'La historia interminable' es una de las películas de infancia de muchos cinéfilos. La cinta que dio pie a la archiconocida canción homónima de Limahl es una adaptación del best seller de Michael Ende, quien trató de eliminarla del mapa por todas las vías posibles.
Una fantasía
Publicada en 1979 y considerada un clásico de la literatura juvenil y la fantasía, 'La historia interminable' se convirtió en la novela estandarte de Michael Ende (autor también de 'Momo'). Su tremenda popularidad hizo que, pocos años después, se pusiera en marcha una adaptación cinematográfica.
En un principio, firmó con una pequeña productora y Ende estaba entusiasmado con la idea de llevar su historia a la gran pantalla. Pese a recibir cartas de disconformidad por parte de los fans, el novelista defendía el cine como un medio artístico lleno de posibilidades y confiaba en que esta versión sería "delicada, poética y llena de magia".
Las primeras alarmas saltaron cuando el autor se enteró de que el proyecto había sido vendido a una productora más grande: Neue Constantin. Ende manifestó su preocupación de que, al tratarse de una superproducción, se descuidaran los personajes y el corazón de la historia para dar prioridad a imágenes llamativas.
El productor Bernd Eichinger logró apaciguarle, convenciéndole de que tendría una participación "enormemente positiva", permitiéndole aprobar al director y al actor principal y asesorar en el apartado creativo para que su visión quedara reflejada en la película.
El punto de no retorno fue cuando llegó a manos de Ende el nuevo guión. Hasta el momento, el novelista había dado su visto bueno al realizado por Wolfgang Petersen, que iba a dirigir la cinta. No obstante, en cuanto se hubo terminado, el productor encargó una segunda versión del guión que no contó con la supervisión de Ende.
El autor quedó horrorizado por el nuevo libreto que, en su opinión, se parecía más a una tira cómica que a su novela. Intentó recuperar los derechos de la adaptación y paralizar la producción pero al final, debido a distintas cláusulas de su contrato, no pudo hacer nada para remediarlo.
Aquello le pareció un ataque contra su integridad como escritor y lo definió como un "enorme melodrama comercial kitsch de felpa y plástico". A pesar de ello, la película protagonizada por Barret Oliver y Noah Hathaway se estrenó en 1984 y se convirtió en un clásico instantáneo.
Por su parte, Ende se pasó el resto de su vida intentando acabar con ella, mediante batallas legales y conferencias que no llegaron a ninguna parte. Si ya el filme de Petersen le pareció infame, el escritor tuvo que ser testigo de un crimen aún mayor contra su obra.
La versión del 84 solo cubría parte de la novela, por lo que alguien tuvo la gran idea de seguir explotando el volumen único y convertirlo en franquicia. 'La historia interminable 2. El siguiente capítulo' llegó en 1990 y adaptó el resto del libro (dirigida por otro director y con otros actores) e incluso hubo una tercera parte. 'Las aventuras de Bastian' (1994) directamente cogía solo un par de personajes de la original y estaba protagonizada por el mismísimo Jack Black.
Una trayectoria de lo más disparatada (y no demasiado exitosa, ya que nadie recuerda a estas alturas esas secuelas), a la que el pobre Michael Ende tuvo que asistir antes de su fallecimiento en 1995.
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