En el poco tiempo que llevo escribiendo sobre asuntos televisivos, he sido consciente de las diferentes ligas en las que juega una serie de televisión dentro del actual panorama audiovisual. Como si se trataran de equipos compitiendo en un deporte, hay ficciones que parecen estar centradas en la liga de las audiencias, la competición natural a la que todo producto televisivo debe enfrentarse obligatoriamente. Pero existen otras categorías que, sin dejar de lado el número de espectadores, provocan que haya series que compitan en ligas mucho más selectas, las mismas que a veces terminan con el reconocimiento de la crítica, uno o varios premios o un número indeterminado de fans que se vanaglorian de ser seguidores de una ficción tan distinguida.
Sin embargo, en torno a una ficción puede haber otro tipo de campeonatos, menos coloridos que los citados anteriormente, cuya consecuencia directa es la de desprestigiar el trabajo de un grupo de personas sin aportar argumentación o lógica alguna. De esta categoría, siento una especial repulsa por la liga de los prejuicios y, más concretamente, aquellos que llevan a muchos a rechazar una serie de televisión por su país de procedencia. En esta ocasión, las ficciones realizadas en España salen escaldadas, ya que todas ellas suelen caer injustamente en un mismo saco de esparto en cuyo etiquetado se pueden apreciar bien grandes las palabras “Españolada, no visionar”.
Las posibilidades de nuestra era tecnológica hace que muchos espectadores emigren a golpe de click a Estados Unidos o, en algunas ocasiones, a Reino Unido, abandonando su país de procedencia tras haberse cansado de un buen número de series de televisión planas y estereotipadas emitidas en el pasado. Aferrándose a la idea de que todo lo que viene de fuera es mejor, estos mismos individuos son incapaces de ver la evolución que sí ha tenido la ficción nacional en los últimos años. Hay que reconocer que esta evolución, un período en el que nos encontramos actualmente, no se está dando a la velocidad que muchos quisiéramos, y que está condicionada por elementos que no dependen de los creadores de una serie, como la maldita duración que cada capítulo está obligada a tener, algo que dificulta el trabajo creativo.
En las últimas temporadas, series como ‘Gran reserva‘, ‘Crematorio’ o ‘Pulseras rojas’ han llegado a nuestra televisión mostrándonos las consecuencias de ese punto de inflexión que se ha dado en España. Por el camino, queda el recuerdo de otras grandes ficciones como ‘Motivos personales’, ‘Desaparecida’ o ‘Acusados’, nuevos ejemplos de que las características que se nos vienen a la cabeza cuando alguien habla de “españolada” no se cumple con todas nuestras ficciones. Es el daño que hacen las generalizaciones, donde una vez más acaban pagando justos por pecadores y donde quienes las reproducen demuestran su incapacidad de valorar una serie de televisión por sí misma.

Lo que se perdona fuera no se olvida aquí
Dentro de esta devoción por alabar lo que llega de fuera y despotricar por lo de aquí, encontramos un numeroso listado de detalles que son el centro de todas las críticas que reciben las ficciones españolas pero que se olvidan con una asombrosa facilidad cuando esos elementos se incluyen en series extranjeras. Es esa devoción la que provoca que se mire para otro lado cuando, por ejemplo, en las ficciones estadounidenses aparecen torsos desnudos gratuitamente, diálogos que no encajan con la ambientación de una historia o líos amorosos incluidos para marear al espectador.
Esas heridas de muerte en España son leves rasguños en Estados Unidos, un hecho que condena a la actual ficción nacional por unos crímenes que no les corresponde. Puede que estemos muy cerca del día en que el público comience a valorar una serie de televisión por lo que es, dejando al margen el país de procedencia o la industria que la rodea, algo en lo que España no puede competir con Estados Unidos. El número de ficciones que se realizan al otro lado del charco es muy superior al dado en nuestro país, por lo que es solo cuestión de probabilidad que alguna serie de allí termine encandilando a un espectador de aquí.
