No es que 'Stranger Things' haya sido una serie que haya escondido demasiado lo mucho que referencia a otros clásicos de otras épocas para elaborar su historia fantástica, con jóvenes teniendo aventuras sobrenaturales. De hecho, muchas veces su reclamo ha sido precisamente lo mucho que evoca a otros films ochenteros importantes dentro de la ciencia ficción y el terror.
Para su cuarta temporada han tirado la casa por la ventana, al mismo tiempo que han ido de frente con una de sus mayores influencias. Una que también tiene a adolescentes en peligro por una amenaza procedente de otra realidad, trasteando con su psique y su percepción de la realidad. Ese clásico es 'Pesadilla en Elm Street', de Wes Craven. Una cinta que podemos recuperar a través de HBO Max.
Miedo a los sueños
Si has visto la exitosa de serie de Netflix, no te sorprenderá la premisa de esta película. Un grupo de jóvenes es amenazado por un espeluznante hombre de rostro quemado por el fuego y una mano enguantada con cuchillas simulando unas uñas alargadas. Pero la particularidad es que este hombre acude para asesinarlos durante sus sueños.
Esta amenaza se trata de Freddy Krueger, un antiguo asesino de niños que fue quemado vivo en una sala de calderas, y a través de un extraño fenómeno consigue anclarse al mundo de los sueños, desde el cuál puede amenazar a nuevas víctimas. Robert Englund interpreta a este icónico villano que atemoriza a un reparto joven compuesto por Heather Langenkamp y un debutante Johnny Depp, entre otros.
Un film exitoso, aparte de por el buen hacer de Craven que hace un magnífico ejercicio de atmósfera pesadillesca y secuencias de terror violentas, por lo bien conceptualizado que está el personaje de Krueger. La amenaza que te persigue mientras duermes, ir a la cama sin saber sin despertarás al día siguiente, sentir que esto es un problema común con otros adolescentes y que los adultos no pueden hacer nada por remediarlo.
'Pesadilla en Elm Street': clásico del terror
Luego está, claro, su magnífico diseño, desde el suéter de colores y el sombrero hasta la espeluznante cara y las cuchillas. Craven se aprovechó de noticias reales sobre gente que moría mientras dormía en Asia para preparar el concepto, aunque la estética le vino a través de sus propios temores infantiles, inspirándose en animales con garras y en un tenebroso hombre que creyó ver en la entrada de su casa de noche.
Es uno de los motivos por los que la película ha persistido como un clásico del cine de terror y por lo que gente como los Duffer han querido usarla de inspiración -¿fuente a la que expropiar?- para su gran ficción. Por eso es una de las mejores películas que ponerse a ver tras zamparse todas esas horas de adolescentes en peligro por un poderoso villano. Igual hasta salís más satisfechos con esta.
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