“¿Te has preguntado alguna vez por qué te gusta sufrir?” Fue el comentario jocoso que me hizo un amigo cuando comenté que llevaba mes y pico viendo dos o tres películas mudas todos los fines de semana. Y es que, he de reconocer que hay ratos (sobre todo al comienzo de esta aventura) que yo mismo me preguntaba si iba a poder aguantar a "los pioneros del cine".
Al ser crítico de series, muchas veces la deformación profesional hace que las novedades cinematográficas pasen por mi lado sin prestarles demasiada atención. No me interpretéis mal, me gusta mucho el cine pero sí que el estar pegado a la actualidad hace que lo anterior al presente tenga una prioridad menor más allá de las cintas clásicas que vi en su momento.
Así que me propuse al terminar el año hacer un “challenge” monumental con una lista de casi dos mil películas de todos los tiempos que “había que ver” según criterios de postureta, como me gusta decir. Si tenéis curiosidad por ella, la tenéis en mi Letterboxd.
Ahí metí desde las mencionadas en la inconmensurable ‘The Story of Film: An Oddyssey’ de Mark Cousins hasta ‘El guion’ de Robert McKee, pasando por curaciones como ‘1001 películas que hay que ver antes de morir’ o nuestras propias listas de 101 clásicos para aprender a amar el cine y nuestro Festival de cine en dominio público.

No sé lo adecuada de la propuesta, pero a ojo me parecía una buena selección para iniciarse y, si eso, expandirme en las cintas más antiguas del cine. Tampoco quería ser exhaustivo, ya que quería ver las películas de manera legal (ahí Filmin es mi principal aliada) y, como mucho, alguna de las más antiguas y libres de derechos ya en Youtube, Archive y otras "filmotecas" online. Eso hace que de una lista que superaba el centenar de cintas anteriores a la irrupción del cine sonoro (que es prácticamente es el 99% de lo hecho antes de 1930) haya podido ver algo más de cincuenta.
Ni que decir tiene que este texto no pretende sentar cátedra, ni ser una guía. Es, simple y llanamente, la exposición de una experiencia bastante enriquecedora. Y ya me veis, ya en mayo y con cuarentena de por medio empiezo a escribir estas líneas con muchas sensaciones procesadas sobre un modo de hacer cine tecnológicamente extinto y en el que sus realizadores aguzaban el ingenio para poder narrar sus historias sin la palabra hablada.
Los cortometrajes son nuestros amigos
Si queréis adentraros en este mundo solo os doy un consejo: comenzad con las películas cortas. Entre las cintas más antiguas y cortas hay mucho cine "experimental" y observacional (gente paseando, dándose besos, dando leche a un gato...), pero en ficción nos encontramos con joyas de solo tres o cuatro minutos (los cortos de Méliès me parecen sensacionales).
Yo, por el contrario, cometí el error de empezar con 'El nacimiento de una nación' ('The Birth of a Nation', 1915) de D.W. Griffith. Película de la que se puede contar muchas cosas sobre lo racista que es (literalmente glorifica el KKK)... pero a veces nos olvidamos de lo pesada que se hace. Cuatro horas ni más ni menos.
Y no es ninguna excepción: 'El doctor Mabuse' ('Dr. Mabuse, der Spieler', 1922) de Fritz Lang ronda también esa longitud entre sus dos partes (truco: si en Filmin lo pones en versión en español sale una parte y si pones la versión original, la otra) al igual que unas cuantas cintas de la época. Si no has visto nunca cine mudo, esto va a cansar mucho. Por ello, lo mejor es comenzar con cintas cortas y a partir de ahí ir a por las más largas.
Concentración, señores

Tan acostumbrados a tener un millón de estímulos en la cabeza (yo, por ejemplo, suelo escribir con podcasts o la radio de fondo) el encontrarme con este cine tan "vacío" en el que la música (si la hay) no suele tener incidencia en la historia, exige una concentración extra que nos pone al límite.
Yo reconozco que uno de mis pecados del espectador que tengo es que suelo ver películas con el IMDB abierto porque a veces necesito saber YA el nombre de esa actriz o si esa cara que me suena es quien creo que es. Normalmente algo que miras en un momento y que "no pasa nada por pestañear". Aquí el hacerlo se convierte en condena a no enterarte de nada.
Coge el móvil un momento para responder a un Whatsapp, o al Slack en el que te dice tu jefe que te des prisa en entregar este artículo: ya has desconectado y la reconexión no es fácil. No porque hayan pasado muchas cosas sino por el poco estímulo que ofrece a nuestro cerebro actual el monocromo. Y ya no hablo de blanco y negro, sino de los teñidos de azules, sepias... esa paleta no termina de atrapar.
Así, este cine requiere una concentración especial. El tiempo es oro y no nos vamos a encontrar con una voz en off que nos narre la jugada. En este punto quiero contar la anécdota de que las dos versiones que encontré de 'La quimera del oro' ('Gold Rush', 1925) de Charles Chaplin fue la reestrenada en 1942 (en Filmin y en Prime Video) con un narrador que no aporta demasiado a lo que ya narró, sin palabras, el genial cómico.
Como ver a un niño aprender a hablar

