Es una historia que se ha repetido tantas veces en la historia del entretenimiento del siglo XX (y más allá, es decir, desde que los engranajes de éste son los propios de una industria), que ya nos sabemos de memoria cómo funciona. Pero vamos a contarla otra vez, porque 'Glass', precisamente por ir a la contra, no hace sino corroborarla: cuando una moda, una idea, una corriente estética o un género encuentra el éxito masivo, se unifica. Se pulen sus aristas, se aniquila al que trata de encontrar vías alternativas, se sepulta un pasado en el que hubo múltiples intentos -en teoría- fallidos de alcanzar ese consenso universal.
Podríamos estar hablando de hip-hop, de novela policíaca o de películas de niñas poseídas. Pero estamos hablando de cine de superhéroes: el apabullante impacto de las películas Marvel no solo ha desatado las consabidas imitaciones -una más legítimas que otras-, sino que ha decapitado la posibilidad de discursos alternativos. Ya no funcionan las películas de superhéroes que no comparten esa estructura monolítica y rígida, y las que consiguen escaparse (como 'Aquaman') son vistas como excentricidades. Es paradójico tratándose de un género potencialmente tan rico y versátil y que no solo lleva acompañando al cine desde casi sus inicios, sino que ha tenido una vida paralela en formato impreso, infinitamente más rica y variada.
Esto le interesa a la división cinematográfica Marvel, que a base de imponer una sola forma de ver el estilo superheroico, mata dos pájaros de un tiro: por una parte, puede elaborar películas con plantilla, en las que desaparece la autoría individual y pasan a primera línea burócratas del audiovisual como los Hermanos Russo. Algo que lleva al extremo de que un sector de los fans den de lado a películas como 'Iron Man 3' o 'Thor: Ragnarok', películas de autor dentro de la maquinaria superheroica.
El segundo efecto que favorece al gigante Marvel cuando lleva a cabo la imposición de su estilo como única forma de entender al superhéroe en pantalla es que aniquila la competencia. Pese a ocasionales éxitos de taquilla -'Aquaman' es un milagro por el tono y por la repercusión, pero de momento, un caso aislado-, las películas DC van como pollo sin cabeza husmeando sus propios éxitos (los Batman de Nolan) e intentando imitar los de Marvel.
Y por supuesto, hay bajas colaterales en esta imposición de una visión única. Puede haber películas de superhéroes que no traten sobre una amenaza cósmica que exige el concurso de múltiples héroes para ser neutralizada, y Marvel ha experimentado ocasionalmente con ello, como en esa película de atracos con disfraces que es 'Ant-Man' (pero ojo, neutralizando a sus autores originales en cuanto se desmandan e imponiendo la misma estructura narrativa -que no temática- de todas sus películas). Pero cuando se estrenan (con éxito) películas como 'Glass' o 'Spider-Man: Un nuevo universo', son consideradas películas de superhéroes "diferentes". Y en realidad, en efecto, son distintas, pero no necesariamente rarezas: los superhéroes (también) son eso.
De 'Spider-Man: Un nuevo universo' hemos hablado largo y tendido: no solo es extraordinaria, sino que es pura fantasía superheroica. La integración de una decisión industrial (más Spider-Men para multiplicar las cabeceras con lanzarredes y, por tanto, explotar el éxito original) en un universo de ficción es pura filosofía mainstream del género, y esta película ejecuta ese retruécano narrativo con un buen humor y una inteligencia apabullantes. Estando además extremadamente orgullosa de no ser más que una película de gente que se disfraza. Ni menos.
'Glass': resaltar la diferencia para comentar el género
En cuanto a 'Glass', pocos detalles tan definitorios como su discutida conclusión para ejemplificar hasta qué punto es una película alternativa de superhéroes sin dejar con ello de ser también una producción canónica del género. Una que merece un espacio junto a la extravagancia animada de Sony, los mastodontes genéricos de Marvel y las chifladuras erráticas de DC. Al final de 'Glass', los tres protagonistas (Bruce Willis, Samuel L. Jackson y James McAvoy) afirman que van a ir a enfrentarse a la Torre Osaka de Filadelfia, anticipando un clímax que nunca llega.
En realidad, el trío no consigue pasar del parking del hospital en el que han estado recluidos casi toda la película, un suceso que ha sido calificado por algunos despistados como anticlimático. En realidad es una declaración de intenciones de Shyamalan, que sabe que el espectador medio espera como gran conclusión de este tipo de films un choque de titanes con gente colgando del vacío, saltos espectaculares y edificios en llamas. Es decir, el festival de verbena colorista de la mayoría de las películas de superhéroes. Pero habría sido ridículo teniendo en cuenta que uno de los personajes puede sufrir de fracturas múltiples si tose fuerte.
