Si algo funciona, no lo toques: explótalo. El cine de explotación vivió su momento de oro entre los 60 y los 70 gracias a la paulatina pérdida de fuerza del código Hays. Las sesiones grindhouse y las películas más demenciales en programas dobles o triples se adueñaron de salas de cine como las de la calle 42 de Nueva York, cines populares por reproducir programas ininterrumpidos de serie B que se programaban sin descanso. Hablemos del tema.
Sesión golfa
El cine de explotación, al menos en sus orígenes, no era un género como tal: era un negocio. Este tipo de películas se fabricaban en masa y se producían y distribuían lo más barato y rápido posible para así obtener ganancias cuanto antes y continuar realizando películas en cadena. Casi siempre han sido películas de género que roban adaptan fórmulas probadas sobradamente con el tiempo. De ahí que en este tipo de cine destaquen por encima del resto géneros como terror, thriller, cine moteros, de surfistas, mujeres encarceladas, artes marciales... casi siempre con sobredosis gore, venganzas, asesinos enmascarados o nazis pasados de rosca. Su éxito era sencillo de entender: ofrecían al público todo el sexo, la violencia y los tabúes que no podían encontrar en otra parte.
En la historia del cine exploitation se aprecian dos etapas: la "clásica" que llega hasta principios de la década de los 60, y se caracteriza por un sistema de producción muy ligado a la industria. En cambio, la etapa "moderna" utilizó mucho más material explícito en su ofrecimiento a los espectadores a través de diferentes formas de exhibición. Autocines, salas especializadas en programación continua y las posteriores programaciones en televisión, lanzamientos domésticos y festivales de cine especializados siguen haciendo crecer hoy ese cine.
Con Hollywood intentando mejorar su imagen, los estudios dejaron de hacer películas sobre higiene sexual y otros asuntos delicados. La aplicación de la autocensura y el Código Hays (Motion Picture Production Code) consideraron imposibles las imágenes y narrativas relacionadas con la sexualidad de cualquier tipo, el uso de drogas o el mestizaje. Obviamente, los inteligentes productores del cine de explotación no tardaron en dedicar sus esfuerzos en crear obras con esos temas prohibidos como principal reclamo y argumento.
Los carteles de sus películas prometían desnudos y violencia, a menudo desafiando a un público que probablemente veía estas películas tanto para aprender sobre temas vergonzosos como para disfrutar de la excitación y la atmósfera festiva. Las producciones invitaban al espectador a vivir una experiencia que podía emocionar, entretener y educar". Como ves, de morro ha ido siempre sobrado.
La edad de oro
Antes de la irrupción de la generación de la escuela de cine de los años sesenta y setenta, la industria de la explotación era el mejor terreno de entrenamiento para muchos cineastas. Roger Corman ha apadrinado a muchos de los grandes nombres de la época. A través de The Filmgroup, fundada en 1959, distribuyó las primeras películas protagonizadas por Jack Nicholson y produjo 'Dementia 13', escrita y dirigida por Francis Ford Coppola.
En AIP, Corman puso a Robert De Niro en su película 'Mamá sangrienta', y produjo el segundo largometraje de Martin Scorsese, 'El tren de Bertha' o las 'Hermanas' de Brian De Palma. A través de New World Pictures, Corman lanzó las carreras de Joe Dante ('Piranha'), Jonathan Demme ('Tres mujeres peligrosas') o Jonathan Kaplan (Night Call Nurses).
AIP y New World Pictures fueron los principales creadores de explotación de los Estados Unidos, y también produjeron algunas de las películas más exitosas de su hermana blaxploitation, como 'Coffy' y 'Foxy Brown', ambas protagonizadas por Pam Grier y dirigidas por Jack Hill, y distribuyeron clásicos del otro lado del mundo. La australiana 'Mad Max', de George Miller, 1979), la canadiense 'Fin de semana sangriento', o la sueca 'Desenlace mortal (Thriller - en grym film)' tuvieron lanzamientos en todo el mundo gracias a ellos. También movieron por el mundo las películas de Mario Bava y los primeros Godzilla, así como muchos títulos de la Hammer.
