Javier Sardà es uno de esos extraños animales televisivos que cuesta abordar sin derramar una lagrimilla. En el fondo, hablar de Sardà me duele casi tanto como si me practicasen sin anestesia esa lobotomía que seguramente necesito, y es que tratar sobre este personaje es trazar un recorrido por lo que podría haber sido, de hecho fue y luego dejó de ser para convertirse en algo doloroso de ver: de caricaturista a caricatura.
Con todo y con eso, Javier Sardà no deja de ser un elemento indispensable en la historia de los medios audiovisuales de nuestro país. Ser de innegable valía comunicativa, Sardà no puede faltar en nuestra recopilación semanal de animales televisivos.
Conocí a Javier Sardà cuando ya había dejado atrás sus pinitos en el mundo de los diarios catalanes y cuando ya había culminado esa evolución que lo llevó de ser becario de RNE a jefe de programación de la radio en Cataluña. Me lo encontré por primera vez en su programa ‘La bisagra’, que realizó desde 1987 a 1991 y ahí di también con su alter ego, el señor Casamajor, aquel vejete que era capaz de retratar su entorno con una lengua tan afilada como surrealista. Y me encantaba.
Luego lo seguí a ratos en la SER. En 1992 el señor Casamajor había entrado de la mano de Iñaki Gabilondo en ‘Hoy por hoy’ y dos años más tarde llegó Javier Sardà a la cadena para poner en marcha ‘La ventana’, programa del que formaba parte esta cuña publicitaria de 1996:
¿Y a qué se refería Javier Sardà en esta promo de ‘La ventana’ cuando hablaba del éxito televisivo? Pues muy sencillo. Mientras mantenía su programa de radio en antena, participó en un montón de formatos de entretenimiento para la pequeña pantalla, a saber:
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‘Juego de niños’, en TVE, donde repartía gallifantes a diestro y siniestro mientras los más pequeños de la casa nos enseñaban, por ejemplo que Indiana Jones era un tipo que salía en las bolsas de patatas y era más feo que el colmo (nota para los puristas: admito que el vídeo enlazado no corresponde a la etapa de Sardà, pero es igualmente ilustrativo y tiene su gracia).
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‘Olé tus vídeos’, en la mayor parte de las autonómicas, donde hacía una ronda de vídeos domésticos por las comunidades autónomas implicadas para que no perdiéramos detalle de las más estrafalarias caídas desde una bicicleta, bebés a los que les sienta mal la papilla y bodas saboteadas por la tontería de turno.
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‘Betes i films’, en TV3, donde por primera vez en nuestro país los concursantes defendían en plató sus grabaciones domésticas para hacerse con un premio otorgado por el público. Toda una vuelta de tuerca en plena época del “grábalo y enséñalo al mundo, que te lo agradecerá”, 15 años antes de la era YouTube.
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‘Tot per l’audiència’, en TV3, donde Sardà, Buenafuente y otros dos conocidos de los medios catalanes como Oriol Grau y Toni Clapés satirizaban las ansias de las teles privadas por hacer las mejores cuotas de audiencia recurriendo descaradamente al pan y circo.
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‘Sembla mentida’, también en TV3, programa que sinceramente no recuerdo, aunque no descarto que si alguien me cuenta de qué iba salga luego yo con uno de mis “anda, es cierto”. De momento, por el título (“parece mentira”) me suena a concursillo de discernir si lo que se dice en un corte de vídeo es o no verdad. ¿Me habré equivocado de mucho?
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‘Todos somos humanos’, en Antena 3, donde junto a José María Carrascal y al señor Casamajor comentaba en off vídeos de pifias televisivas y tartazos varios. En el vídeo que veíamos antes, seguramente Sardà se refería a esta aparición televisiva de Casamajor.
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‘Moros y cristianos’, en la Telecinco de 1997, donde Sardà inició su punto de inflexión personal, haciendo de un debate popular el principio de la moda de los debates a berrido limpio… o sin limpieza, que al final tanto daba mientras se hiciera un buen share. Parecía que lo daba todo por la audiencia, sí.