Pero eso no debería ser razón suficiente para que el público rechace una ficción patria porque forma parte del club de las españoladas. El paso del tiempo y la cultura que los espectadores de series acapara actualmente debería haber graduado las gafas de los apasionados por las historias de televisión y, pese a que ser objetivo es un valor inalcanzable para cualquiera, el subjetivismo del espectador no debería valerse de un argumento tan vacío como el que señala que una serie es mala por el simple hecho de ser española.
En nuestro país, como en Estados Unidos, hay series terriblemente malas, otras medianamente decentes y algunas que logran alzarse a los altares. Quizá si lo viéramos en cuestión de proporción nos llevaríamos una buena sorpresa, al comprobar que no son porcentajes muy alejados de lo que se da en Estados Unidos. Pero hay muchas ocasiones en las que la ceguera de lo “cool” hace su trabajo, y todos sabemos que es muy poco “cool” decir que en la actualidad eres seguidor de alguna serie hecha en España (afortunadamente, cada vez menos).
Hacia un futuro con brillo

Mientras, en España el progreso de la ficción nacional sigue su curso. Aún queda terreno por recorrer, por ejemplo, en el mundo de la comedia. Pero no podemos obviar las propuestas que se han hecho en las últimas temporadas, dirigidas a aportar nuevas ficciones que habrían sido impensables hace unos años. Es el caso de ‘La fuga’, ‘Frágiles‘, ‘Imperium’ o ‘Punta Escarlata’, series que si bien no han obtenido el apoyo mayoritario del público sí han conseguido aportar un grado de novedad en el terreno de la ficción española. Además, algunas de ellas han conseguido que el público no solo se fije en tramas o personajes, sino que comience a valorar aspectos como fotografía, música o dirección de actores, algo que en el pasado brillaba por su ausencia.
Nadie puede negar que las series españolas todavía deben recorrer algunos pasos, no para acercarse a lo que hacen en el extranjero, sino para obtener por sí misma un brillo que no ha tenido hasta la actualidad. Las cadenas de televisión juegan un factor muy importante en este aspecto, ya que son sus directivos los que deben decidir por qué formatos apuestan y qué espacios rellenan sus parrillas en el futuro. No estaría mal que se decantaran por darle más libertad a las productoras para llevar a cabo sus propuestas e incluso apostar por el talento que hoy en día se puede observar en algunas de las webseries españolas que se publican en internet en la actualidad.
El recorrido avanzado hasta ahora por la ficción nacional no se trata precisamente de un camino de rosas. Aún así, los frutos que esta evolución otorgan están ocasionando que muchos espectadores vuelvan sus miradas hacia lo que se emite en España (‘Gran Hotel’, ‘La que se avecina’, ‘Isabel’…), dejando los argumentos de las nacionalidades para otro tipo de debates y, sobre todo, provocando que sentir vergüenza por las series de televisión españolas sea una afirmación que cada vez se encuentre más pasada de moda.
En ¡Vaya tele! | El paso adelante de Antena 3
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ciudadanopoe
La ficción española no dará el salto definitivo hasta que se permita que los creadores de las series no controlen el producto en su parte creativa. Como lo hacen las series que tanto nos gustan de fuera (y de muchas nacionalidades).
No dará el salto definitivo hasta que los capítulos duren 50 minutos / 6o, como máximo.
Hasta que se atrevan a tratar temas candentes aunque sean atrevidos y dejen de convertir todo en folletín. Las series de época o históricas (como las de ciencia ficción) no deben ser evasivas sino confrontarse con el presente en el que están creadas.
Falta que los ejecutivos de las cadenas y las productoras dejen de ser endogámicos y dejen paso a los buenos que hay y a las nuevas generaciones para que en vez de ser guionistas funcionariales tengan la posibilidad de contar y arriesgar.
