Las 6 grandes diferencias entre 'Los asesinos de la luna' y la historia real en la que se basa la película de Martin Scorsese

Las 6 grandes diferencias entre 'Los asesinos de la luna' y la historia real en la que se basa la película de Martin Scorsese

Leonardo DiCaprio y Robert de Niro hacen suya la vida de Ernest Burkhart y William Hale... pero con diferencias notables

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Los Asesinos de la Luna y la historia real

Se ha hablado mucho estos días sobre 'Los asesinos de la luna', una de las grandes películas de 2023 (en calidad y, por qué negarlo, en duración): Martin Scorsese se ha sacado de la manga una auténtica maravilla en la que ha interpretado a su manera el libro original, centrado en la investigación sobre los asesinatos de los Osage. El cambio del punto de vista convierte una historia interesante pero formulaica en un hervidero a fuego lento que explora una radiografía de los Estados Unidos cruel, sanguinaria y capitalista.

Pero, claro, en la adaptación se dejó algunas cosas por el camino,aunque bien es cierto que solo por propósitos dramáticos y que la mayor parte de lo que ocurrió se respeta. Por ejemplo, Ernest realmente amaba a Mollie, Hale hablaba el lenguaje Osage e incluso hubo una dramatización de lo ocurrido en la radio como una especie de pre-true crime, en 1932, durante 'The Lucky Strike Hour'. Scorsese respeta hasta el patrocinador, pero hay seis puntos donde se le va la mano del biopic y pasa a la ficción pura y dura.

Ojo: Obviamente, hay SPOILERS de 'Los asesinos de la luna'. ¡Si no la has visto corre al cine, porque te estás perdiendo una maravilla!
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Ernest y Hale nunca se enfrentaron en la cárcel

Killers 2

Hacia el final de la película, Ernest se entera de que su hijo menor ha muerto mientras está en la cárcel cerca de su tío. Entonces, tras una pequeña conversación, decide decir la verdad y convertirse en un testigo de la acusación. Sin embargo, en la vida real ambos jamás compartieron cárcel: durante el juicio, el único momento en el que se vieron fue en el tribunal, así que toda esta conversación es una simple figuración para comprender mejor los sentimientos del personaje interpretado por Leonardo DiCaprio.

Lo que sí es cierto es que su niño pequeño murió, y que eso fue lo que le hizo explotar contra Hale. Sin embargo, ocurrió de una manera mucho más sutil: en el tribunal le dio una nota al abogado acusador en la que indicaba que quería verle esa misma noche. Ernest, entonces, le dijo "Estoy harto de mentir, no quiero seguir más tiempo con este juicio". Más realista, sí, pero mucho menos cinematográfico.

El detalle más truculento que Scorsese evitó

Anna Brown

Sorprende, en una película con la truculencia de 'Los asesinos de la luna', que Martin Scorsese se dejara por el camino un detalle macabro que el libro no termina de verificar (es imposible, a estas alturas): Hale era el padre del hijo que Anna Brown iba a dar a luz antes de morir en una explosión ordenada por... el propio William King Hale.

La película muestra a Anna embarazada, sí, pero se olvida de un detalle que el libro sí resalta: cuando el agente del FBI, Tom White, empieza a preguntar, descubre que ambos eran amantes. No era algo oficial, ni mucho menos, pero según mucha implicada en los sucesos, Hale tenía una aventura con Anna y era el padre de su hijo. O, lo que es lo mismo, fue capaz de matar a su propio bebé nonato para salirse con la suya. Esto era puro cine, Martin.

Mollie no viajó nunca a Washington

Osage

Cuando los asesinatos de los Osage se hacen continuos e inevitables, y tras perder a una de sus hermanas, el personaje interpretado por Lily Gladstone viaja a Washington para hablar con el presidente Calvin Coolidge, un republicano que gobernó en Estados Unidos entre 1923 y 1929.  Sin embargo, en la vida real no hubo ni conversación con Coolidge ni viaje a la capital del país. Eso sí, la frustración cinematográfica lleva a la realidad: los Osage tuvieron que financiar parte de la investigación federal que supuso el primer gran éxito de J. Edgar Hoover y su -entonces- nueva organización: el FBI. No les ha ido mal a posteriori, quizá os suene.

Ernest no se reunió con la gente del pueblo tras el juicio

En la película, la aparición de Brendan Fraser (el abogado W.S. Hamilton) coincide con uno de los momentos de mayor indignación para el público: cuando Ernest se reúne con el resto de perpetradores de los asesinatos y le convencen para no testificar contra su tío. En la vida real no fue tan descarado, pero el resultado final fue el mismo.

Cuando Ernest entró en la sala, Hamilton empezó a arengarle con la misma estrategia que se ve en la película y, tras discutirlo con el juez, el muchacho acaba yéndose de allí con el equipo de su tío. Fue él quien terminó de convencerle, algo a lo que se sumó el hecho de que se marchara de allí con un grupo de gente que apoyaba a Hale. La presión popular hizo el resto.

Ernest nunca admitió sus crímenes ante Mollie

Ernest

Una de las escenas más desgarradoras de 'Los asesinos de la luna' es esa en la que Ernest, tras envenenar a Mollie durante meses, finalmente admite, cabizbajo, lo que había estado haciendo. Sin embargo, en la vida real nunca llegó a dar ese paso. Burkhart nunca aceptó ni admitió haber querido matar a su mujer, a pesar de que, aparentemente, sabía de los planes de su tío.

Hay tres posibilidades: o realmente no quiso reconocerlo por amor a su esposa, o no sabía lo que estaba haciendo... o Hale no estaba confiando en él y encargó a otra persona que la matara poco a poco. En todo caso, Mollie se divorció de él en cuanto pudo y murió antes de que saliera de la cárcel: de su condena de por vida, cumplió "solo" 40 años y tuvo varios periodos de libertad condicional. Al morir, pidió que esparcieran sus cenizas por el poblado Osage: su hijo las cogió y las tiró por un puente cualquiera.

No se contrató solo a un investigador privado

Burns

Mollie acaba contratando a un detective privado, William J. Burns, que se mete en el caso de cabeza y empieza a hacer preguntas incómodas hasta que, inevitablemente, acaba siendo asesinado. Y hay parte de verdad en esta parte de la película, solo que con matices: un grupo de Osage (incluida Mollie) contrataron varios detectives de William J. Burns y Pinkerton... pero sus investigaciones no llegaron a ningún sitio.

Bueno, no exactamente: los detectives fueron pagados para no llegar a ningún sitio, más bien. De hecho, Burns no solo no fue asesinado, sino que fue el predecesor de J. Edgar Hoover en el BOI, que en 1935 se convertiría en el FBI. Son pequeños detalles dramáticos en una película que respeta la realidad sin por ello convertirla en un hilo de Twitter o un artículo de Wikipedia, sino, más bien, en un drama bien pensado, bien narrado y bien culminado. Como deberían ser todas las películas: una auténtica maravilla.

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