Es curioso lo idealizado que está el cine mudo gracias a centenares de sketches en series y películas que simulan una escena de este tipo de películas y todo parece ir muy fluido y rápido. Todo lo contrario, amigos. Estamos tan acostumbrados a los códigos y los lenguajes del cine actual en niveles que consideramos superbásicos que se nos olvida que no siempre fue así.
Es más, ver una película de 1901 se hace raro no por el hecho de que sea muda, sino porque los recursos narrativos que hoy tenemos más que asumidos simplemente no existen en esa época. No han sido inventados.Es algo que me llamó la atención cuando vi la magnífica serie de Cousins y cómo iba desgranando las películas según sus innovaciones narrativas y técnicas primigenias.
Es arcaico, rudimentario, pero cuentan historias lo mejor que se puede. Es algo que pide paciencia. Mucha. Pero, a su vez, entusiasma ver esas primeras veces que alguien decidió saltarse la línea temporal y hacer que dos planos transcurran de forma paralela o, mismamente, que una cámara esté en movimiento como en el comienzo de 'El último' ('Der letzte Mann'), de F. W. Murnau.
Poco a poco vemos madurar estas pequeñas innovaciones tanto técnicas como artísticas, haciendo que aprecie más el lenguaje cinematográfico en todo su esplendor. Ya en los años veinte el cine vive un momento de mocedad impresionante. Son películas menos "torpes" pero no pierden ni un ápice de ambición. Ni siquiera en las comedias con, por ejemplo, un Buster Keaton dándolo todo en cintas perfectas como 'El héroe del Río' ('Steamboat Bill Jr.', 1928).
El cine alemán (y europeo) se come al estadounidense con patatas

Parece que el debate entre lo comercial de Hollywood respecto al cine europeo no es algo nuevo. Y es curioso ver películas estadounidenses y alemanas de forma "paralela" y constatar cómo el modo de narrar es muy diferente, con los segundos siendo mucho más imaginativos
Nos encontramos con una potente generación de directores alemanes como F. W. Murnau con 'Nosferatu' (id, 1922), Fritz Lang con su 'Metrópolis' (id, 1927), Robert Wiene con 'El gabinete del Dr. Caligari' ('Das Cabinet des Dr. Caligari', 1920), Paul Wegener con 'El Golem' ('Der Golem, wie er in die Welt kam', 1920) que crean grandes fábulas con imágenes poderosas.
Y no solo el cine alemán y su expresionismo. El cine europeo de comienzos de siglo XX parece buscar alargar el romanticismo de cien años antes en su mirada a las historias y en su fantasía. Esta versión de 'Cenicienta' realizada en 1899 por George Méliès es una genialidad que me arrepiento no conocer hasta ahora.
Carl Theodor Dreyer es un poderosísimo narrador con la que se ha convertido en mi película favorita de los años 20, 'La pasión de Juana de Arco' ('La passion de Jeanne d'Arc'). Incluso un Alfred Hitchcock principiante está inspirado en las corrientes europeas con 'El enemigo de las rubias' ('The Lodger', 1927). El cine ruso de Eisenstein es trigo de otro costal.
Es curioso porque el sistema de estudios americano y el modelo de cine que tienen implementado se ve tan acartonado en comparación que cuando directores como Murnau hacen las Américas, se nota un cine bien distino. 'Amanecer' ('Sunrise', 1927) está bastante bien pero da la sensación de que salvo por el hecho de que es una de las primeras cintas con banda sonora sincronizada, el resto ya está visto.
El cine del entusiasmo

