A lo largo de esta semana he tenido oportunidad de ver la miniserie "El Triángulo de las Bermudas" (The Triangle), miniserie producida por Brian Singer y Dean Devlin para SciFi Channel y que fué emitida con notable éxito por Cuatro hace unas cuantas semanas.
Tenía ganas de verla: la historia prometía (qué queréis, a mí todo eso de los "misterios sin resolver" me gusta), actores reconocibles, una buena acogida de la audiencia... Pues bien, ¡menudo tostón!. No puedo por menos que estar de acuerdo con algunos comentarios que ya lo advertían. ¡Qué tostón! ¡Qué mal hecha!
La serie tenía mimbres para ser una buena historia: el misterio del triángulo de las Bermudas, un millonario que pone dinero para contratar un equipo de expertos para resolverlo... en fin, que podría haber tenido su intríngulis. Y, sin embargo, el resultado es un bodrio insoportable. El guión es de risa, la trama absurda e incomprensible, los actores mediocres, los efectos digitales torpes. El producto está mal planteado, y mal ejecutado. Hacía mucho tiempo que no perdía el tiempo tan miserablemente delante de la televisión.
Realmente, The Triangle es un telefilm más propio de las sobremesas de fin de semana que una serie de culto para recordar. Eso sí, tiene una utilidad clara: hacerte notar la diferencia entre un buen producto televisivo y un mal producto televisivo. Que uno se acostumbra a 24, Perdidos, Anatomía de Grey o Prison Break y se piensa que todo el monte es orégano...