La gala de los premios Goya necesitaba de un cambio de rumbo tras tocar fondo en 2018. Para ello la Academia del Cine español decidió volver a contar con Andreu Buenafuente, quien ya había demostrado su poder para atraer el público en las ediciones de 2010 y 2011. En esta ocasión estuvo acompañado al frente por Silvia Abril y el público respondió muy bien, consiguiendo la mejor cuota de pantalla desde 2010.
En concreto, los Goya fueron vistos por una 26,2% de la gente que tenía el televisor encendido en ese momento, lo cual se tradujo en una audiencia media de 3.819.000 espectadores, aunque 9,28 millones vieron al menos un minuto de la gala. Estos datos la sitúan como la gala con mejor share desde el 2010, pues entonces se consiguió un share del 26,4%. En audiencias la cosa cambia, pues la entrega de 2016 con Dani Rovira al frente se fue hasta los 3,9 millones de televidentes.
Conviene apuntar que el minuto de oro se produjo cerca de las 23:30 horas, ya que entonces se reunieron ante el televisor 4,6 millones de personas -un 28,2% de cuota de pantalla-. Muy buenos datos que remarcan el interés del público hacia los premios, quizá impulsados por la presencia de 'Campeones', todo un bombazo en taquilla.
La otra posibilidad es pensar que la presencia de Buenafuente como presentador es poco menos que una garantía de éxito. Por mi parte, no me cabe la más mínima duda de que Abril y él se mostraron mucho más sueltos que Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla el año pasado, pero también que los mejores años de Buenafuente hace tiempo que quedaron atrás. De todas formas, mientras no encuentren a alguien que inspire más confianza, no tendría problema en que repitiese otro año más, ¿y vosotros?
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