Es uno de nuestros cineastas más polivalentes, multidisciplinares y talentosos. Juan Cavestany estrenó hace unas semanas su nueva propuesta, la brillante 'Un efecto óptico', que ahora se verá en Sitges antes de su estreno en salas, y hemos hablado con el cineasta sobre su nueva película y su manera de entender el cine.
Gente y sitios
Kiko Vega (KV): Tengo la sensación de haber visto tu película más divertida pero a la vez también la más triste y no sé si esa era la intención o me está pasando por encima 2020
Juan Cavestany (JC): He tenido un problema desde siempre. No he sabido, o no he podido, elegir los tonos de las cosas que hago. Nunca he podido separar el querer divertirme de compartir sensaciones de desasosiego y miedo. Esas sensaciones se combaten con otras más divertidas, y viceversa. Es un tira y afloja constante, pero no es una cosa consciente. Simplemente no puedo evitarlo. Y todo eso está en la película. Puede ser tan disfrutada como sufrida.
KV: 2020, la que está cayendo y has hecho dos películas. ¿Estás atravesando un momento creativo importante o eres incapaz de estar quieto?
JC: Mis únicas preocupaciones en la vida son trabajar y dedicar tiempo a mi hijo, no tengo casi vida social. Cada vez hago menos deporte... es todo un poco triste, la verdad. Me dedico a escribir y a rodar lo que puedo. Me siento afortunado con la vida que tengo, y tuve la suerte de poder estar tranquilo en casa durante el confinamiento, sin miedo a perderlo todo. Esa tranquilidad me abrió el espacio para pensar y hacer una película. Había tanto tiempo y tanto espacio mental que pude hacerlo de manera relajada, fluida. Cuando vino el confinamiento estábamos a medio montar y hubo que parar. Fue ahí cuando preparamos 'Madrid interior'. Luego hemos tenido que correr para llegar a San Sebastián con 'Un efecto óptico'.
KV: Nueva peli, nueva productora y sin sello de "hecho a mano". ¿Se viene un cambio de rumbo?
JC: Con la peli también quería encontrar un espacio donde hacer las cosas un poco más cuidadas, menos al asalto, y compartido con gente que sabe hacer mejor las cosas. Siempre digo que lo que uno hace es un cruce entre lo que quiere y lo que puede. No encontré la pasta para hacer la película algo más en la media de lo convencional del cine español, pero quería hacerlo mejor. Buscaba ese terreno intermedio. Me hubiera gustado poner la etiqueta de hecho a mano, pero fue mi editor, Raúl de Torres, con el que llevo muchas aventuras a mis espaldas y es co-productor de 'Un efecto óptico', el que me convenció. Era una etiqueta que me inventé por tener algo al comienzo de la película. Hay una convención que dice que una película no puede empezar de la nada, necesitas que aparezcan unos logos para que te tomen un poco más en serio.
KV: ¿Tenías una asignatura pendiente con Nueva York?
JC: Pues la verdad es que sí. El germen de esta película está en los tiempos en que yo vivía allí. Me fascinaba la ciudad, pero sobre todo la figura del turista español. Me provocaba entre morbo, terror y una empatía que me llevaba a pensar si yo era como ellos. Pegaba la oreja a ver de qué hablaban. Ojo, no en plan stalker, eh, solo me sentía atraído por lo fácil que se les reconocía por la mirada, por la actitud o por la energía o la ropa. En aquella época escribí un relato corto con estos protagonistas que luego ha evolucionado mucho hasta el primer borrador de esta historia. Fue después de 'Gente en sitios'. Hay dos Nueva York en la película, uno es real y otro no, pero es que la película es un engaño constante y no lo oculta.
"Hay una convención que dice que una película no puede empezar de la nada, necesitas que aparezcan unos logos para que te tomen un poco más en serio"
KV: ¿Eres más de sitios o de gente?
JC: Me gusta mucho espiar a la gente y la fotografía callejera. Pero creo que esto se ha ido a la mierda con el virus. Esto de la mascarilla ha roto totalmente la estética y si me apuras se ha cargado la línea de toda una corriente como es la de la fotografía callejera. Philippe Halsman o William Klein han estado muy presentes durante la preparación de 'Un efecto óptico'. Ahora es imposible entender a la gente en un espacio porque lleva mascarilla. En este momento soy más de sitios, creo que ahora mismo me resultan más interesantes los sitios. La gente con mascarilla no me atrae nada.
KV: La peli tiene una carga importante de elementos de cine fantástico, pero creo que eso siempre está presente en tu obra. ¿Te interesa el género?
JC: Me interesa, pero no soy ningún especialista. No soy nada enciclopédico con el cine en general. Sí que es verdad que el fantástico ha estado siempre presente en mi trabajo. La fantasía es lo que nos atrae para comenzar a ir al cine cuando somos niños. El descubrimiento del terror en la infancia es un rito de paso absoluto. Veo de todo pero no soy especialista de nada, algo que me viene del periodismo. Como hago mis películas con esa energía de que igual es la última vez que hago algo, siempre meto todo. Me gusta Adam Sandler tanto como David Lynch. Puede que incluso más.
KV: Hay más música que nunca en la película
JC: Solo hay un par de escenas sin música. Durante el confinamiento he visto mucho cine, sobre todo melodramas de la época dorada de Hollywood, de ese que tiene música de fondo todo el tiempo, potenciando la emoción. Lo tenía muy claro desde el principio. Siempre he asaltado a todos mis colaboradores, y los músicos con los que he trabajado no se han librado del asalto. Siempre ha sido algo precario, en plan "mándame algo que tengas por ahí, no te molestes mucho", pero aquí aunque tampoco tenía mucho dinero, porque la he pagado yo con un sablazo a otros dos amigos, sí quería una música algo más ambiciosa. Así que le pedí a Nick Powell algo con más intención. Nos reunimos con el guión para buscar esa banda sonora que por momentos tuviera que ver con la acción, pero buscando igualmente que por momentos no estuviera nada ligada a ella. Me gustan mucho esas películas en las que están pasando las escenas con la música por debajo constantemente y la música no obedece a los cambios que pueda ofrecer la imagen. Soy muy consciente del artificio que hay ahí. Esta banda sonora tiene la intención de sonar antigua por momentos siendo también muy moderno. Lo que ha salido me gusta mucho y me parece indisociable de la propuesta de la película. Es una película para escuchar.
Lo que resta de conversación se centra en una de las películas más tapadas de su cine y una de las más divertidas y negras que nos haya regalado nadie en muchos años. Pero de 'Gente de mala calidad' ya hablaremos otro día, porque la peli lo merece y alguien tiene que recordar al gran público esos grandes títulos desconocidos por haber aparecido en un momento que tal vez no les pertenecía. De momento podéis ver 'Un efecto óptico' online a través de la plataforma del Festival de Sitges.
Crítica en Espinof: 'Un efecto óptico'.
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