Muchos espacios en muy poco tiempo, desde luego, y en muchísimas ocasiones haciéndose cargo de temporadas sueltas. Tanto es así que he tirado de Wikipedia para contabilizar los programas y he evitado también glosar apariciones estelares del tipo ‘Telepasión Española’ o aquel capítulo de ‘Al salir de clase’ que no sé qué, que ya se sabe que cuando uno es estrella, lo aprovechan hasta para presentar los anuncios.
¿Y cuál era el nexo de unión entre la mayoría de estos espacios? Pues la productora: Gestmusic, que para no extendernos en su particular culebrón diremos que nació de la creatividad de los excomponentes del grupo catalán La Trinca, formado entre otros por Josep Maria Mainat, por entonces pareja de la actriz Rosa Maria Sardà y por lo tanto cuñado de Javier Sardà. Conclusión: Sardà fue chico Gestmusic para todo y eso lo llevó a participar en programas de la productora incluso más allá de la ruptura entre Mainat y la Sardà. ¿Quién habló de nepotismo?
De lo más alto… a caer muy bajo
Y así llegamos al programa por el que todo el mundo recuerda y recordará a Javier Sardà: ‘Crónicas Marcianas’, un show nocturno que empezó francamente bien allá por 1997 y que al cabo de un tiempo no había quien lo aguantase. Duró en antena hasta que ‘Buenafuente’ lo venció por K.O. en el segundo asalto allá por 2005.
La evolución de ‘Crónicas Marcianas’ es algo similar a la evolución profesional de Sardá, pero condensada en ocho años de audiencias imbatibles. Llegó para elevar el tono de las noches de Telecinco después de que Pepe Navarro hubiera salpicado a su alrededor con las turbulentas aguas de su Mississipi particular antes de marcharse a Antena 3 a pasear un pelícano sonriente, y al principio pareció que con Sardà era posible una noche basada en el humor y en la parodia sin más. Con gente como Mariano Mariano, Martí Galindo y Paz Padilla, conseguía montar noche tras noche todo un universo marciano en el que se televisaban entrevistas frescas, originales y divertidas. De hecho, Sardà y Galindo acostumbraban a mofarse del estilo de Pepe Navarro y venían a decir que aunque enseñar carne reportaba audiencia, ellos nunca pasarían la línea. Algo así como en los tiempos de ‘Tot per l’audiència’, vamos: cuestión de principios.
No he encontrado por ahí más imágenes de las primeras ediciones de ‘Crónicas Marcianas’ que el videoclip del megamix que grabaron los discjockeys José María Castells, Tony Peret y Quique Tejada, por lo que pido disculpas si el estilo no os acaba de cuadrar, pero pienso que refleja con bastante fidelidad el espíritu festivo y de buen rollo que destilaba el programa. Por eso y para que podamos entretenernos unos minutos, os lo dejo por aquí:
Sí, todo aquello estaba bien. Fiestero y de buen humor. Pero, oye, no sé si fue el cambio de milenio que les sentó mal o qué, pero a partir del tercer año de ‘Crónicas Marcianas’ aquello empezó a derivar hasta convertirse en un nocturno homenaje diario al hit internacional de Remedios Amaya. Incorporaron a Boris Izaguirre, un tío que fuera de pantalla es un ser muy racional pero que delante de una cámara se volvía absolutamente loco. Incorporaron también a figuras como Alessandro Lecquio, se volcaron en ‘Gran Hermano’ para mantenerse en el puesto de trabajo y yo creo que hasta se plantearon trasladar el plató desde los alrededores de Barcelona hacia la Casa de Campo de Madrid, tal era el nivel de prostitución que habían sufrido los principios del equipo del programa, y no me parece que fuera un homenaje a la célebre cita de Groucho Marx.
