En algún momento del año 2004, Deborah Scranton debió entregarle pequeñas cámaras de video digital a cinco miembros de la compañía Charlie del regimiento de infantería 172 de la Guardia Nacional de Los Estados Unidos de América. La misión que le encomendó la documentalista a los efectivos militares era simple: grabar sus experiencias durante su año de servicio en Irak. El resultado es The War Tapes, un documental trepidante, desgarrador y realmente subversivo, pero al mismo tiempo una mirada extrañamente intimista al conflicto bélico. Es la guerra resgistrada desde el punto de vista de quienes la hacen. Es la guerra comentada por quienes fueron a ella cargados de patriotismo y ahora regresan henchidos de sarcasmo al descubrir que el único propósito de la demencial acción es obtener beneficios económicos. Es el primer documental filmado por los mismos soldados, desde su propio punto de vista. El documental entendido como Web 2.0.
'SPOILER'. Puede que lo que vaya a decir a continuación, revele detalles importantes de la trama, de modo que quizás sea mejor dejar de leer en este punto. Pero se me hace imposible no comentar mi sorpresa al ver que las misiones de combate de los tres guardias nacionales se reducen a escoltar los camiones de suministros de Halliburton o, en el peor de los casos, a proteger los camiones cisternas de la empresa cuando descargan detritus en un descampado. Por no mencionar el impacto que me causó ver los logotipos de cadenas de comida rápida y alquiler de video impresos en las paredes de las bases militares.
En cierta escena, uno de los guardias comenta que el gobierno estadounidense paga 28 dólares por cada plato de plástico, desechable, en el que les sirven las comidas.
Y si tomas 2, para ponerle uno encima a tu comida y mantenerla caliente, la empresa le cobra al gobierno 56 dólares.
Fin del 'SPOILER'.
Curiosamente, a pesar de que se trata de un registro 'casi limpio' y directo de la realidad, hay momentos en los que The War Tapes adquiere el ritmo propio de los video juegos, con tomas o ángulos de cámara que parecen copiados de uno de esos juegos "en primera persona". A pesar de que, en la superficie, el mensaje del trabajo no parece estar determinado por la posición ideológica de Scranton, The War Tapes es un filme decididamente antibélico. Un imprescindible para comprender los convulsos días que vivimos.
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