No me voy a detener en esos mitos de que si una cinta se considera un clásico es, automáticamente, mejor película que el 90% del cine actual. De hecho, hoy en día muchas de estas cintas las tildaríamos de blockbusters en lo bueno y en lo malo. A lo largo de las cinco decenas de películas que he visto hay cintas asombrosas, otras que son curiosidades desfasadas y algún rollo macabeo que no hay por donde cogerlo.
Y aquí no se libra nadie de los míticos directores de la época. Hay grandes obras de Murnau, Griffith, Chaplin o Lang, por poner un ejemplo, que son un peñazo importante. No solo por duración (ejem) si no por lo machacado del guion, por lo poco que dejan respirar las historias o, simplemente, por lo poco inspirado que están.
Pero lo que sí que me gustaría destacar es que el cine mudo transpira un entusiasmo a la hora de hacer las cosas que pocas veces se encuentra hoy en día. Y es una de las sensaciones con las que me quedo de toda experiencia. Ignoro si costó más o menos hacer una película concreta, cuánto se pagó o si se tuvo que pasar por ahí la inspección de trabajo. Pero esas ganas de contar, de entretener y de emocionar está ahí. Innegablemente.
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20 comentarios
klamm
Vamos, que después de haber visto más de 50 películas mudas no has aprendido una mi**da.
Decir que el guion de una película de los años 10 o 20 del siglo XX está machacado es de aúpa (los machacados si eso son los actuales). Y decir que las grandes obras de Murnau, Griffith, Chaplin o Lang son un peñazo es de traca, para un supuesto crítico. Como espectador puedes tener la opinión que te de la gana, pero si te quieres considerar a ti mismo un crítico y tener un mínimo de credibilidad y dices eso...
Te diré lo que tendrías que haber aprendido tras 50 películas mudas: No ver cine mudo con ojos de espectador del 2020. O mejor dicho, sí, pero valorando la influencia que este a tenido sobre todo el cine posterior. De nada.
En fin, vuelve a las series.
Marcial Zamorano
Hace mucho tiempo hice algo parecido, no con tantas películas. Descubrí cómo los primeros años del cine sirvieron para sentar las bases de cómo narrar historias. Si lo miras con los ojos de un niño que está aprendiendo a contar, la experiencia se hace más enriquecedora. A un niño no le puedes pedir una oratoria filosófica sobre Kant pero te asombra si sabe contar el cuento de Caperucita roja. El cine mudo es similar. Me entusiasmó El nacimiento de una Nación, El Acorazado Potemkin, el expresionismo alemán, todas las de Meliés... no veo que hayas mencionado Intolerancia (larga de narices...) y, en cualquier caso, no me atrevo a decir que sean un coñazo, ¡un RESPETO por favor! Son HISTORIA del cine, arqueología en estado puro.
También es cierto que con 10 o 12 años aún echaban en la TV mucho cine mudo de Chaplin, El Gordo y el Flaco, Buster Keaton... Sin duda estaba algo aprendido para zambullirme en el cine mudo inicial y aún hoy me sigue pareciendo muy enriquecedor.
soldieryan
Buen artículo y buenas reflexiones. Alguna he visto en mi época de estudiante de cine y coincido en que, por muy "obra maestra" que se considere, son un poco coñazo.
alkaparro
Aunque no estoy de acuerdo en muchas conclusiones del autor, es importante conocer la evolución del cine a lo largo de la historia.
Mucha gente sin conocimiento ve ahora películas como Ciudadano Kane, y no sabe apreciarla. Hay que saber dónde estaba el cine antes de esa película y todas las técnicas que revolucionó Welles, para saber por qué es tan gran grande esa película.
Es solo un ejemplo
hinhan
No se si el señor Albertini ha aprendido algo. Pero esta claro que le queda mucho por aprender.....
vasilia1
Yo crecí con las peliculas de Chaplin, asi que siempre me ha parecido increiblemente fascinante el cine mudo. Sobre todo, el hecho de tener que suplir con gestos lo que en actuales peliculas es dialogado, lo que hace que tengan que gesticular mas de lo que actualmente acostumbramos.
Pero lo que me impresiona de esa epoca es lo increiblemente arriesgados que eran todos. Los actores haciendo sus malabares si eso lo requerian, los camarografos siguiendo las escenas con esas monstruosas camaras antiguas, los iluminadores jugando con las luces y sombras, los directores con las historias... No le hicieron el asco a ningun genero, ni siquiera al porno!!!. Nada los limitaba. Creaban un mundo completo mediante maquetas, o reflejaban la brutal realidad de la epoca, o generaban un ambiente tenebroso con muchisimo, pero muchisimo ingenio. Adore El Enemigo de las Rubias, cuando una de las cosas que mas me encanta de las peliculas de Hitchcock son los dialogos, pero aqui solo la escena de la llegada a la casa, con esa niebla... Genial, totalmente genial.
Falta esas ganas de hacer bien las cosas en el cine actual.
Jonesjr.
El cine mudo en ocasiones parece otro arte distinto al sonoro, el cual se sofisticó en en algunos aspectos, pero perdió la narrativa visual pura y dura que era el mudo. Dijo Chaplin que cuando ya estaban empezando a dominarlo se acabó, y creo que es cierto, pues los Chaplin, Keaton, Dreyer y compañía alcanzaron un nivel de genialidad a finales de los 20, que se me hace la boca agua pensar en qué más podrían haber hecho.
No podemos quejarnos de la aparición del sonoro, porque los 40 y 50 nos brindaron las mejores películas de la historia del cine, pero bien es cierto que el sonoro destruyó las carreras y maneras de trabajar de muchos genios a los que la industria del cine decidió enterrar si no se adaptaban a los nuevos tiempos.
No se pueden contar tantas obras maestras del mudo como del sonoro, porque fue un periodo de tiempo de apenas dos décadas, porque la gran mayoría del cine que se hizo ha desaparecido, y porque era uno nuevo arte que estaban aprendiendo a hacer sobre la marcha. Pero lo que está claro es que películas como La Quimera del Oro o La Pasión de Juana de Arco están entre las mejores 30 o 40 películas hechas jamás.
Valjean85
Leo el titular, entro al post como un niño al salón el día de reyes, leo las "reflexiones" de una persona que es crítico profesional, apago el PC, me meto en la cama a llorar.