En vez de eso, Shyamalan limita mucho el espacio, elimina cualquier tipo de distracción, añade un elemento sorpresa (los SWAT), y reúne junto al trío de superseres a sus correspondientes sidekicks humanos (el hijo de El Protector, la madre de Mr. Glass y la amiga de La Horda), más otro secundario de importancia (la doctora que los ha tratado, que vive un giro final más estilo Shyamalan de toda la vida). Y a zurrarse, que que es como acaban siempre las historias de superhéroes.

Es decir, 'Glass' no deja nunca de ser una historia de superhéroes, es solo que lo hace a su manera. Y eso es interesante, porque lo único que define a las historias del género es cierta estética común muy vaga (hay que disfrazarse y tener una identidad secreta, pero no siempre: en 'Legion' nadie lleva uniforme y es una estupenda aventura de mutantes). Y también hay algunos tropos que no siempre se respetan (la identidad secreta -Iron Man no la tiene-, la épica general -hay múltiples superhéroes "realistas", especialmente en Marvel-, la moraleja de Bien contra el Mal -completamente desfasada prácticamente desde los ochenta-). Las historias de superhéroes son elásticas por definición, Shyamalan lo sabe y se aprovecha.
Por eso 'Glass' es importante, porque nos recuerda que no hace falta una amenaza cósmica que literalmente aniquila la mitad de la vida del universo para plantear una buena historia de superhéroes. La dualidad entre héroe y villano, por ejemplo, es uno de los temas vectores de 'El protegido' y 'Glass', y es algo que a menudo olvidan las películas de Marvel, y que DC solo ha tratado en profundidad en el segundo 'Batman' de Nolan. La naturaleza de lo monstruoso, y la injusta categorización como "malvado" de lo que es solo diferente se trataba en 'Múltiple' y, de nuevo, en 'Glass'. Pero Marvel y DC apenas han hablado de ello en sus películas, posiblemente porque las películas en solitario del superhéroe más adecuado para tratarlo, Hulk, no funcionan demasiado bien en taquilla.
'Glass' hace algo muy bien y es recuperar cierta ingenuidad inherente al género ("creerás que un hombre puede volar" decía el tagline de 'Superman'), y que es lo que inadecuadamente ha vinculado a los superhéroes a un público infantil, aunque la ingenuidad bien enfocada, como la de Shyamalan, puede ser bien madura. En este caso, es una meta-ingenuidad: 'Glass' se niega a hablar desde un mundo en el que todos estamos literalmente sepultados por ficciones superheroicas, un mundo en el que películas como 'Deadpool' han hecho trizas la idea del superhéroe a través del sarcasmo y la parodia cruel (no es una crítica: sencillamente, es el mundo en el que vivimos).

Por eso, 'Glass' parece pertenecer a una época pre-MCU, donde el Señor Cristal tiene que dar lecciones aún sobre héroes y villanos, o acerca de en qué consiste un enfrentamiento final. Uno en el que el personaje de Anya Taylor-Joy acude fascinada a una tienda de comics en busca de pistas sobre los superhéroes, como si eso no fuera el pan nuestro de cada día. 'Glass' se obliga a sí misma a no ser excesivamente autoreferencial, y el resultado es una película de superhéroes que no ha sido fagocitada por el conocimiento que todos tenemos del género, como le sucede a excesos meta como 'Kick-Ass' y derivados. Ni tampoco ha sido devorada por la industria, como irónicamente escribe en el guión Shyamalan, donde define las convenciones de comics como engendros para vender series de televisión a adolescentes.
La importancia de la redención
Pero además, 'Glass' se permite pasar la mano por la cara al resto de las películas de género en un aspecto que es pura temática superheroica: la redención. Pese a las apariencias, en ninguna ficción superheroica ni los buenos son tan buenos como parecen (al fin y al cabo, son tíos que se ponen disfraces para dar palizas a los delincuentes desde el anonimato) ni los malos son criminales unidimensionales, sino que a menudo son tan o más complejos que los héroes. La redención sirve para que el héroe encuentre una motivación pura después de excusas más o menos peregrinas, o para que el villano demuestre que no es solo otro genocida mutante, sino algo más complejo.
