La BBC lo ha vuelto a hacer. ‘River’ es una de las producciones recientes de la cadena británica, una miniserie de seis episodios creada y escrita por Abi Morgan (‘The Hour’, ‘Shame’) en la que Stellan Skarsgård interpreta a un detective de la policía de Londres traumatizado por el reciente asesinato de su compañera.
El relato está centrado en desenmarañar los secretos y motivos tras este crimen, que él presenció, pero el desarrollo se plantea sobre todo desde el prisma más psicológico de los hechos, empujando al espectador a la mente y emociones de su protagonista. Es ese estudio de sentimientos, de prejuicios, de catalizadores emocionales lo que separa esta historia de otros thrillers policíacos de planteamiento similar.
John River tiene una particularidad: tiene visiones constantes y muy vívidas de su compañera asesinada, Jackie Stevie Stevenson. Habla, recuerda, discurre con ella mientras trata de encontrar a su asesino. Es consciente de sus visiones, ya que ha vivido toda su vida con ellas, y no sólo interactúa con Stevie, sino con otras personas muertas relacionadas con casos de su trabajo.
Drama psicológico
Así, ‘River’ se desvela como un estimulante estudio de la psique de su protagonista, que se subraya con juegos de narración visual entre lo real y lo proyectado, y se complementa con una dirección, atmósfera, montaje y música excelentes.
Skarsgård está fantástico llevando todo el peso dramático de la historia y su interpretación está repleta de matices exquisitos. Hay una nube de tristeza que le acompaña allá donde va, pero la sonrisa que consigue en él la visión de Stevie dice un mundo del efecto que tenía en él cuando estaba viva.
Todos estos detalles no hacen más que ensalzar unos guiones que son de lo mejor que visto últimamente. Ya no sólo por la sensibilidad; por la capacidad de transmitir y hacernos partícipes de la profunda tristeza y añoranza de River, sino por cómo evoluciona y las reflexiones que pone sobre la mesa a medida que van desvelándose los secretos que hay tras el crimen.
Los episodios aprovechan cada estadio en el que se encuentra la investigación para plantear nuevos temas. Burocracia, racismo, confianza, inmigración, soledad, homofobia o intimidad. Sobre lo que supone ser distinto en la sociedad actual y el dolor derivado de verse forzado a fingir porque los demás no pueden aceptar que eres diferente.
Hay muchos monólogos o lecciones de River que hacen mella, pero destacaré una reflexión que plantea cuando la policía utiliza los medios de comunicación para solicitar que la gente llame si cree conocer al asesino. Nueve de cada diez veces que alguien acusa a un conocido están equivocados; personas que se plantean si sus seres queridos son capaces de matar y marcan el número de la policía mientras les sonríen, traicionando su total confianza.
Esta reflexión se traslada a su vez al propio protagonista, quien a medida que avanza la historia va conociendo detalles de la vida de Stevie que no sólo no sabía, sino que le soprenden y destrozan. El relato medita sobre la intimidad y lo que supone realmente conocer a alguien a la vez que la relación de River con su compañera y amiga va evolucionando a pesar de que ella ya no esté.
La naturaleza de la historia me empuja a centrarme en el personaje de Skarsgård, pero la miniserie cuida mucho a sus secundarios, un elenco fantástico cuyo desarrollo está al servicio del protagonista pero que consigue entidad propia. Destacaría sin duda a Stevie, maravillosa Nicola Walker, como una presencia única que ilumina cada plano en el que está a pesar de ser una visión de él.
También subrayaría la reconfortantemente tiernas que son la paciencia y comprensión infinitas de Ira (Adeel Akhtar) y la maligna presencia del envenenador de Lambert, otra proyección de la psique de River interpretada por un perturbador Eddie Marsan.
Y hasta aquí. No quiero dar más detalles sobre esta fantástica miniserie que recomiendo encarecidamente y que actualmente está disponible en Netflix España. ‘River’ es un drama magnífico, con un desarrollo de personajes exquisito, una sensibilidad excepcional y una factura técnica fantástica. Un relato de fuertes e inestables emociones, como vacilantes somos las personas y como contradictorios son los temas musicales, bailongos y alegres, elegidos para los arranques y finales de capítulo. Lo jovial en una atmósfera gris; lo que era Stevie en la vida de River.
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