El cambio de nombre de Sci Fi a Syfy vino marcado por el estreno de ‘Warehouse 13’, una serie de ciencia ficción que es la principal apuesta del canal para el verano (los otros platos fuertes, como ‘Stargate Universe’ y ‘Caprica’, no se verán hasta el otoño y hasta el próximo enero, respectivamente). Tal vez debutar el mismo día que la cadena cambia de nombre y, en parte, de estrategia podía poner erróneas expectativas de que ‘Warehouse 13’ iba a ser la sucesora de ‘Battlestar Galactica’ en cuanto a prestigio para el canal. Y son erróneas porque el título al que más debe es a ‘Eureka’.
El mismo sentido de humor y escapismo ligero de los primeros episodios de ‘Eureka’ preside este arranque de ‘Warehouse 13’, en el que conocemos a Pete Lattimer y Myka Bering, los dos agentes del Servicio Secreto asignados al misterioso Almacén 13, en Dakota del Sur, donde el gobierno estadounidense guarda todos los artefactos con poderes sobrenaturales que se va encontrando. El almacén está gestionado por el excéntrico Artie y la intrigante señora Fredrikson, que recluta a los dos agentes y de la que nadie sabe nada más que su apellido. Los pocos episodios emitidos hasta ahora muestran a Bering y Lattimer viajando por todo el país en busca del objeto que puede estar causando los acontecimientos inexplicables que Artie descubre rastreando canales de televisión e Internet y, mientras tanto, discutiendo entre ellos sobre cualquier nimiedad.
La relación entre los dos agentes (interpretados por Eddie McClintock y Joanne Kelly) debería suavizarse un poco pero resulta entretenida de ver, con sus peleas por ver cuál de los dos está al mando, sus bromas conjuntas a Artie y una dinámica más en la línea de las buddy movies que buscando la consabida tensión sexual no resuelta. Por ahora, son dos colegas que buscan la manera de trabajar juntos sin fastidiarse continuamente el uno al otro. Pero, aunque puedan resultar divertidos, es Artie el verdadero hallazgo de la serie.
Interpretado por un veterano como Saul Rubinek, que le da el aire de estar ya de vuelta de todo, Artie es algo más que el científico loco común a muchas de estas series. A veces da la sensación de poder ser bastante peligroso si se lo propone, y su relación con la señora Fredrikson es todavía un enigma que promete ser interesante. A ella, por cierto, espero que la veamos más a menudo, que CCH Pounder siempre es bienvenida en cualquier papel que haga, ya sea ‘Bagdad Café’ o ‘The Shield’.
En resumen, que con unos objetos con poderes imaginativos (no le pidáis mucha coherencia científica, que no va de eso), una pareja protagonista divertida y unos secundarios interesantes, sobre todo Artie, ‘Warehouse 13’ resulta una opción simpática para el verano. Como lleva aún muy pocos capítulos, no es fácil saber si pasará de un escapismo light a otra cosa, pero por ahora no hace daño.
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