Leer noticias como esta me induce a pensar si Emir Kusturica no estará llevando su vena provocadora demasiado lejos, o es que definitivamente se le ha ido del todo la pinza.
Según ha informado el diario serbio Glas, el director ha abierto una pequeña fábrica de zumos en Drvengrad, el pueblo que fue creado como decorado de La vida es un milagro.
Estos zumos de fruta se llamarán los zumos de la bio-revolución, porque las materias primas serán procedentes de cultivo ecológico y llevarán nombres como Fidel Castro para el sabor de mora, Josip Briz Tito para el arándano y Ernesto Che Guevara para la frambuesa.
Kusturica se ha reservado para sí mismo el sabor de fresa, y ha anunciado que incorporará nuevos gustos como el de Sadam Hussein o Diego Maradona, porque según sus declaraciones ellos también se merecen tener su fruta.
Con todos mis respetos por su trabajo, sólo acierto a decir: Sin comentarios.