SPOILERS de la temporada 4 en todo el texto
Uno de los momentos que hielan la sangre en la primera parte de ‘Stranger Things 4’ no tiene que ver con Vecna ni otros monstruos del mundo del revés, sino la reunión de Hawkins en la que un estudiante de secundaria lleno de rabia convence a los presentes para ir de cazar a un grupo de adolescentes. Una recreación de la mentalidad de la época que referencia al llamado “Satanic Panic” de los 80, un movimiento de persecución de la cultura tan real como relevante.
El pánico satánico se manifestó de formas muy variadas en la década, incluso llegados los 90, y si bien aquí lo explica muy bien nuestro compañero de Xataka John Tones, es suficiente con saber que artículos como el de Newsweek del primer episodio de la temporada, titulado ‘El diablo ha venido a Estados Unidos’ eran reales y bastante comunes. En el texto reza que “Los estudios han relacionado el comportamiento violento con el juego Dragones y Mazmorras, diciendo que promueve la adoración satánica, el sacrificio ritual, la sodomía, el suicidio e incluso el asesinato”.

Parece imposible pensar que en la década de 1980 hubo noticias como esa, pero lo cierto es que no solo estaban en las principales cabeceras y medios, sino que se hicieron hasta películas como ‘El umbral del juego’ (Mazes and Monsters, 1982) protagonizada por el mismísimo Tom Hanks, que informaban del peligro de estos juegos. Huelga decir que la música heavy metal siempre ha estado asociada al miedo a satanás y los asesinatos rituales, por eso la figura de Eddie Munson, que hace los cuernos al estilo Angus Young, es el primero en caer en sospecha en la serie.
Su caso, un pequeño camello de instituto con afición al metal, recuerda mucho al de Ricky Kasso, que fue autor de un asesinato muy asociado al origen de este pánico, pero la acusación injusta lleva directamente a los tres de Memphis, adolescentes acusados por su afición al rock alternativo que fueron encerrados habiendo muchos indicios de que no fueron ellos. La relación con el satanismo es circunstancial, ya que estos comportamientos sociales se catalogan como pánico moral, en general.

El Satanic panic y la ignorancia peligrosa, ayer y hoy
Cualquiera de ellos consiste en un movimiento de masas basado en la percepción falsa o exagerada de que algún comportamiento cultural o grupo de personas está “peligrosamente desviado” y representa una amenaza para los valores e intereses de la sociedad, suelen estar alimentados por la cobertura mediática de problemas sociales. En ‘Stranger Things 4’ la inclusión de esa trama no solo resulta importante por cómo toda la serie circula alrededor, precisamente, del juego de rol ‘Dragones y Mazmorras’, sino que influye a varios niveles temáticos.
Por una parte, es normal que el pánico satánico llegue a Hawkins, como en el resto de los Estados Unidos, pero que afecte a nuestros protagonistas no es casual. No solo la pandilla, ahora dentro del club Hellfire, ha sido la principal consumidora de estos juegos, sino que hay una relación clara con la marginación, el bullying y la idea de los inadaptados socialmente con la visión de lo diferente como monstruoso a lo largo de toda la serie.
La escena de la turba llena de odio culpando de todos los problemas que no entienden —todo tipo de sucesos extraños— a un pequeño grupo de niños y adolescentes, resuena con fuerza en el presente y no solo es oportuna porque estamos viendo cómo en tiempos de crisis mundial y pandemia surgen la conspiraciones absurdas, sino que se tiende a criminalizar a lo foráneo, la inmigración y al “otro”. Solo un mes antes de empezar el rodaje las masas de la ultraderecha asaltaban el Capitolio de los Estados Unidos en los últimos días de la administración Trump.
La persecución del diferente

Esto ha sido reflejado de forma inconsciente en dos ficciones de terror previas, ‘Apocalipsis’ (The Stand, 2019), estrenada justo en el momento en el que sucedió la revuelta, y ‘Halloween Kills’ (2021), que iba a estrenarse cuatro meses antes de que tuviera lugar. Probablemente todas la películas reflejan una misma sensación de caos al límite, probablemente inspiradas en las marchas racistas de Charlottesville de 2017, una terrorífica imagen que resume la normalización del auge de los fascismos en la última década.