Tras mucho ruido incluso en los tribunales (ahí va un guiño a Carmen Hornillos), alguien eutanasió el programa para felicidad de todos los telespectadores. Andreu Buenafuente había llegado en enero de 2005 a Antena 3 con la experiencia adquirida en TV3 y demostraba que otros late night shows eran posibles. Exactamente tal y como le ocurrió a Sardà cuando inició su viaje a Marte para borrar a Navarro de la faz de la Tierra. Soy un apasionado de las tramas circulares, sí.
Como epílogo, podríamos hablar de ese esperpento llamado ‘Dutifrí’ (es que ni la creación del casposo palabro resulta chocante ya a estas alturas de la vida), que no fue más que una copia barata de ‘Afers exteriors’, un formato que hacía años que triunfaba en TV3 a cargo de Mikimoto, ahora reconvertido en un Miquel Calçada molesto porque Sardà ni siquiera le llamó para decirle que pensaba perpetrar aquello. Si leísteis el Animales… dedicado a Buenafuente, veréis que vuelvo a la trama circular, y es que el mundo (televisivo en este caso) es un pañuelo.
Y, hablando del tema (de las tramas circulares, que no necesariamente de pañuelos), si la semana pasada hablé de Andreu Buenafuente y hoy me he dedicado a Javier Sardà, ¿adivináis a quién le toca el turno el próximo viernes?
Ficha en Imdb | Javier Sardà
En ¡Vaya Tele! | Animales televisivos
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Abel Cuevas Moreno
En mi opinión Javier Sardá triunfó en Crónicas Marcianas, eso es indiscutible, incluso quitó de cadenas rivales a presentadores de la talla de Jesús Vázquez entre otros.
Pero es que Crónicas le venía como anillo al dedo. Él era Crónicas Marcianas...
Después de eso lo he visto en varios programas, principalmente en Dutifrí y Tú sí que vales, y en ninguno de esos programas ha tenido en mismo éxito... (incluso Ángel Llácer estaba mejor y con más química que Sardá).
Me llama también la atención que desde el fin de Crónicas, ninguno de sus colaboradores han triunfado, incluso han llegado a desaparecer de la parrilla... Gente como Fernando Ramos, Latre, incluso Boris han perdido caché...
panhueco
Que se diga que Sardá es el mejor comunicador de España no es gratuito. También el mejor pagado (que yo sepa) hasta la fecha.
Aquellas dos primeras temporadas de "Crónicas" fueron absolutamente míticas. Si Buenafuente copia sin disimulo a los yankis (y le va estupendamente porque ellos sí saben de qué va la televisión) Sardá se creó su propio late, primero de humor blanco, y después de casquería y de (Galindo) "tetastetastetas...". Y lo jodido es que la audiencia respondía.
Realmente es la manera más descarada de prostituirse que se haya visto en la tele española. Pero HOYGAN, creo que hay que llegar al límite para estabilizarse, y gracias a este desfase de crónicas (si Ray Bradbury levantara la cabeza) la televisión en España ha avanzado más en 20 años que en los 40 previos. Nada como un poco de veneno para ponerse las pilas.
Por lo demás, me resulta curioso el cambio de Sardá en estos años. De ser un tipo majete y divertido, un "chico para todo", se ha convertido con los años en un maduro arrogante y pagado de sí mismo que actúa como si su sola presencia fuera sinónimo de éxito (tengo mejores vídeos de viajes que cualquiera de sus dutifrís). Insoportable.
Una de las mejores entradas hasta la fecha, lo has clavao Víctor
Mr. Payton
Buenísima entrada y genial descripción. Llego a estar más de acuerdo y creería q estás mi mente.
Javier Sardá ha demostrado lo bajo que puede llegar a caer una persona por los datos de audiencia. Y una vez q ésta no le acompañó y se acabó su programa intentó volver a hacer lo mismo cogido de la mano de la Milá, que le dejó en la estacada... y muy bien hecho.
Para la semana que viene me ha empezado a dar miedo... y si estamos hablando de animales televisivos de los late shows... tengo miedo de que sea Pepe Navarro... q sería otro claro ejemplo de declive profesional... en fin... Deumal dirá...
armadamaister
Javier Sardá es la muestra gratuita de bajeza/escoria televisiva que hace que a cualquier persona con un octavo de cerebro funcional se le revuelvan las tripas.