Que con todo lo que tenemos encima en nuestra sociedad, ninguna serie hable de ello (y ojo, puede hacerlo en drama o en comedia) es un buen ejemplo de ello. Porque no basta con producir cada vez mejor (algunas veces). Hay que contar historias. Y eso pasa por personajes creíbles, con aristas, no malos-malísimos, jóvenes torsos desnudos y guaperas que no saben vocalizar. Pasa por unificar dirección en las series y no que cada capítulo parezca de estilo diferente.
Pasa, sencillamente, porque cambie el diseño de producción. Y porque en los despachos de las cadenas se reciba a los creadores acompañados o no de productoras (que ojalá vayan juntos, pero que pueden venir después). Fuera pasa eso. Aquí, apenas.
Porque gente que ama este medio, como vosotros, cite a los showrrunners españoles (para bien o para mal) como hacéis con los americanos, de los que sabemos casi hasta el domicilio y qué desayunan.
Lo demás, pequeños pasos. Y mucho fuego artificial horneado en blogs y redes sociales.
Lo demás, ilusiones que todos nos hacemos mientras esperamos algo esencial: una ficción más adulta. Sea del género que sea y del target que sea. Porque uno ve Misfits o The Fades y luego El Barco y te da la risa. Pongo este ejemplo porque con la palabra "adulta" no me refiero a "para mayores" exclusivamente. Muchos critican La que se avecina. Para mí está muy lejos de Aquí no hay quien viva. Como Aida de Siete vidas. Pero aún así es más adulta, por golfa, que muchas series con pretensiones.
Desaparecida, Cuéntame, la producción de GHotel, Crematorio, Gfan Reserva (capaz de dar la vuelta al folletín y mostrar un ritmo propio de Cinco Hermanos), Isabel, Siete vidas, Pulseras Rojas (y más series de TV3 que aconsejo analizar)... y poco, muy poco más. Lo siento, no son tantas en tantos años. Y si miramos la ficción de TVE cuando no había privadas, su distancia con la BBC era muy inferior a la de ahora. Y si comparamos series de ITV, Channel Four con Antena 3 (que está en el camino, pero aún le queda) y Tele 5, la distancia es abismal.
Saludos y gracias por este tipo de posts. Se esté de acuerdo o no con ellos.
abril.reyes
Muy buen post y poco más que añadir. Siempre he visto series españolas y no me avergüenzo.
A veces me pregunto qué ven nuestros colegas Europeos producido por ellos. Imagino que es inevitable que las Series USA sean las que más lleguen y luego las Inglesas. Pero ¿Cómo funcionan las series en Francia, Italia, Bélgica, Alemania o Grecia por decir algunos países? Trabajan parecido a España? Estaría bien que llegase algo.
¿Por qué en cine se suelen hacer coproducciones con Argentina o México y esto en series no se ve? Me viene a la mente Vientos de Agua de Campanella pero no sé si es coproducción o producción española porque T5 estaba detrás. Creo que esto sería muy interesante e imagino que también difícil.
Creo que el salto de calidad de la ficción española es notable y ya no solo en prime time, también en series diarias se ve el esfuerzo y como ejemplo El Secreto de Puente Viejo. Si que noto que faltan series ambientadas en el presente. Lo que daría por ver una serie sobre las mafias en España, o sobre medios de comunicación o sobre política!
Lo de la Duración deberían mirarlo En Serio!!
niebo
Hay asignaturas pendientes. Yo soy un gran fan del género fantástico. ¿Qué ejemplos hemos tenido en España?, ¿El barco?, ¿El Internado?... Productos que copian sin vergüenza a lo hecho por los americanos, pero metiendo 40 minutos más de romances adolescentes con actores que dejan bastante que desear.
