Zack Snyder había empezado con buen pie en Hollywood gracias a 'Amanecer de los muertos', estupendo remake que fue un éxito de taquilla con toda justicia. Sin embargo, su triunfo económico acabó palideciendo en comparación al de '300', el segundo largometraje dirigido por el cineasta en el que adaptó el popular cómic de Frank Miller.
El propio Snyder se encargó aquí de escribir el guion junto a Kurt Johnstad y Michael B. Gordon, detectándose en el mismo un claro intento de mantenerse fiel respecto a la obra original, aunque sin conformarse con ser una mera reproducción audiovisual del cómic. El resultado fue un sangriento derroche de testosterona que esta noche recupera laSexta a partir de las 22:30.
A saco
Hay dos cosas que destacan en '300' por encima del resto. Por un lado tenemos a un arrollador Gerard Butler que luego no llegó a convertirse en la gran estrella que apuntaba ser con su interpretación como Leónidas, pero eso no quita aquí sepa canalizar esa intensidad casi teatral llevada al extremo, algo imprescindible para atrapar la atención de los espectadores.
Butler es aquí ese héroe implacable que el público apoya pese a que sepa que los espartanos están condenados a la derrota. Es cierto que Miller siempre podría haber hecho un Tarantino y alterado la realidad para dar otro cierre a la historia, pero no es el caso y es por ahí por donde '300' hace que el hecho de ser hasta cierto punto previsible pierda relevancia.
Lo otro que llama poderosamente la atención es la apuesta visual de Snyder, quien apuesta por la sobredosis de retoques visuales pero con una buena razón: acercarse lo máximo posible a la estética del cómic original. Además, esto permite a Snyder potenciar ciertas escenas muy poderosas en lo visual, manejando incluso con cierta soltura el siempre peligroso recurso de la cámara lenta.
La apuesta de Snyder no dejaba de ser una continuación natural de lo que había hecho Robert Rodriguez apenas un año antes en la superior 'Sin City' y también conviene reseñar que puede llegar a resultar agotador para algunos espectadores. Y es que en '300' el espectáculo está por encima de todo, hasta el punto de que no tiene ningún problema en fliparse, sea o no al ritmo del grito '¡Esto es Esparta!', siempre que la ocasión lo permita.
Eso se traduce en que '300' en ningún momento busca dar algo más de profundidad dramática a la historia contada por Miller, algo que hace que la narrativa de la película se resienta cuando ese apartado tampoco era que brillase especialmente en el cómic original. Hasta puede dar la sensación que la sobreutilización de la cámara lenta es un poco excusa para estirar el metraje en lugar de trabajarse más el libreto.
La puesta en escena compensa eso en parte con la inteligente planificación de algunas secuencias, pero a Snyder empezó a olvidársele aquí que una película es mucho más que eso. Sin embargo, aquí la sencillez argumental de base hace que sea una debilidad mucho menos molesta que en otros trabajos suyos.
'300' fue un rotundo éxito en taquilla, ya que tuvo unos ingresos mundiales de 456 millones de dólares cuando su presupuesto fue de "apenas" 65. Su popularidad fue tal que ocho años después nos llegaría una secuela que también funcionó bastante bien entre el público.
Ver 29 comentarios