Echando la vista atrás, uno se sorprende del cariño que se le puede coger a una serie como 'El Ministerio del Tiempo'. Y eso que he tenido mis más y mis menos con ella y de hecho he estado a punto de dejarla en el cajón por algún tiempo. Pero no me resisto a sus encantos y tenía ganas de su regreso. Tras un breve descanso, con la decisión de dividirla en dos partes, el pasado lunes 18 volvió a La 1 de Televisión Española la tercera temporada de 'El Ministerio del Tiempo'.
'Tiempo de censura' nos lleva a los años 60, un periodo en el que la dictadura de Franco vivió un momento de cierta apertura, desarrollo económico y búsqueda de prestigio internacional. En el caso que nos ocupa a través del cine. La patrulla, formada en esta ocasión por Pacino (Hugo Silva), Alonso (Nacho Fresneda) e Irene (Cayetana Guillén-Cuervo) tiene la misión de hacer que el órgano censor apruebe 'Viridiana', la joya de Luis Buñuel ganadora de la Palma de oro en Cannes 1961.
Si este episodio tiene un nombre propio ese es el de Irene. Aunque no es la primera vez que la patrulla, ella incluida, viaja al pasado reciente de España, en esta ocasión vamos a su época. La veterana agente se topa de bruces con su familia y (ex) marido, los cuales la rechazan por ser lesbiana y, además, en el caso del marido, por querer denunciar un caso de corrupción en el que él participa. Esta misión es la que mayor implicación con su pasado tiene para Irene.
El episodio es excelente. Probablemente es uno con los que mejor me lo he pasado de la serie y, por supuesto, de la temporada. Al contrario que en el episodio dedicado a Hitchcock, aquí se aprecia un mejor equilibrio entre la trama y los guiños y homenajes a la historia, en este caso, del cine (aunque todavía tengo reparos "de forma"). No solo a Buñuel, sino que 'Tiempo de censura' parece por momentos una película de Berlanga, con su clásico juego satírico con política y sociedad de fondo y un Carlos Areces estupendo como censor pluriempleado.
En esta tercera temporada, el equipo liderado por Javier Olivares parece haber decidido acelerar la trama ante la incertidumbre continua sobre el futuro de la serie. En principio el dato que ha marcado en su regreso es bueno (1.65 millones de espectadores, 10.7% de share), pero con RTVE nunca se sabe.
Hace ya mucho que no importa tanto la trama episódica en sí, sino que ponen más el foco en lo que implica la misión de turno y las subtramas relacionadas para la propia existencia del ministerio, el pasado de España y las facciones que juegan con él.
De hecho, gran peso del episodio, y el tono más serio, se lo ha llevado la trama de la joven Lola Mendieta (Macarena García) y el "control de daños" que está ejecutando Salvador Martí (Jaime Blanch) desde principio de temporada. No estoy seguro de hacia donde quieren llevar exactamente esta trama y cómo encajaría en el arco/enfrentamiento final con los Hijos de Padilla y el Ángel Exterminador, pero siento que necesitaba un capítulo como este que sirva de inflexión en toda esta historia.
Así que esto marcha y parece que la tercera temporada de 'El Ministerio del Tiempo' nos sigue regalando buenos episodios. Si bien es una alegría ver que está todo tomando una dinámica in crescendo con la promesa de momentos apoteósicos (que a ver si se cumple), ver que la serie quema cartuchos a este ritmo deja con la sensación de que el final está más cerca de lo que nos gustaría ver.
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