Empieza un fin de semana de saturación Torrente. Las televisiones han ido preparando el terreno con reposiciones de las primeras partes para crear ambiente, así que vamos allá:
Torrente 3: el protector. Así se titula la tercera parte de la saga casposa que dirige e interpreta Santiago Segura. Si la primera parte fue una sorpresa y la segunda sonó a chiste repetido, no sabemos aún bien que esperar de la tercera. La trama discurre entre intrigas político-mafiosas (acaso lo mismo), pero como en anteriores ocasiones lo principal será la frescura de los gags que se nos presenten. Habrá que verla, aunque sea para poder despellejarla después.
Un día inesperado es una comedia romántica con Jennifer Love Hewitt y Paul Nicholls. Ian Wyndham pierde a su novia en un accidente justo después de haber discutido con ella. Como en Atrapado en el tiempo, Ian tendrá la oportunidad de volver a vivir ese día para tratar de evitarlo.
Bertrand Tavernier nos trae La pequeña Lola. Pierre y Géraldine viajan a Camboya para tratar de adoptar un niño. Será un viaje al fin del mundo que los cambiará para siempre. Tavernier sigue usando el cine como forma de reivindicación; es un cine político pero intenso y desgarrador. De lo más interesante esta semana. Esteve Riambau y Elisabet Cabeza presentaron La doble vida del faquir en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián. Se trata de un creativo documental sobre una película amateur rodada en un orfanato de la Catalunya de 1937. Los niños de entonces son ahora ancianos que recuerdan una infancia rodeada de bombas y miseria.
Mi mujer se llama Mauricio es una comedia francesa de enredo sin mucho interés. Mujerzuelas que cazan millonarios, millonarios a los que se les olvidó mencionar que estaban casados y una secuencia predecible de situaciones típicas.
A la lista de películas premiadas en grandes festivales que nos llegan con años de retraso hay que añadir Paradise now, un filme palestino sobre dos amigos que son reclutados para llevar a cabo un atentado suicida. No es, como se podría esperar, un alegato político; la película de Hany Abu-Assad habla del ser humano, sólo y desesperado. Otra de las citas indispensables de la semana.
Xavier Berraondo presentó Working class en el pasado Festival de Cine Español de Málaga. Imaginen un estado del bienestar perfecto, una sociedad ideal en la que el paro es un problema del pasado. En Working class todos tienen trabajo menos Iván Santana, un técnico cualificado y con formación que se ha convertido en el último parado que existe en España. Una farsa de ciencia ficción con dosis de realismo mágico.