy, el pequeño Cid' una serie de animación de 26 capítulos, una de esas coproducciones de BRB Internacional y Nippon Animation que tan buenos productos dieron para los niños de la época. Esta serie relataba la infancia ficcionada de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
El contexto histórico que reflejaba era el de la época de Fernando I, que, en el siglo XI había unificado los reinos de Castilla y León, hecho que le supuso arduas disputas con muchos de los nobles. De todas formas, esta serie de 1980 se centraba en las aventuras de Ruy, el niño que quería ser caballero y que no tenía ni idea de en quién se "convertiría".
Mucho más reciente en el tiempo, de 2012, es la producción de la que vamos a hablar. Una serie de Antena 3, producida por Boomerang TV, de escasa repercusión, eso sí, que se llamaba 'Toledo, cruce de destinos' y que estaba centrada en la Toledo de Alfonso X. A pesar de las críticas y de ciertas inexactitudes históricas, personalmente, me gustó que se apostara por una serie que nos traía el siglo XIII, tan convulso e interesante.
La historia nos hablaba del interés de Alfonso X, interpretado por Juan Diego, por traer la paz al territorio peninsular, focalizando este desvelo en la ciudad de Toledo, en la que trataban de convivir tres culturas tan distantes e incluso antagónicas como los musulmanes, los cristianos y los judíos. El contexto de la guerra estaba muy presente y las disputas entre cristianos y musulmanes tenían la mayor parte del protagonismo. En la serie, veíamos la figura de Rodrigo (Eduard Farelo), un guerrero al que el rey nombraba Magistrado Real para tratar de mantener la precaria paz. Además, la organización de la corona y las luchas internas de poder resultaban bastante interesantes, aunque aquí la serie se liaba la manta a la cabeza y hacía su propia versión de los hechos, cambiando las circunstancias filiales de la corona a su antojo.
Una serie que sí ha conseguido ganarse el favor del público por la calidad de sus guiones, entre otras cosas, es 'Isabel' que sufrió un recorrido bastante tortuoso hasta su estreno y de hecho fue "cancelada" antes de la emisión de sus capítulos aunque la buena acogida por parte de los espectadores hizo que los responsables de TVE se animaran a encargar un segunda temporada e, incluso, hace apenas unos días, han confirmado una tercera. 'Isabel' es un ejemplo de buena ficción con un presupuesto limitado y se hace fuerte en sus diálogos y en lo trabajado de los giros de sus tramas.
La historia parte con la coronación de la Reina Católica. A partir de ahí vivimos un flashback que nos lleva a una Isabel niña que ya va tomando conciencia de la responsabilidad que puede depararle el futuro. Gracias a la primera temporada, aprendimos sobre las luchas internas entre las familias nobles que querían colocar a su favorito en el trono (principal importancia la del Marqués de Villena y la de los Mendoza) y vivimos la complicada ascensión al trono de Isabel, todo un "culebrón" en el que sus hermanos: Enrique IV y el infante Alfonso son protagonistas primordiales.
Para cerrar este bloque, hablaremos de una serie de 1990 a la que, personalmente, recuerdo con muchísimo cariño y que seguía fielmente en cada una de sus emisiones. Se llama 'Réquiem por Granada' y era una coproducción con Italia, una joyita de tan sólo ocho capítulos. Esta serie nos traía un punto de vista diferente y, por tanto, un interesante enfoque: Boabdil, el último rey musulmán del Reino de Granada (ya sabéis, el de: "No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre") recuerda su vida y los acontecimientos que llevaron al pueblo musulmán a perder el territorio granadino y, por tanto, los últimos vestigios de Al-Ándalus.
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