En una entrada sobre David Cronenberg, mencionaba el otro día su posible adaptación de ‘Campos de Londres‘, de Martin Amis. Esto me hizo pensar en la suerte que ha corrido el autor inglés con las traslaciones de sus obras a la gran pantalla y con su participación directa en determinadas películas.
Cada cierto tiempo, aparecen films que logran dar a conocer, a un público más amplio de lo habitual, a excelentes autores literarios. Escritores como McEwan, Coetzee, McCarthy o Welsh han logrado una fama más que merecida merced a afortunadas adaptaciones de sus libros. Sin embargo, es curioso que uno de los autores en lengua inglesa más importantes de la segunda mitad del siglo XX haya tenido tan poca fortuna con el séptimo arte, como el mencionado Amis, autor de ‘Dinero‘, ‘Campos de Londres’, ‘Experiencia’ o ‘Casa de encuentros’, entre otras.
La extrañeza es mayor si tenemos en cuenta que, al igual que otros escritores de su generación – muchos de ellos amigos suyos –, Amis siempre ha tenido una gran fascinación y vínculo con el cine. Ya sea como actor, dialoguista, guionista e incluso crítico, Amis lleva más de cuarenta años coqueteando con el cine sin que su fama se extienda más allá de su innegable, aunque muchas veces controvertido, prestigio en los círculos literarios.
Un guionista fracasado
El primer contacto de Amis con el cine fue el interpretar el papel de uno de los niños secuestrados por un grupo de piratas en ‘Viento en las velas’, la incontestable obra maestra del gran Alexander Mackendrik. Su interpretación fue, siendo benévolos, discreta: “Me verás, pero no me oirás” decía Martin al recordar que, de los puros nervios, su voz se quebró y, al final, una niña tuvo que doblarle.
Quince años después, con un prestigio literario creciente tras la publicación de ‘The Rachel Papers’, viajó a Hollywood para ser el dialoguista en la película de Stanley Donen ‘Saturno 3’ (en la fotografía precedente). La reacción habitual de la mayoría de las personas que la han visto es de absoluto sonrojo. Cuesta creer que un film que mezcla los nombres de Stanley Donen, Harvey Keitel, Kirk Douglas o Martin Amis llegue a tal nivel de ridículo, pero así es. De la quema no se salvaron ni los propios diálogos de Amis, lo cual sirvió de munición a un grupo cada vez más creciente de detractores del escritor inglés —recordemos que Amis, desde su primera novela hasta nuestros días, siempre ha sido un personaje notoriamente polémico, atacado desde la derecha y la izquierda a causa de prácticamente todas sus obras—.
Sin embargo, de la lamentable experiencia de ‘Saturno 3’ surgió la materia prima para elaborar la que, sin duda, es la obra maestra de Amis y me atrevería a decir que el libro definitivo sobre lo que fue la cultura del éxito en la década de los 80. Estoy hablando de ‘Dinero’, un libro que narra las vicisitudes de un productor cinematográfico en constante viaje entre Los Ángeles y Londres mientras prepara una bazofia hollywoodiense que es, sin disimulos, ‘Saturno 3’. Periódicamente surgen intentos de adaptación al cine de ‘Dinero‘, pero todos se encuentran con una gigantesca barrera: ¿es traducible a imágenes la brillantez verbal de Amis?
Las dos adaptaciones
A día de hoy, sólo dos novelas de Amis han sido adaptadas al cine: ‘The Rachel Papers’ (en la fotografía anterior) y ‘Dead Babies’. En ambos casos, Amis participó inicialmente en la elaboración del guión pero, sistemáticamente, sus borradores eran rechazados.
«A veces me digo, “Es una pena que nunca haya escrito un guión propio“», declaraba Amis. «Ian McEwan también está muy desilusionado con su experiencia como guionista. Muchas veces, cuando ves un film, es como estar presente en una reunión de guionistas desesperados. Un personaje dice “podríamos intentar esto”, y notas que lo han intentado. Las películas están terriblemente infraescritas. Pero si tuviese la oportunidad de hacer un guión ahora, no sé si lo haría, porque quiero mantener el control hasta el final».
