Los programadores de televisión son humanos y como tales se confunden. Eso es lo que pasó en telecinco después del atracón de Fernando Alonso-cerca de 5 horas de Formula 1, retransmisión, entrevista y demás-. Estaba previsto que emitierán el capítulo 16 de Aída. Pero comenzaron con un capítulo repetido, la resaca de la F1 pasa factura. ¿Qué hacer en ese caso? Pues publicidad y comenzamos otra vez, pero con el correcto. Sin ninguna explicación. Vale, ya está todo correcto. Regresa la publicidad con apenas 3 minutos de capítulo correcto emitido. Algo pasa, la publicidad inexplicablemente no tiene sonido. Casi 5 minutos de anuncios en prime time (¡con lo que debe valer eso!). Al fin, lo solucionan. De nuevo, sin ninguna explicación. Pero esta vez los afectados no son los telespectadores, pero si los anunciantes.
No es serio que esto suceda. Al menos sin ninguna aclaración, al menos la pantallita “disculpen las molestias”. Recientemente ya sucedió algo parecido en el estreno de CSI: Nueva York en el que el programador se columpió y puso el tercer capítulo en lugar del primero.
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