Si hay algo que he aprendido con todas las bombas y las pistolas apuntando a mi cabeza y los autobuses atropellando a mis amigos es que no tengo ningún interés en morir.Cristina Yang.
En esta intervención de Cristina en el último capítulo de la temporada de ‘Anatomía de Grey‘ queda claro que la propia Shonda Rhimes es consciente de la cantidad de drama exagerado que es capaz de introducir en sus series, y especialmente en ésta donde ya lo ha hecho casi todo. La última ha sido un accidente de avión muy a lo ‘Perdidos’ con bajo presupuesto, que lejos de emocionar como aquélla, se ha quedado a medias. Pero entre tanto hemos tenido muchísimo drama cotidiano, con maridos enfermos que mueren en quirófano, abortos que salen a relucir con el tiempo y pequeñas hijas adoptadas a las que su madre decide secuestrar para mantenerla. Unos genios estos personajes.
Meredith y Derek, el regreso de la pareja perfecta
El drama entre Meredith y Derek, y sus dimes y diretes hasta acabar juntos, quedaron ya atrás en las primeras temporadas de la serie, pero la última crisis ha venido este año. Con la pequeña Zola de por medio, tanto él como ella se han vuelto más susceptibles que nunca, y la genial ocurrencia de Meredith llevándose a la pequeña sin permiso les costó unos capítulos en crisis. Suerte que al final todo se resolvió y la pareja volvió a ser tan perfecta como siempre; ésta es una trama agotada de la serie, que les dejen ser felices y se centren en otros aspectos.
No obstante, el futuro de ambos en la serie es incierto. Todos los años sale a la luz el culebrón sobre la renovación de Ellen Pompeo y Patrick Dempsey, y aunque ambos han renovado para una nueva temporada, las decisiones que tomaron en el penúltimo capítulo de la temporada pueden tener consecuencias para todos. O no, que ese accidente aéreo bien podría hacerles plantearse su futuro y decidir que viajar en avión hasta Boston para mudarse ya no es tan buena idea como pensaban.
Los residentes dicen adiós
Ocho temporadas han tenido que pasar para que los chicos terminen sus cinco años de residencia (creo que no soy el único que se preguntaba cuándo coj**** iban a acabarla), y ahora toca tomar decisiones. Casi todos tienen decidido su futuro lejos del Seattle Grace, pero teniendo en cuenta que las únicas dos actrices que se van de la serie ya se han despedido en el último episodio de la serie (Lexie por “exitus letalis” y Altman por “despidus inminentis”), es esperable que ese accidente de avión cambie la mentalidad de todos los personajes, tanto los que han estado implicados como los que no.
Me centro ahora en Altman porque su pérdida va a ser muy sonada. Ha sido una de las grandes protagonistas de la temporada, y la figura central de uno de los grandes dramas del año: la muerte de Henry. Fue desgarradora la visita al cadáver de su marido, y nos regaló una de las escenas más perturbadoras, cuando Cristina tenía que narrar punto por punto la operación para que ella pudiera seguir haciendo su trabajo. Despedida a lo grande la de la rubia, que nos ha hecho pasar muy buenos momentos en la serie.
La otra que también dice adiós, y ésta sin posibilidad de vuelta atrás, es Lexie Grey. Probablemente una de las muertes menos emotivas de la serie junto a la de George O’Malley (todavía recuerdo la carcajada colectiva en su funeral), y un final tramposo a su historia con Mark.
Shonda se queda a medias
Creíamos que un accidente de avión sería el punto definitivo para una temporada con altibajos (aunque igualmente entretenida), pero nos equivocábamos. Ha sido un capítulo a medio gas, sin demasiada chicha ni sufrimiento por nuestra parte, lejos de otras situaciones de crisis que tanto nos han dado en la serie. El final de la sexta temporada, con ese asesino en serie pululando por el hospital, o el doble capítulo de la bomba en la segunda temporada, dejaron el listón muy alto. Y ni siquiera Shonda, la Diosa furiosa, ha podido superarlo.
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