Hace tiempo os hablé de algunas de las atrices más guapas, evidentemente a mi juicio, de toda la historia del cine. Hoy me ha dado por darle la vuelta, y en una de esas listas que juré y perjuré no volver a realizar, reúno a diez de las actrices que menos instintos sexuales despiertan a un servidor. Para ello he restringido el margen de operación. Son todas actrices muy conocidas, y salvo alguna excepción, actrices consideradas guapas o que alguna vez han salido en las listas de las mujeres más deseadas del planeta. Por supuesto, las dotes interpretativas de las respectivas también han sido tenidas en cuenta aunque no haya influido a fondo en la elección. Los que puedan pasen y disfruten.
Angelina Jolie
Sí, en la foto sale espectacular —el photoshop hace maravillas— pero a mí esos morritos nunca me han dicho absolutamente nada. El señor Brad Pitt cambió a Jennifer Aniston por esta escuálida mujer que se va de machota por la vida. Sólo me ha gustado en un par de títulos —‘Un corazón invencible’ (‘A Mighty Heart’, Michael Winterbottom, 2007) y ‘El intercambio’ (‘The Changeling’, Clint Eastwood, 2008)—, y creo que posee uno de los Oscars más inmerecidos de todos los tiempos, ‘Inocencia interumpida’ (‘Girl, Interrumped’, James Mangold, 1999). Para much@s un sueño erótico de envergadura, a ser posible enfundado en cuero y dispuesto a todo. Me uniría a ello si no fuera por mis gustos, que me hacen tener ese tipo de sueños con alguien más cercano.
Marilyn Monroe
Norma Jean Baker llegó a lo más alto y dejó este mundo con tan solo 36 años. Seguramente la mujer más deseada de todos los tiempos —probablemente parte de su secreto fuesen sus medidas 94-58-92, muy cercanas al canon de mujer perfecta—, aunque no por mí que siempre he preferido a otras coetáneas. Cuando la miro no puedeo evitar pensar en que era el prototipo de niña tonta, y sin embargo llegó a volver algo loquito a algún presidente de los Estados Unidos. Trabajó con algunos de los más grandes —Billy Wilder o Fritz Lang entre otros— y se paseaba por delante de la cámara como pocas, pero a mí sus movimientos de cádera y andares me ponen nervioso, y no precisamente en el buen sentido.
Katie Holmes
Me da igual lo guapa que salga en algunas fotos, a mí esta chica me repele desde que la vi en la serie de televisión ‘Dawson crece’ (‘Dawson Creek’), con su aspecto de muñeca virginal y que no se da quitado de encima. El mayor fallo de ‘Batman Begins’ (id, Christopher Nolan, 2005) y todo porque no había ni la más mínima química entre Christian Bale y ella. Con todo y no sé la razón, creo que al señor Tom Cruise le queda perfecta como pareja. Su sosería es su principal defecto, aunque en películas como ‘Retrato de abril’ (‘Pieces of April’, Peter Hedges, 2003) se saliese de la norma.
Glenn Close
Por motivos evidentes. Y aún me sigo preguntando qué lumbreras tuvo la idea de colocarla en ese plagio descarado de ‘Escalofrío en la noche’ (‘Play Misty for Me’, Clint Eastwood, 1971) que es ‘Atracción fatal’ (‘Fatal Attraction’, Adrian Lyne, 1987), convirtiéndola en la infidelidad sexual que comete Michael Douglas hacia Anne Archer, que hay que ser muy tonto para ponerle los cuernos a esa mujer. Como actriz siempre me ha parecido insoportable, aunque en alguna que otra ocasión —‘Las amistades peligrosas’ (‘Dangerous Liaisons’, Stephen Frears, 1988)— brillase a gran altura.
Penélope Cruz
Es un caso parecido al de Katie Holmes —con la que tiene en común el haberse cepillado a Tom Cruise— pero con más carácter y es que por el solo hecho de ser española ya tenía que tener algo positivo. La recuerdo con algo de cariño en ‘Jamón, jamón’ (Bigas Luna, 1992) donde se lo montaba con Javier Bardem, como si hubiesen tenido la capacidad de ver el futuro, pero jamás me la he creído en pantalla como pareja amorosa de quien fuera. Para colmo su forma de hablar me hace rechinar los dientes, lo cual no viene nada bien para la excitación sexual.
Tilda Swinton
Me gustan las mujeres raras, lo reconozco, pero esta en concreto no, y la razón es muy sencilla: me da miedo, mucho. Dejo a un lado sus innegables dotes para la interpretación —ya les gustaría a muchas otras actrices ser solo la mitad de buenas que lo es esta—, pero su blancura me deja casi siempre helado, preocupado, temeroso. Me la imagino como una mantis religiosa tras el acto sexual, y no me sorprendería lo más mínimo si un día descubren que tiene la casa llena de cadáveres.
Nicole Kidman
Un claro ejemplo de lo que el botox ha hecho por algunas mujeres, empeorarlas. Pero a mí la Kidman no me gustaba ni cuando podía presumir de belleza natural con esos ojos de felina —sin duda el mayor atractivo que posee—, y es que no sé qué me pasa con este tipo de mujer blanca, delgada y pelirroja, que no despierta en mí el más mínimo atisbo de hombría. Como actriz no me parece grande, aunque en ocasiones como la última película de Stanley Kubrick se saliese por todos lados. A estas alturas ya he deducido que Tom Cruise y yo no tenemos los mismos gustos para las mujeres, lo cual me alivia, así no competimos.
Keira Knightley
No me gustan las tablas de surf. Punto.
Sandra Bullock
Ese aire de brutota siempre me ha mantenido alejado de cualquier pensamiento sexual hacia una actriz a mi parecer muy mediocre. No entiendo como ha formado parte de tanta comedia romántica, aunque evidentemente dicho género anda de capa caída desde hace unas cuantas décadas. Desde que ganó un risible Oscar por un risible drama parece camino de enfrascarse en papeles más maduros o serios, por decirlo de algún modo. Sólo me cautivó en ‘Historia de un crimen’ (‘Infamous’, Douglas McGrath, 2006), una de las películas en la que menos guapa aparece. Ironías de la vida.
María Esteve
Cerramos la lista con una actriz patria y que a mí siempre me ha tenido un aire a lo Kate Hudson, a quien he estado a punto de incluir en el listado. La hija de Marisol no destaca precisamente por su magnetismo en pantalla ni por su latente morbo. Con ese aspecto de niña, algo heredado de su madre, no puedo pensar en otra cosa. En pantalla grande no la vemos desde el 2007 pero cualquier día nos da un susto.
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