'Glass' lo consigue con el personaje de Samuel L. Jackson, que quizás no acapare tanto tiempo de pantalla como sus dos compañeros, pero que se revela como nuclear para entender las tres películas cuando cuenta sus planes. Su inteligencia superdotada le capacita para tramar un plan de índole indudablemente criminal, pero por una buena causa: que la sociedad tome consciencia de los diferentes, de los marginados, de los extraños. De héroes y villanos, por supuesto, de monstruos y de titanes.

Eso no lo convierte en una figura positiva, algo imposible después de encadenar actos terroristas con decenas de víctimas, pero sí que lo manda a una zona de grises, más allá de las meras historias de buenos y malos a los que nos han malacostumbrado la mayoría de películas definidas a brochazos de Marvel y DC. 'Glass' es contradictoria y ambigua, pero como no puede ser de otra manera con un género cuyos abuelos (héroes pulp como La Sombra, o de folletín como Fantomas) no tenían nada de la pulcra bondad que identificamos con Superman.
Entre su mensaje subversivo para con el género y sus arriesgadas decisiones argumentales (un bloque central de cháchara sobre la naturaleza del héroe y unas muertes finales escalofriantes por lo humillantes y realistas que resultan), 'Glass' propone una alternativa al algo agotado género fílmico de los superhéroes mainstream. El concepto es infinito: solo necesitamos creadores con la suficiente inteligencia y devoción por sus personajes como Shyamalan para que no dejen de llegar visiones diferentes de lo superheroico.
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Jonesjr.
Glass es excelente, tiene pulso, estilo y una puesta en escena apabullante, es de las películas mejor dirigidas que he visto en mucho tiempo.
Me parece lógico que a mucha gente no le haya gustado, muchos ya no están acostumbrados a ver estas cosas, es decir, cine puro.
ratchet2431
Yo nunca he entendido la devoción que se tiene en esta página a Shyamalan. Nunca olvidaré su reseña de The Last Airbender donde decían que era una sólida película de aventuras. El autor, como era de esperarse, no había visto la serie animada. Lo mismo con El incidente, La dama del agua y After Earth. Y cuando vi esta película sabía que la defenderían a capa y espada a pesar de sus numerosos errores.
-Con lo que critican a Marvel y sus chistes, me sorprende que no digan nada de muchos momentos en esta película donde rompen la seriedad con diálogos así. En mi sala todo el mundo se estaba riendo. Llego un momento en que no pudimos tomarnos la película en serio (hasta, claro, el giro).
-Esto es un juicio personal, pero no soporto la dirección de Shyamalan. El protegido y Fragmentado me encantan justamente porque son películas muy sobrias, contenidas. Pero aquí le da por hacer planos al revés, en diagonal, enfocando objetos de forma inusual, y todo sin un propósito claro. ¿Es que acaso no conoce la dirección invisible?
-Prácticamente toda la trama de la película se cuenta en los trailers. Pero bueno, no es un error directo de la película, pero así se entiende porqué a muchos les aburrió.
-Y hablando de eso, la película se pasa gran parte del metraje con la cuestión de si los personajes son superhéroes o no. Eso sería un conflicto interesante de no ser porque vimos sus dos precuelas y sabemos que lo son. Y no, no es para desarrollar a los personajes. Nada de eso sirve al final porque llega la sociedad secreta (que por cierto, el guion no construye esto de ninguna manera, bravo, Shyamalan), mueren los tres y ya, la película termina después del segundo giro, que admito que me gusto junto a su mensaje.
El principal error que noté de la película desde que la vi en el cine es que lo que hacía a El protegido y Fragmentado tan especiales es que eran películas de superhéroes que no parecían serlo a simple vista. Todos los elementos del género estaban escondidos, no se veían de forma directa, sólo se insinuaban. Pero aquí, la propia estructura pedía a gritos ser más directa, una confrontación. Y aunque Shyamalan intenta seguir siendo diferente a lo establecido en el género, simplemente no logra el mismo resultado, porque es muy diferente ver a Dunn enfrentarse a un criminal vestido de naranja o a Casey escapando de un sujeto que puede escalar paredes y otra muy diferente es ver a dos sujetos levantando autos de policía como si fueran papel, además de que abraza la estructura de los comics y su mitología (todo, desde la sociedad secreta hasta el giro final a lá Watchmen) y la reafirma con los diálogos ("esta es la parte en la que el héroe..."). Es incomprensible que la muerte de Dunn sea la única escena en toda la película donde vaya en contra de la propia mitología que durante el resto del metraje sigue casi punto por punto.