Esto no es casualidad, claro. Las noticias de los 80 pueden resultar impactantes por cómo ponían D&D en el foco de prácticas sexuales perversas, pero ahora algunos políticos etiquetan a la comunidad LGBTQ+ como “preparadores” de agendas atroces, Qanon se ha hecho mainstream con sus teorías de tráfico de niños en pizzerías, y en Iker Jiménez se habla alegremente de la teoría del remplazo que llevó a una matanza de afroamericanos hace dos semanas. Las personas cuya cultura no entendemos, personas con una identidad sexual diferente o inmigrantes, siguen siendo los verdaderos "monstruos" que acechan.

Sin embargo, la serie siempre ha tenido ese comentario de fondo y su identidad se va reafirmando alrededor temporada a temporada, siendo esta última la que más incide en la lucha de los excluidos, ya sea por la lucha en el instituto de los populares contra los frikis, o el tratamiento del bullying, presente desde la primera temporada hasta estos nuevos episodios principalmente en el personaje de Eleven, que tras ser una cobaya de laboratorio literalmente, tiene muchas dificultades de adaptación social. Siempre perseguida por ser diferente, aquí es abusada incluso por sus compañeros de laboratorio.

La otredad y el temor religioso
Sus habilidades extraordinarias son incomprensibles hasta para los que son como ella, que la acorralan y maltratan. La incomprensión es la columna vertebral de la historia en la que Jane es la principal representante, por eso, el Satanic Panic, más que un ingrediente referencial, es la esencia del odio que une toda la temática de las revelaciones y giros. Especialmente si contamos la historia de Vecna empezando por el final. Henry Creel es la versión opuesta de Eleven, es una víctima más que decide rebelarse.

Toda la historia de Victor Creel también es tratada por la prensa de su época como "asesinatos rituales" antes de que estuvieran de moda películas como ‘El exorcista’ (1973), que aumentaron el miedo a “asesinatos por posesión diabólica”, y se hace un paralelismo claro con la mentalidad puritana de los 50 con el resurgimiento de la persecución a Eddie por ser un “emisario” del diablo. Cuando Creel empieza a ver todo lo que ocurre en su casa, causado por su hijo, también lo achaca a un mal religioso, interpreta todas las señales, y los animales muertos con temor de Dios, con una reacción ingenua de familia cristiana de la época.

El niño quiere demostrar que la hipocresía del mundo feliz de los cincuenta esconde esqueletos en el armario y muestra sus propios pecados a sus padres, que se presentan ante el mundo como gente buena y normal pero tienen manchas dentro como el resto. Aquí refuerza la idea de la hipocresía del modo de vida americano, la misma que lleva a la persecución de juegos de rol y música rock, solo que aquí lo concentra en el ámbito familiar. La madre desconfía de él y le teme, quiere llevarlo a un doctor, haciendo a Henry una víctima más de la ignorancia, solo que su plan es una venganza retroactiva que acaba con asesinatos terribles, incluida su hermana.
El origen del conflicto que desata toda la serie

La rabia de Henry viene porque todos le decían “que estaba roto”, y parece que se le achaca a él que su familia se cambiara de casa para empezar de cero y esto se relaciona con Eleven, que también es atacada y marginada por lo que es, aunque tome una camino diferente los villanos en primera instancia son todos los que achacan a "satán" lo diferente, concentrando toda la temática en un pánico moral que apunta a los “monstruos”, un tema muy presente en el género del terror desde ‘Frankenstein’, solo que aquí se lleva a un terreno que, de nuevo, se asimila con los ‘X-Men’.
El Hellfire Club es una referencia a los cómics de la saga ‘Fénix oscura’ que ya aparecía en el primer episodio de la serie. En esta ocasión son ellos los perseguidos, pero toda la trama de Eleven y Henry/Vecna tiene mucho de la rebelión de los mutantes, que siempre han sido la representación más dramática de los cómics fantásticos de la marginalidad, y en este caso Creel hace las veces de Magneto, un “mutie” harto de la alienación y el maltrato, invitando a Eleven a que se una a él.

