Desde que decidimos como especie que era mejor romper con ciertas dinámicas del mundo animal para empezar a crear comunidades conjuntas, que estuvieran además afincadas en un determinado lugar, fuimos poco a poco estableciendo sistemas garantistas para que la convivencia fuera posible. Sistemas que a lo largo del tiempo han tenido cierto refinamiento, pero se suelen tratar con dogmatismo.
Antes siquiera de que sepamos pronunciar la palabra “justo” ya tenemos claro que hay que imponer reparaciones o castigos. Si alguien nos pega, lo suyo es pegar de vuelta, porque en la balanza equilibrada se supone que está la justicia. Parte de ese principio sostiene un sistema que quiere creer que llega a la justicia, pero no llega necesariamente a la verdad, algo que interroga muy bien ‘Jurado Nº 2’.
Lo que escapa a la justicia
Después de un estreno deliberadamente discreto en salas de cine, la última película de Clint Eastwood hace su esperada llegada al streaming a través de Max. Una oportunidad para disfrutar de uno de los thrillers del año y una de las mejores películas recientes del cineasta, protagonizada por Nicholas Hoult y Toni Collette.
Justin Kemp ha conseguido convertirse en un hombre modélico, tras conseguir sobreponerse a sus problemas de alcoholismo. Tiene un buen trabajo, una red de seguridad y pronto va a ser padre. Sus demonios parecen haber quedado atrás. Pero un día es escogido para ser jurado en un controvertido caso de asesinato del que, tras conocer los detalles, él podría haber sido el causante.
Eastwood regresa a un estilo que había dejado más o menos apartado, el puro thriller para padres, en favor de melodramas con un poco más de supuesto prestigio. ‘Jurado Nº 2’ es puro entretenimiento adulto que acaba llegando a lo sofisticado, pero no por intención y desde luego tampoco lo necesita.
‘Jurado Nº 2’: un thriller puro y también estimulante
No sólo tenemos una historia truculenta que es presentada de la manera más entretenida. Por su manera de indagar en las emociones humanas, ‘Jurado Nº 2’ nos presenta a un Eastwood concienzudo que es capaz de plantear cuestiones sobre los sistemas que nos hemos dado para establecer la convivencia, para alcanzar algo que se asemeje a la justicia.
¿Es justicia lo mismo que la verdad? ¿Alcanzar el ideal de familia americana acomodada es algo que sólo se puede conseguir con actos cuestionables? Eastwood saca muchas más ideas de las que uno puede esperar de un thriller puro y duro, y lo hace sin necesidad de llegar a conclusiones potentes.
En su paseo por la trama consigue exponer un sistema imperfecto donde incluso la mejor de las voluntades de todos los involucrados puede no ser suficiente. Es algo tremendamente estimulante además de ser capaz de atraparte por suspense y realización fina.
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