Uno de los movimientos más llamativos de la nueva temporada televisiva fue la decisión de FOX de convertir el martes en la noche de las comedias, programando juntas ‘New Girl‘, ‘The Mindy Project‘, ‘Raising Hope‘ y una cuyo tono y estética la dejan un poco entre la primera y la última, ‘Ben & Kate‘. Esta serie está creada por Dana Fox, ex guionista de ‘New Girl’, que la basó en parte en la relación que tiene con su hermano, un hombre que siempre estaba a la búsqueda de alguna locura qué hacer que se saliera de la rutina. Más o menos así es Ben, que después de una temporada fuera de la ciudad vuelve para quedarse con su hermana Kate, madre soltera de una niña pequeña y con una vida más bien rutinaria y no demasiado emocionante. Cada vez que los dos están juntos, reproducen los roles que tenían cuando eran pequeños, en una familia bastante desestructurada: Ben era el alocado y Kate la responsable que, sin embargo, se quedó embarazada por accidente.
Alrededor de ellos dos y de Maddie, la niña, se mueven los otros dos personajes que completan la serie; Tommy, amigo de Ben al que le gusta Kate, y que se apunta a todas las chaladuras que se le ocurran, y BJ, compañera del bar donde trabaja Kate y que siempre le está buscando ligues. Los cinco forman el universo de la comedia, en el que destaca que Maddie sea una niña bastante normal para los estándares de estas series (aunque su intérprete, Maggie Elizabeth Jones, es una robaescenas consumada) y que sus guionistas intentan mantener su humor en un nivel bastante realista. Sólo las excentricidades de Ben resaltan, pero tampoco demasiado; Ben es un niño grande y con eso juegan.
Con encanto, pero sin novedad
La principal baza de ‘Ben and Kate’ es el encanto que despliega y la química que se establece enseguida entre Nat Faxon (que ganó el Oscar a mejor guión adaptado por ‘Los descendientes‘ junto a Jim Rash y Alexander Payne) y Dakota Johnson (que no puede negar que su madre es Melanie Griffith). Los dos desarrollan una dinámica de hermanos que se quieren y se apoyan, pero que no pueden evitar pincharse y hacerse a veces la puñeta, que es lo que impulsa la serie, y forman un trío entrañable con Maddie. Son otra variación más en el viejo tema de “la extraña pareja”, pero funcionan en su mayor parte. El lado un poco más histriónico lo aporta BJ (Lucy Punch), pero mucho menos de lo que parece en el piloto. Desde luego, suyas son las frases más salidas de tono, pero Punch consigue decirlas de un modo que no resultan extrañas y sí bastante divertidas. De algún modo, podría ser el Barney de ‘Ben and Kate’, pero más controlada.
Como decíamos al principio, estilísticamente está más en la línea de ‘New Girl’ o ‘Happy endings‘, pero en su tono se acerca más a comedias familiares amables y entrañables. Sus personajes no son especialmente ingeniosos, pero tampoco son idiotas, y es la dinámica entre ellos lo que hace que resulte entretenido seguir sus peripecias. Kate quiere hacer algo más con su vida y Ben se ofrece a ayudarla a criar a Maddie, y de ahí se van extrayendo las situaciones un poco absurdas, las ideas locas de Ben y los consejos que jamás habría que seguir de BJ. No es una sitcom novedosa ni original, pero por ahora sabe utilizar el encanto de sus personajes.
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