Además, yo no sé el resto, pero una de las cosas que me suelen tirar para atrás de la ficción española es que dura mucho más de lo que debería. Prefiero los episodios de 20 minutos o 45 minutos de una serie americana o británica a ver una serie española que, con cortes de publicidad, se te pone a hora y pico el episodio. Dios, mío, qué pereza...
untelespectador
Gran post Jose, muy de acuerdo contigo en todo lo expuesto.
eddtron1
no veré ficción española mientras tenga que estar tres horas para ver un episodio, mientras vea como cogen una buena idea y la cagan añadiéndole el "ingrediente familiar", mientras las cámaras se queden inmóviles y no se adentren en la trama, creo que estamos mucho más avanzados en tema de realities que en ficción propia, aunque antes TVE iba en buena dirección y A3 nos de alguna sorpresa como Gran Hotel, es verdad, pero ya está, si es que no tenemos ni un buen procedimental en la actualidad.
361512
Yo, cuando veo una serie, juzgo si me gusta o no, independientemente de dónde venga. He seguido series españolas, que he terminado de seguir por diversos motivos: cansancio de la trama, horarios extensos, etc...
Estoy de acuerdo que cuando produces 300 series es más fácil que se te salga una buena que si produces 20 y que la tasa puede ser similar. Pero no es menos cierto que en España no se apuesta como se debería por la innovación o por la creación. Todo se hace pensando en un target: familiar, que guste a todos y lo puedan ver los niños. ¿Sherlock sigue ese target? ¿Homeland sigue eso? No, se hace la serie con un público objetivo variado, no como aquí. Unas para adultos, otros para adolescentes y así cada una de ellas. Aquí café para todos.
Podríamos seguir hablando de lo que no tiene la ficción nacional y lo que sí la internacional, sobre todo estadounidense o británica, pero creo que sería redundar en lo mismo: metraje excesivo, guiones endebles en muchos casos, mala programación en su franja horaria, pésima promoción e incluso mal canal de emisión. Este último punto es significativo. Teniendo los grandes grupos cadenas variadas con un público objetivo determinado, ¿cómo es posible que no desarrollen productos para dichos canales? En Neox, series juveniles, en Nova o Divinity para mujeres o en Nitro o Energy series de acción o misterio.
Esta es nuestra realidad. Yo seguiría fielmente una series española con capítulos de un máximo de 50 minutos, más 10 de publicidad, que empezara a una hora normal (las 22:00 como máximo) y que la hicieran pensando en mi y no en mi suegra y en mi hija, que no son muy compatibles con mis gustos, es decir, hecha libremente y no bajo los parámetros de los directivos de la cadena de turno.
Enhorabuena por el post, que sirve para poder debatir sobre estos temas.
marien
Según un estudio de Eurodata TV, las ficciones más vistas en cada país son las autóctonas (la única excepción es Canadá, al menos la parte anglófila). Eso incluye a nuestro país: las series con más espectadores, las más vistas con diferencia en TV, son españolas (Águila Roja, Cuéntame, La que se avecina, etc.). Ya sé que esto va a sonar a anatema, pero eso implica que a un gran número de espectadores les gustan las series que se hacen aquí.
Quizá esos espectadores no son los más activos en Internet (no comentan en blogs, ni tuitean) y tampoco ven televisión en otras plataformas que no sean el televisor de toda la vida. Resulta sorprendente que ninguneemos a los 6 millones de espectadores de Águila Roja, o los 5 millones de La que se Avecina, mientras idolatramos a series USA que tienen una audiencia muchísimo menor. Si hay millones de espectadores que valoran la ficción española, ¿por qué nos quedamos siempre con la lectura negativa, catastrofista y minoritaria? Sí: minoritaria; al menos, de momento. Cuando se tengan en cuenta las audiencias en otras plataformas, volvemos a hablar del tema.