Godfrey
¿Marvel monolítica? La editorial ha sabido jugar muy bien sus cartas y meter toda su mitología dentro de los géneros cinematográficos: Antman y la avispa bebe del cine de atracos, cierto, pero también de la screwball comedy más canónica, con su lucha de sexos y replicas afiladas; Capitán América renueva el cine de espías con su Soldado de Invierno; El pulp más exótico tiene su reflejo en Black Panther y su afrofuturismo; Doctor Strange va a su bola, excéntrica, llevando la fantasía espaciotemporal a límites que solo llegó Nolan con su Origen…y suma y sigue. Marvel ha logrado un equilibrio perfecto entre el serial y la adaptación genérica, entre comic y cine, dando un carácter personalísimo a cada cabecera sin perder el tono general. Y además es un espectáculo fantástico. Eso, amigos, es difícil de narices.
Sobre Glass, sin duda es la peli que más me ha decepcionado de la trilogía espontánea del director. La primera era perfecta en tono y ritmo, arte; la segunda era verbenera y espumosa, un disfrute; esta parece un ensayo sobre el género, y encima un ensayo autoconsciente que da lecciones al espectador. Y el paternalismo en el cine, sobra. Para un maestro de los twists y los clímax con apenas recursos, se queda en un brindis sin chispa: El champan se descorcha con fuerza, pero acaba desbravado. Y defender ese anticlímax como un acto de valentía autoral (y más viniendo del maestro del que viene) es dejar a los que amamos y conocemos el género como fanboys sin criterio. No es una sorpresa, es una decepción. El rey está desnudo.
heimndal
Como dije en otro Post, es una pelicula de Super heroes atrevida considerando las producciones que nos invaden año a año...Y ese atrevimiento es lo que la vuelve fresca, sin llegar a ser oscura, demuestra que tanto heroes como villanos son seres complejos y no acartonados como nos los venden...Tambien considero que me gustaria ver una cuarta parte donde, Shyamalan nos cuente con su caracteristica, como seria ese mundo donde super humanos conviven con humanos comunes.
Los que se aburrieron, es porque esperaban ese final Marvel en la inauguracion del edificio.
josete1985
Glass fue una película con una idea muy buena y unos planos bonitos pero mal ejecutada y con un final bastante pobre en mi opinión; y eso que tanto El Protegido como Múltiple me parecieron buenas (Obra Maestra la primera y bastante entretenida la segunda).
Valjean85
Disertaciones filosóficas sobre esta castaña de película, como si fuera Lawrence de Arabia o El buscavidas. Menudo fenómeno eres John Tones.
SPOILERS a partir de aquí
Media película, literalmente, se la pasan de charlita intentando convencer, aún no sé a quién, de que igual no son superhéroes. Todo esto cuando es una saga de 3 en las que todo el mundo tiene claro que SÍ lo son.
No contento con esto el tercer acto se desarrolla en el parking de mi casa, con una súper pelea de dos o tres empujones contra un coche, insertos a lo hora chanante de gente hablando rompiendo narrativa sobre-explicando gilipolleces y con el protagonista, con el que cualquiera que haya visto El protegido tiene desarrollada una empatía enorme, ahogado en un puto charco, sin vérsele la cara y sin decir una palabra en sus últimos 15 minutos en pantalla. Más, por supuesto, girito final marca de la casa, rollo serie mala, malísima.
Peliculón oigan. Mankiewicz y Wilder, comparados con Shyamalan, eran los negros de Ana Rosa.
MORGOTH
Sin duda, la película que mejor entiende el mundo del cómic. Siempre dudé de la supuesta campaña contra Shyamalan, sus malas críticas las entendía merecidas en algunos casos, pero después de ver lo que se ha dicho de esta película, he comenzado a creerlo. Magistral, sencillamente magistral y exquisitamente dirigida. El que se duerma con esta peli, que no me recomiende ninguna película.... XD. Completamente de acuerdo con John Tones.
tboanibal
"Algo que lleva al extremo de que un sector de los fans den de lado a películas como 'Iron Man 3' o 'Thor: Ragnarok', películas de autor dentro de la maquinaria superheroica."
Pues para haberles dado de lado, tuvieron unas recaudaciones cuantiosas (1.200M y 850M cada una).
Si te refieres a que no gustaron a ciertos sectores (me incluyo con respecto a Iron Man 3), pues es que se puede aplicar a casi cualquier película de Marvel. Siempre habrá gente a la que no guste una u otra película.
Usuario desactivado
Pues a ver si cuando se estrene Capitana Marvel no la ponéis por las nubes, mucho quejarse de que las películas de Marvel son siempre lo mismo pero después los críticos bien que nos decís que son de lo mejorcito del año