Una boda es un escenario perfecto para poner sobre la mesa todas las armas que 'Girls' sabe jugar. Este acto social tiene una doble y terrible cara. Supone un evento muy deseado por algunos pero, al tiempo, tiene una carga de responsabilidad y perfección que altera los nervios de más de uno de los que deciden pasar esta prueba de fuego.
Para las relaciones de las 'Girls' el capítulo de arranque de su quinta temporada no podía estar mejor elegido. La boda de Marnie, con su celebración en el campo, su corona de flores, sus velas, sus damas de honor... Todo es demasiado suculento para que no salte por los aires y, acto seguido, se vuelva a componer.
"Sois todas unas zorras"
Los egos están en juego en un capítulo en el que la protagonista no puede ser más infeliz. Tiene una maquilladora que estuvo en la boda de los Bush, ha hecho una selección de peinados y looks que se pueden ver en su iPad, hace una "fiesta" previa sólo para chicas... Marnie es más superficial y tirana que nunca, pero, a la vez, como nos pasa tantas veces con esta serie, vemos su vulnerabilidad y eso nos hace quererla.
De una manera más o menos consciente, todos a su alrededor parecen boicotear la ceremonia. Empezando por Hanna, claro está. Su actitud pasivo-agresiva es un buen ejemplo de los celos que despierta la supuesta felicidad de su amiga, a la que le hubiese encantado contar que Desi es el hombre que más veces se ha prometido del mundo.
Eso sí, a pesar de apretar las clavijas de los personajes, 'Girls' siempre acaba aflojando y tenemos un bonito final de capítulo, sin lluvia, con peinados naturales y sin maquillajes de museo de los horrores. Un momento relajado antes de que se desate la verdadera tormenta, y es que Adam y Jess, sí o sí, van a empezar una relación, y ya sabemos cómo puede reaccionar Hanna o, más bien, ya nos imaginamos cómo puede reaccionar.
En ¡Vaya Tele! | Los desnudos de 'Girls' y otros clichés de series a superar