El Señor Lechero
Creo que con la producción de ficción en España ha habido un problema importante. Hubo un tiempo en el que la "españolada" triunfaba incontestablemente en el cine (y ahí está la anécdota de que "Los bingueros" duró aquí seis semanas más que "La guerra de las galaxias", momento en el cual uno de los sesudos críticos cinematográficos de la prensa de entonces rompió su silencio para poner de chupa de dómine el producto). Han existido realizadores televisivos que han tenido clara la idea de esos cincuenta minutos o treinta minutos y me viene a la mente el caso de Antonio Mercero, que consiguió hacer historia televisiva con Verano Azul, Turno de oficio y Farmacia de Guardia; tres conceptos distintos que, en el caso de la segunda, presentan una cota que aún está por batir. ¿Por qué ese complejo de inferioridad hacia lo de aquí? Quizá sea un rasgo de carácter de la población española, esa incapacidad de creernos que podemos ser tan buenos o tan malos como el que más. En el ámbito televisivo yo creo que hay de todo y el hecho de que haya tantas y tan distintas producciones me hace retroceder en el tiempo a veinte años atrás, cuando solo había algunas cosas que salían de Televisión Española (con productos de calidad comparable a los de la BBC como Miguel de Cervantes, Ramón y Cajal, Teresa de Jesús, Los gozos y las sombras...). ¿Por qué con tantos ejemplos de éxito dentro y fuera de las fronteras seguimos sin creenos eso? ¿Por qué puede darse por bueno el patadón histórico que son Los Tudor y hay que tirarse de los pelos con algo que se llama "Hispania: LA LEYENDA"? Puede que exista cierta tendencia a jugar a lo seguro (series de jóvenes y jóvenas güenorros en temas indolescentes) pero ¿cuántos procedimentales emite actualmente la telele estadounidense? Yo soy el primero que reconoce que se cansa de ver a ciertos actores de forma recurrente y siente vergüenza ajena cuando se hacen cosas como ¡qué se yo! RIS Científica, pero tampoco entiendo el éxito de Dos hombres y medio. El día en que alguien vea una película o una serie sin pensar en su origen se habrá curado una parte del mal secular de este puñetero país.
sonicsaiyan
Una pena que a las series españolas enseguida se las tache de malas solo por eso, por ser españolas
Se ha demostrado mil veces que en nuestro pais se pueden hacer series buenisimas, Crematorio es la prueba perfecta y personalmente Gran Reserva y Cuentame me parecen obras maestras, con unas historias solidas, creibles y unos actores de la hostia
Solo hay que quitarse esos prejuicios de "todo lo que hace España es mierda", estamos malacostumbrados a que EEUU siempre hace lo mejor de lo mejor y son insuperables cuando no es asi
galexyaoi
por cierto las mejores telenovelas tienen como productor a Hugo Leon Ferrer, no se quien será pero opening que sale su nombre, es signo de que es una telenovela bastante buena
galexyaoi
mmm, esto me suena de algo, ¿de que me suena?, ¿quizas las telenovelas?¬¬
osea que a las telenovelas tambien hay quien las prejuzgan y no son tan como dicen los prejuzgadores y como esto va de series españolas dire series españolas que para mi gusto están bastante bien y tambien telenovelas
series españolas: aguila roja,una serie de acción que está bastante bien pero lo malo es que cuenta una historia que aún no llega a su fin. los protegidos, me ha gustado bastante, aunque debieron alargar el ultimo capítulo hispania, esta solo la primera temporada y si hubiesen seguido como en la primera, la segunda tambien hubiese estado muy bien.
Telenovelas: Las de telemundo están bastante bien, aunque son destacables.. Bella calamidades, no me gustó el final pero está bastante bien y lo mejor la escena triste de Lola Carrero (Danna Garcia) y Regina Galeano (Diana quijano), lloraron sin exagerar y a mi me hicieron llorar. La mujer en el espejo, es la tipica de amor pero lo de la magia del espejo y el final de la villana estuvo bastante bien. Prisionera, la actuacion de Gaby Spanic como madre que sufre por que su hija no sabe que es la madre y la persecución policial de Lulú (Diana Quijano) uff
y hay algunas más que debería mencionar pero ya se ha hecho bastante largo, así que diré los titulos. Doña Barbara, El zorro la espada y la rosa, Emperatriz (tv azteca y prota Gaby Spanic), La Traicion (Danna Garcia) y el final de un gancho al corazón
pd:buscad ugac capitulo final parte 1 y entenderéis