Hay dos cosas que Elon Musk, con su fortuna de 304.000 millones de dólares, no puede comprar. La primera de ellas, tal y como nos enseñó ese sabio llamado Homer Simpson es un dinosaurio. La segunda, mucho más terrenal, es la cantidad ingente de pañuelos que va a necesitar para secarse las lágrimas tras la rabieta que tuvo en X, su red social —y cada vez la de menos gente—, el pasado fin de semana.
Mal ganar
Pocas horas después de que los cómicos de 'Saturday Night Live' abrieran su programa post-electoral con un cold open en el que satirizaban sobre la victoria de Donald Trump y sus posiciones frente a ella, y que incluía una imitación de Musk cortesía de Dana Carvey, el magnate tecnológico se puso a teclear rajando del programa de Lorne Michaels.
“SNL ha estado muriendo lentamente durante años, ya que cada vez están más desconectados de la realidad. Su último esfuerzo desesperado por engañar los requisitos de tiempo igualitario y respaldar a Kamala antes de las elecciones solo ayudó a hundir aún más su campaña”.
Lejos de limitarse a un único chascarrillo, Musk continuó respondiendo a tuits que compartieron el vídeo con perlas como "Están cabreadisimos porque haya ganado Donald Trump" o "Dana Carvey suena como Dana Carvey", esto último en contestación a un post en el que se preguntaba por la imitación, en la que el de Montana gritó perlas entonadas en la vida real por el objeto de parodia como "I'm dark MAGA".
La geopolítica internacional tiene por delante cuatro años de lo más interesantes —por decir algo— en los que Elon Musk, además de jugar a ser Iron Man, va a meter la patita en la Casa Blanca. Sacad las palomitas y no perdáis de vista el reloj del juicio final.
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