Las segundas temporadas son siempre complicadas. Ya seas un programa de entretenimiento, una serie o un reality la segunda etapa de tu existencia es un momento clave donde tienes que confirmar el éxito que has tenido en tus comienzos. Por esta razón es siempre entretenido ver como los diferentes formatos se esfuerzan casi tanto o más en sus segundas temporadas por atraer, al menos, al público que les acompañó durante sus primeros momentos y que consiguió que volvieran en una segunda etapa.
En este momento está 'Top Chef', el concurso con tintes de reality de cocina de Atresmedia que ayer volvió con una segunda temporada llena de novedades y temas interesantes sobre los comentar. Personalmente, me es difícil escribir la crítica sin que me contamine la hora que comenzó (las 22:40 horas) y el momento de irme para cama (las 00:45 horas aproximadamente), pero haremos un esfuerzo en ignorar este absurdo horario de prime time que tienen las cadenas españolas y nos centraremos en el programa. ¿Cómo fue el comienzo de esta segunda etapa? Pues mejor de lo que cabría esperar.
Temporada nueva, jurado casi nuevo
Al contrario que su máximo competidor, 'Masterchef', la versión española de 'Top Chef' se parece mucho a la versión original, la estadounidense. El formato es prácticamente igual, con un jurado que hace de conductor del programa y con diferentes pruebas tanto individuales como por equipos que acaban derivando en la eliminación de uno o más concursantes al final del programa. La única diferencia con el programa americano es que la versión española es mucho más larga y, quizás, pesada, pero eso es otro tema.
¿Por qué comento esto? Pues porque parece que este año han tomado ejemplo de los americanos con el papel del jurado. En la primera temporada Chicote era el que tenía la voz cantante en todo momento, pero este comienzo ha tenido un protagonismo repartido de los jueces, dando la palabra a Susi Díaz y a Yayo Daporta en la prueba de presentación. Los dos han sido unos nuevos descubrimientos, el cocinero gallego porque parece tener bastantes tablas (aunque se le vio un poco tenso al comienzo) y la segunda porque al darle protagonismo hemos descubierto que no está puesta por el ayuntamiento como parecía en la primera temporada, si no que sabe llevar el programa y lo hace bastante bien.
De Chicote podríamos decir muchas cosas, pero serían las mismas de siempre: su personalidad le hace intentar robar el protagonismo en todos los planos, sabe comunicar a la perfección e infunde el respeto suficiente a los concursantes para ser el miembro del jurado al que más miedo tengan. Nada nuevo bajo el sol.
Una presentación de concursantes adecuada
Este año hemos tenido una presentación de concursantes muy acertada. Decidieron contarnos las historias personales poco a poco, convirtiendo el inicio del programa en lo que debería ser un concurso de este tipo: un desafío de cocina donde los concursantes se ganaron el derecho a entrar.
Y lo cierto es que el comienzo, pensando en lo que pasó en la primera temporada, fue bastante entretenido, con cuatro pruebas directas y que atraían al espectador y conseguían presentar a la mayoría de concursantes de una forma correcta y acertada. A lo largo de esta prueba maratoniana ya hemos podido ver quién pierde los nervios fácilmente, quien es el concursante inseguro o quién va a discutir con todo el mundo día sí y día también. Gracias a esta presentación tan directa el concurso ha conseguido que empaticemos rápidamente con los concursantes, algo clave en un programa de estas características, así que bravo por ellos.
El casting, la pieza clave de la mejora
En un concurso de cocina como este el casting siempre es la pieza clave y en esta ocasión parece que Atresmedia lo ha bordado. Tenemos concursantes de todos los palos: desde el hipster borde con barba, pasando por el concursante afable, la insegura pero que puede dar la sorpresa, el que dice que tiene ego pero no lo demuestra y acabando con los que tienen una historia personal lacrimógena que nos dará algún que otro juego a lo largo del programa.
Personalmente, no sabía que en el mundo de la cocina profesional podría haber tanto personaje perfecto para un concurso de este tipo. Cuán equivocado estaba. Aún siendo el primer programa puedo asegurar sin temor a equivocarme que este cásting de concursantes supera al de la primera temporada, ahora sólo queda ver si serán capaces de generar las situaciones adecuadas para sacar el máximo partido de los concursantes.
En definitiva, esta segunda temporada de 'Top Chef' ha comenzado bastante bien. No ha habido los típicos fallos de ritmo en un programa de presentación y parece que las novedades en el estilo van a jugar a su favor. Ahora sólo nos queda ver si este comienzo prometedor tiene continuación en los programas normales, pero de antemano conmigo ya han conseguido que tenga una cita con ellos todos los lunes, horarios absurdos mediante, por supuesto.
En ¡Vaya Tele! | 'Top Chef', sobre como pasó de ser horrible a un buen entretenimiento
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