En cualquier caso, son adaptaciones insatisfactorias: ‘The Rachel Papers’ tiene buenas intuiciones a la hora de intentar atrapar el estilo de Amis, como las continuas interpelaciones del protagonista a la cámara. Incluso podría decirse que esa novela de un Amis primerizo es la que más se prestaba a ser adaptada al cine, por ser la que más se apoyaba en una «peripecia» clásica. Sin embargo, la película termina siendo excesivamente modesta. Tanto, que muchas veces su nivel de producción no se diferencia en exceso del de cualquier teleserie producida en el ’89. Ni tampoco su sentido del ritmo.
Peor es el caso de ‘Dead Babies’: la novela de Amis, a lo largo de un fin de semana pletórico de drogas, hacía una crítica feroz de la cultura de los primeros años ’70. Con el cambio temporal que hace la película – los primeros 2000 – la película queda reducida a una retahíla de secuencias «impactantes» que no parecen obedecer a un mayor propósito que el de escandalizar a quien quiera escandalizarse. Probablemente el productor pensaría que el éxito de ‘Trainspotting‘ – sin duda, la película inglesa más relevante de los últimos 20 años – habría allanado el camino a la desagradable visión de la naturaleza humana ofrecida por Amis en ‘Dead Babies’. Sin embargo, donde Boyle triunfó adaptando una novela que parecía inadaptable, el debutante William Marsh se queda a años luz. Un dato curioso: Amis disfrutó con ‘Dead Babies‘ (en la siguiente fotografía) y juzgó que «era fiel al espíritu de la novela».
¿El futuro?
Los detractores de Amis se empeñan en decir de él que es, sencillamente, un estilista que disfruta escuchando cómo suena su propia voz. Que su despreocupación a la hora de crear personajes e historias es lo que impedirá que su obra encuentre un lugar en el cine.
Amis es un gigantesco estilista, sí, pero no es un estilo vacuo o sencillamente biensonante. Es un estilo que crea significado y propósito, y que aún está esperando una correcta traducción al cine. Muchas veces, Amis opta por distanciarse, cuestionar o hasta destrozar el concepto de narrador en primera persona al uso – su última novela, ‘The Pregnant Widow’ es un buen ejemplo – y saber entender, y adaptar, esas opciones estilísticas supone un esfuerzo suplementario.
Por ese motivo, los proyectos de adaptaciones siguen existiendo – Amis no se desanimó después de que su guión para ‘Mars Attacks!’, de Tim Burton, también fuese desestimado. Actualmente, la adaptación de la novela policiaca ‘Tren nocturno’ sigue su curso, aunque en fase de producción. El director escogido es Nicholas Roeg y que la actriz que dé vida a la detective Mike Hoolihan sea una adecuadísima Sigourney Weaver me llena de esperanza.
Por su parte, el guión de Amis para transformar el ‘Northanger Abbey’ de Jane Austen en una comedia adolescente contemporánea producida por Miramax, parece haber caído en el cajón de los proyectos no realizados. Confieso estar más que intrigada.
Pero, de entre todos los proyectos, el mayor culebrón es la adaptación de una de las obras mayores de Amis: ‘Campos de Londres’. Inicialmente, con la colaboración de Roberta Hanley, Amis redactó una primera versión del guión, siendo el director encargado de llevarlo a la pantalla el mismísimo David Cronenberg. Sin embargo, problemas constantes de financiación han hecho que este proyecto viva en un constante estado de cancelación y resurrección. Los datos actuales de imdb citan ahora como posible director a Michael Winterbottom, aunque Cronenberg nunca termina de descartarse.
Lo realmente interesante es que, actualmente, puede descargarse de Internet el guión escrito por Amis y Hanley. No sólo eso, también se puede ver parte de la airada discusión entre producción-guión-dirección a la hora de decir si el guión era válido o un desastre.
Como siempre, la controversia acompaña a Amis pero, de momento, el cine no ha logrado hacer llegar el debate sobre su apasionante figura a un público más amplio. A la espera de que ‘Tren nocturno’ o el señor Cronenberg puedan lograrlo, lo mejor seguirá siendo sumergirse en obras como ‘Dinero‘ y seguirse preguntando si lo de Martin Amis con el cine es un amor imposible o no.
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