'En un barrio de Nueva York' es uno de los grandes estrenos de esta semana en los cines españoles. Puede que 'Un lugar tranquilo 2' vaya a acaparar una mayor atención por el buen sabor de boca que dejó la primera entrega, pero esta adaptación del primer musical de Lin-Manuel Miranda estaba llamada a darnos grandes alegrías.
La película ha recibido una acogida bastante positiva por parte de la crítica, pero a la hora de la verdad no está funcionando tan bien como se esperaba en taquilla. Sospecho que su lanzamiento simultáneo en HBO Max puede haber jugado en su contra, pero lo que realmente debería interesarnos es que es uno de los mejores musicales del cine reciente.
Con el optimismo por bandera
La película dirigida por John M. Chu desprende energía por los cuatro costados, algo que consigue no sin ciertos sacrificios, ya que en ningún momento reniega de ser una hija de su tiempo. ¿Qué quiere decir esto? Que busca abarcar muchas cosas en un espacio relativamente reducido, algo que seguramente lleve a algunos espectadores a acusarla de una relativa superficialidad como motivo para no llegar a conectar con el aluvión de buenas intenciones que define a 'En un barrio de Nueva York'.
No deja de ser la consecuencia de que 'En un barrio de Nueva York' priorice el dibujo de la comunidad latina -dominicana sobre todo- en la Gran Manzana por encima de que una de sus tramas tiranice al resto. Sí, la relación entre Usnavi -fan de la ocurrencia sobre el origen del nombre- y Vanessa prima por encima del resto, pero lo hace dejando espacio al resto para que esa sensación de pertenencia se convierta rápidamente en lo que más define su ADN.
Para conseguir que todo encaje, la guionista Quiara Alegria Hudes, también coautora de la obra original, opta por dar a la película un ritmo muy vivo, algo que también se refleja en la gran mayoría de sus números musicales. Aquí no importa tanto el lado más íntimo de los personajes, aunque claro que hay un par de números musicales por esa vía, cómo todo lo que les une en Washington Heights.
De hecho, el primer número sirve como carta de presentación perfecta para sus personajes, pero también para ese tono optimista y directo con el que 'En un barrio de Nueva York' conecta con un público necesitado de películas buenrollistas en un tiempo un tanto oscuro. No es que eso la haga merecedora de ese cuestionable calificación de necesaria, ya que una propuesta así siempre viene bien, pero sí que es especialmente pertinente actualmente.
Hay que seguir adelante
Por ponerle un pequeño pero, a veces su montaje confía demasiado en el frenesí cuando las coreografías resultan mucho más efectivas y lucen más cuando es la cámara guiada por Chu la que se mueve con ellos. Ahí tengo claro que es una prolongación natural de esa necesidad constante de la película de seguir adelante, no sé si por miedo a que cualquier posible pequeña pausa de más pueda romper el embrujo que consigue desde su número inicial.
En los números musicales sí hay de forma esporádica una tendencia a acercarse a las grandes coreografías propias de los musicales clásicos -ojo, también hay más centrada solamente en dos personajes que también nos retrotrae a ellos-, efecto bastante conseguido, pero yo disfruto más con otros en los que todo fluye más a partir de las reacciones de los personajes como lo que sucede tras el apagón, mi favorito de toda la función.
Además, la película también sabe alternar el aspecto más emocional del relato, clave en todo momento, como otros apuntes más relacionados con la crítica social que añaden una mayor profundidad al retrato de la comunidad latina en Nueva York. Al igual que sucede en el resto, no esperéis un retrato profundo y muy elaborado de ninguna de ellas, ya que aquí prima la idea general por encima de los aspectos individuales.
'En un barrio de Nueva York' nunca engaña por esa vía y lo cierto es que consigue una mezcla bastante equilibrada para que esa naturaleza un pelín más superficial nunca se vuelva en su contra. Y es que al final, no deja de ser una película con querencia por lo festivo. Incluso cuando alguna tragedia asole a los protagonistas, esa necesidad que mencionaba de seguir adelante de los personajes se traslada igualmente a la propia historia.
La aportación del reparto
Los personajes podrían haber acabado dañados por todo esto, pero a la hora de la verdad se logra dar a los protagonistas el suficiente aire para respirar y que el espectador conecte con ellos. Sí hay algún secundario que queda un poco fuera de lugar -para el uso que le dan, quizá lo suyo hubiese sido sacrificar al personaje de Dascha Polanco-, pero es que la película tampoco necesita más de ellos. Y es que es cierto que la película ha perdido algo de riqueza de la obra, pero también que lo ha hecho con una idea clara para que nunca deje de ser una obra compacta.
Además, los protagonistas están elegidos con bastante acierto. No deja de ser curioso que Anthony Ramos herede el papel de Usnavi de Lin-Manuel Miranda cuando justo interpretó a su hijo en 'Hamilton', pero lo importante es lo inspirado que está en un personaje que transmite un aire de genuinidad que también se aplica al resto, sirviendo como base que la película pueda ir saltando de unos a otros con fluidez y extrema eficacia.
Los únicos momentos en los que ese dinamismo que define a la película decae un poco es cuando se centra en Nina, el personaje interpretado por Leslie Grace. No voy a decir que 'En un barrio de Nueva York' se resienta entonces, ya que no deja de ser un ingrediente clave para la película, pero sí que me interesa un poquito menos al ser quizá cuando la película roza más lo trascendente pero al mismo tiempo manteniendo esas otras señas de identidad que le impiden profundizar de verás en ello.
Más allá de eso, lo que sí conviene tener en cuenta es que no se tratan de personajes basados en el carisma que puedan tener sus actores, sino en la función que cumplen dentro de la película. Quizá por ello, la Vanessa de Melissa Barrera brilla mucho más, ya desde su primer aparición con una llamada de teléfono clave para su futuro. Y menuda química que comparte con Ramos. No era nada fácil que esa sensación de verdad que busca la película se reflejase igual de bien en la relación que une a ambos personajes.
En definitiva
'En un barrio de Nueva York' es una película que tiene las ideas muy claras sobre lo que quiere hacer con la aclamada obra teatral. Habrá a quien no le guste ese enfoque algo más ligero y centrado en conseguir que todo fluya para conseguir contagiar el entusiasmo vital que desprende al público. Y es que tiene una energía envidiable y eso lo hace fenomenal.
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