Quien haya intentado obrar el milagro sabrá que escribir el guión de un largometraje es una batalla realmente dura, ya no digamos enfrentarse a un rodaje para traducir el texto a imágenes en movimiento. Lo que suele tenerse en mucha menor consideración es la dificultad que encierra encontrar un título que ya no sólo refleje a la perfección el contenido de la obra, sino que tenga un potencial tirón comercial.
Una saga con nombre propio
Puede que el mayor logro que puede conseguir un título de una película o una franquicia es trascender hasta convertirse en parte de la cultura pop, y esto es precisamente lo que ha conseguido la ahora tetralogía 'John Wick'. Pero ojo, porque la saga protagonizada por Keanu Reeves fue concebida con un título muy diferente —y mucho más genérico, todo sea dicho—.
Durante una entrevista con ComicBook, el guionista y padre de la criatura Derek Kolstad desveló que la intención era bautizarla como 'Scorn', pero hubo un elemento inesperado que dio la vuelta a la tortilla y que ahorró al estudio una buena millonada en publicidad: el bueno de Keanu.
"La única razón por la que se llama John Wick es porque Keanu seguía refiriéndose a ella como John Wick. El departamento de marketing pensó: 'Oye, eso equivale a cuatro o cinco millones de dólares en publicidad gratuita hasta ahora, así que es mejor llamarla John Wick en lugar de Scorn'. Ahora no puedo imaginar que se llame Scorn".
Para Kolstad, el cambio fue en positivo, y reivindica la importancia del branding en el negocio cinematográfico.
"Creo que todos se centran en cómo serán las producciones, cómo serán las películas. Y sin embargo, cuando miras la propiedad intelectual, cuando miras una franquicia exitosa, se vuelve aún más importante y es una razón de mayor peso para hacerlo bien".
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