En 1999, un director llamado M. Night Shyamalan dio el salto a las primeras ligas de Hollywood con su tercer largometraje, después de haber estrenado sin hacer demasiado ruido dos largometrajes, titulados 'Praying with Anger' y 'Los primeros amigos', que poco o nada tienen que ver con el cine al que se le ha terminado asociando nada más escuchar su nombre. La cinta en cuestión se tituló 'El sexto sentido', y cerró el pasado milenio abriendo la puerta al que parecía un nuevo maestro del suspense.
La resurrección de Night
A partir de ese momento, el natural de Mahé —India—inició una trayectoria ascendente con joyas como 'El protegido' o 'El bosque' que se fue deshinchando progresivamente —pese a mantener un nivel más que notable— hasta tocar fondo con su olvidable dupla compuesta por 'Airbender: El último guerrero' y 'After Earth'. Pero, tras este low point en su carrera, Shyamalan volvió por todo lo alto en la que, sin duda, es su nueva era, con una grata sorpresa estrenada en 2015.
Por aquél entonces, el cineasta abrió un nuevo camino en su trayectoria profesional aliándose con Blumhouse y Universal para dar forma a 'La visita'; un thriller en clave found footage mucho más alineado con sus primeros trabajos que con sus delirios multimillonarios en clave fantástica, cargado de una comedia negra que le sienta como anillo al dedo y que se sirve de su modestia en términos de presupuesto para centrarse en lo que verdaderamente importa.
¿Y qué es exactamente lo importante? Regresar a las puestas en escena sesudas y calculadas al milímetro para alimentar la intriga y el nerviosismo, a los giros de guión entre lo absurdo y lo genial y a las ganas de pasarlo bien y jugar tanto en el set de rodaje como con un público desprotegido ante los bandazos de un guión contenido en su escala pero desatado en lo que respecta a su libertad a la hora de enfrentar a dos adolescentes con su siniestra abuela en una granja dejada de la mano de Dios.
Si algo destaca de 'La visita', además de su inspirado reparto en el que brillan el dúo de veteranos compuesto por Deanna Dunagan y Peter McRobbie, esa es su relación calidad-presupuesto. Una vez más, la gente de Blumhouse extrajo oro de un presupuesto de tan sólo 5 millones de dólares, que se tradujo en 98,5 millones de dólares en la taquilla internacional, y en la primera piedra de la resurreción de un M.Night Shyamalan que, nueve años después, continúa en plena forma.
Si quieres pasar una noche de lo más inquietante y, a la vez, divertida, tienes la oportunidad de hacerlo en Netflix antes de que abandone su catálogo el próximo 29 de febrero.
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