No hacía falta dedicarle una entrada.
krollian
Me acuerdo que una noche Sardá dijo que presentaba un desfile de corbatas. ¿Qué otra cosa sería?
Pues un desfile de muchachos y muchachas tal cual vinieron al mundo. Eso si. Llevaban todos corbata. Y yo me preguntaba ¿a qué viene esta guasa?
Al poco tiempo uno de los colaboradores del programa se subía a la mesa del presentador y sin venir a cuento y a la mínima ocasión se quedaba en paños menores. Más tarde vendrían insultos barriobajeros, zafios y vulgares con muchos decibelios por parte de invitados asiduos que a nadie normal le gustaría tener ya no como amigos, si no como simples conocidos.
Y así, noche tras noche, el fango catódico se iba haciendo mas espeso y nauseabundo. Mientras muchos aplaudían tan lamentable espectáculo, una burbuja inmobiliaria (alimentada por alimañas en forma de políticos y banqueros despreciables) iba creciendo de una manera brutal...
Ciertamente he visto pocos elementos tan hipócritas como el que hacía de Señor Casamajor...
El Señor Lechero
Yo prefiero tener el recuerdo grato de su "Juego de Niños" o de sus primeras "Crónicas Marcianas". Después lo marciano fue cambiado por lo marrano. Su evolución me recuerda un poco a la de Mercedes Milá: de presentar programas interesantes a hundirse directamente en la telemierda.
lalatc
Muy buena entrada. Exactamente lo que pienso también sobre Sardá, yo ya no puedo ni quiero verlo.
Alexuny
Crónicas Marcianas se prositituyó de vil manera, convirtiéndose en otro programa soporte para la inmundicia de la prensa "rosa" y para más autobombo de la cadena (GH, Supervivientes o hacerse eco de cosas ocurridas en otros programas de Telecirco).
Moros y Cristianos lo recuerdo gratamente... ¡era muy entretenido! Qué pollos míticos se montaron que también te hacían reír como poco: Aramis Fuster y el padre Apeles, Boris Izaguirre que también empezó a aparecer ahí (muy modosito ante la cámara todavía jejeje), Ramoncín (las cosas como son, para cantar no valdría, pero en Moros y Cristianos llegaba a tener su hueco), Juan Adriansens, Santiago Segura, El Dr. Cabeza, "Mariano, Mariano"... Eso sí, molaba con Javier Sardá. Cuando lo cogió Jordi González empezó a ir para abajo (¿éste hombre ha llevado para arriba algún programa?)
chirripikitin
Yo solo lo he conocido en Crónicas Marcianas así que ya podéis imaginar lo que pienso, sentó los precedentes de la basura que es telecinco ahora. Su combinación con GH derivó en el consumo de contenido fácil y burdo sin más, audiencia ávida de morbo.
Víctor Deumal
#2 y #3: ¡Gracias!
#4: Por eso me parece adecuado mirar su evolución que, como dice panhueco, es muy curiosa.
#1: Pues si eso es lo que piensas, el próximo viernes me vas a odiar profundamente. :-)
agusml
Diría que es uno de los inventores de la televisión basura, pero es que ni eso porque se dedicó a seguir los pasos de Pepe Navarro.
elmagnate
Y, hablando del tema (de las tramas circulares, que no necesariamente de pañuelos), si la semana pasada hablé de Andreu Buenafuente y hoy me he dedicado a Javier Sardà, ¿adivináis a quién le toca el turno el próximo viernes?
La próxima, apuesto por Pepe Navarro, y la siguiente por Flo.
Iteisaburo
@12: suscribo punto por punto tu comentario.
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Hace años que me parece un cadáver televisivo, un anti-rey Midas capaz de echar a perder cualquier programa a cuyo frente se ponga.
Alguien recuerda el mega-fiasco de "La Tribu"? Porque T5 parece haberlo olvidado y sigue tratándolo de súper-estrella de la tele... y Sardá hace eones que explotó.