El Satanic Panic de esta temporada de ‘Stranger Things’ es un síntoma que encaja convenientemente con la temática del rol, pero su motor de miedo a la otredad aparece incluso en los flashbacks, que se revelan finalmente como el origen del conflicto que hace explotar la mitología completa de la propia serie, llevando la idea de la persecución de lo diferente, el extraño, a un nivel argumental integrado en el corpus de la lucha entre el bien y el mal, con todos sus elementos de fantástico y terror asociados.
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heimndal
La sociedad estadounidense se escuda en su poder militar y económico, pero es una sociedad muy ignorante y religiosamente fanatica...diria que de las mas ignorantes en relacion a economia/sociedad.
ripleydehighsmith
Vale, vale, pero esta 4ª temporada, aún con todo esto, sigue siendo un pestiño soporífero. y encima los capítulos son más largos y lentos; les sobran 20 minutos a todos. Me está dando cosa enfrentarme al último de dos horas y media. Eso sí que aterra.
ratchet2431
Lo peor es que hoy en día no es difícil encontrar personas que aún tengan esa paranoia a lo satánico. Para mí es muy divertido pensar en las risas que se echaría el Diablo si viera que le dan demasiado crédito.
manuelsalala
Mis padres fueron cristianos evangelicos y tenían libros ilustrados sobre todo lo que era satánico. En los libro estaba que el símbolo de los Chicago Bulls era un sacerdote dando una misa negra al reves, que la musica de Xuxa y los Beatles tenia mensajes satánicos al revés, que el unicornio era un simbolo de la desviacion sexual, así miles de tocas. Una de la que mas me afectaron fue que casi toda la musica no cristiana estaba hecha para que sus ondas debilitaran nuestros almas y espíritus y dejarnos débiles para la influencia de demonios; recuerdo que me ponía a escuchar musica y si sonaba algo de rock apagaba temiendo que hubiera afectado mi cerebro y estuvieran lo demonios a mi alrededor.
Cabe destacar que mi madre fue una mujeres con problema de ansiedad y depresión, y uso la religión para tapar todo esos problemas. Vivíamos todo el tiempo encerados en casa con ella, porque ansiedad social de ella, a nosotros no decía que había que alejarnos de todo lo mundano para ser salvos. Mi padre que no creía mucho en eso aunque algo si, nunca intervino en la locura de mi madre porque supongo que era cómodo para el saber que ella estaba encerrada en casa cuidando de sus hijos. Fue una infancia de mierda porque todo estaba mal , nada era bueno, ni la musica, las peliculas, lo videos juegos, hasta juntarse con otros chicos era peligrosos por su influencia mundana. Recuerdo que en esa iglesia hacían campamentos donde le pedían a los chicos quemar esa posesiones cuestionables, desde juguetes, libros, discos...
efdtlc
Grandísima temporada. La mejor hasta ahora.
luiscarlos17f
Lo de Black Metal en Noruega no fue ninguna leyenda urbana. Hubo iglesias que sufrieron incendios provocados.
Si pensáis que los de los 80 fueron unos exagerados esperad a lo que se está contando ahora que va a ser mucho peor. No estamos hablando de simples secuestradores de niños, sino de cosas tan horribles que ni un guionista se atrevería a contar algo así en un título de terror.
También es cuestión de tiempo de que veamos una nueva caza de brujas en Hollywood, y esta vez a su lado el senador McCarthy va a parecer un inocente monaguillo.
Es legítimo que en nombre de la sensatez se reclame un mínimo de escepticismo lo que se está contando ciertas cosas en internet, pero tras lo de la isla de Epstein cada vez más gente tiene una mente más abierta para aceptar como posibles ciertas cosas. Aunque la intención sea buena tratar de desacreditar a los "conspiranóicos" como una panda de majaderos no va a funcionar como estrategia, porque si quieres convencer a alguien debes ganarte su confianza para que te siga escuchando, y no forzarle a que te de la razón. Humillar al que no piensa como tú es contraproducente, porque la otra parte por instinto defenderá su orgullo.
Y una cosa en la que los medios de comunicación están metiendo bien la pata hasta el fondo es que han olvidado una importantísima lección: si quieres poner fin al discurso del odio, el fanatismo, la intolerancia, la xenofobia y todo eso, lo que hay que hacer es recuperar principios éticos como la sensatez y el respeto a la dignidad humana, la base de nuestros derechos. No se puede combatir la xenofobia apelando el miedo a la "extrema derecha", porque es reemplazar un veneno con otro. Hay que concienciar a la sociedad para reconocer a los populistas y demagogos manipulando emocionalmente apelando a sentimientos como el miedo, el orgullo, el rencor, la envidia, el deseo, la culpa y la vergüenza.