La industria de la explotación también brindó oportunidades a mujeres directoras como Stephanie Rothman, produciendo algunas películas feministas que aún hoy siguen siendo relevantes ('La isla sin retorno') y han ganado la legitimidad de la que carecían cuando se estrenaron. Por nuestra parte, destacar los fantásticos trabajos de Juan Piquer Simón o José Ramón Larraz apropiándose de estilos mucho más ajenos a nosotros para ofrecernos algunas de las más absurdas geniales locuras que jamás habríamos podido soñar, algo a lo que también se apuntaron otros genios como Enzo G. Castellari, un maestro en lo suyo.
La explotación infinita
Todas estas películas han tenido influencia directa en la obra de un sinfín de cineastas contemporáneos de primer nivel, desde Tim Burton a Quentin Tarantino, pasando por muchos otros cineastas que aún hoy recurren a ese tipo de cine para dar rienda suelta a sus proyectos. Muchas de las imágenes que a menudo identificamos con el talento del director de 'Batman' provienen en realidad de las películas clásicas de monstruos de los 30 y el género fantástico comprendido entre los 50 y los 70, por no hablar de su amistad recurrente con Vincent Price, uno de esos rostros que asociamos de inmediato al cine de Roger Corman. Tampoco deberíamos pasar por alto que estamos hablando del director de 'Ed Wood', toda una celebración de la explotación.
Robert Rodríguez y Quentin Tarantino presentaron en 2007 su proyecto conjunto 'Grindhouse', formado por un programa doble que incluía, además de sus (excelentes) películas 'Planet Terror' y 'Death Proof', un buen puñado de tráilers a cada cual mejor. Estos avances venían firmados por cineastas que, en algún caso, no han renunciado jamás a la explotación, como el bueno de Rob Zombie o Scott Sanders, que presentaba en 2009 'Black Dynamite', una exquisita parodia de los títulos blaxploitation con entidad propia. Tanta que incluso dio para una serie animada de Adult Swim.
Gracias a títulos como la mencionada película de Sanders (desde la risa) o a la obra maestra de S. Craig Zahler, 'Brawl in Cell Block 99', el cine de explotación no solo se mantiene en nuestras cabezas y salas de cine (bueno, en España no, que no ha llegado ninguna de las dos y el cine de Rob Zombie se las ve y se las desea para hacerlo), también se reconoce como una forma del cine más puro que obtenía unos resultados desde la artesanía de escasa economía. Un reconocimiento a una forma de hacer cine, apostar por nuevos talentos y divertirse divirtiendo.
Películas clave para entender el cine de explotación
'Maniac' (1934): Un ex actor de vodevil trabaja como asistente de un médico con aspiraciones de Doctor Frankenstein. El ex actor mata al médico y decide asumir su identidad.
'The Cocaine Fiends (The Peace That Kills)' (1935): Un traficante de drogas que huye de la ley se encuentra con una joven inocente y su hermano, y los convierte en "demonios de la cocaína".
'Tell Your Children (Reefer Madness)' (1936): El director de una escuela de secundaria cuenta a los padres cómo la marihuana puede tener efectos devastadores en los adolescentes. En su historia, un proveedor de drogas atrae a varios adolescentes inquietos a frecuentar una casa de fumadores. Poco a poco, dos de ellos se sienten atraídos por la droga, lo que afecta sus vidas familiares y los conduce a un crimen terrible.
'Muñeca adolescente' (Teenage Doll, 1957): Las Viudas Negras, una pandilla de adolescentes, encuentran asesinado a uno de ellos. Sospechan de Barbara, novia del líder de la banda rival. Mientras las pandillas se preparan para un enfrentamiento, vemos la vida hogareña de los miembros, donde reina la disfunción familiar.
'El inmoral Sr. Teas' (1959): El Sr. Teas es un vendedor a domicilio de suministros para dentistas. Donde quiera que va se encuentra con hermosas mujeres desnudas que despiertan su interés. El único sonido en la película es la voz de un narrador y un tema musical tocado al clarinete.
'Paroxismus' (1969): Un músico de jazz se ve implicado en la aparición de los restos de Wanda Reed, mujer que recuerda que años atras participó en un juego sexual perverso.
'La violencia del sexo' (I Spit on Your Grave, 1978): Una aspirante a escritora es violada repetidamente en grupo, humillada y dejada muerta por cuatro hombres a quienes persigue sistemáticamente para vengarse.
'Thriller: a cruel picture' (1973): Una joven, muda tras de una agresión sexual cuando era niña, se entrena para buscar una venganza lo más violenta posible contra quienes la raptaron y obligaron a trabajar como prostituta drogadicta.
'Los sádicos de Satán' (Satan’s Sadists, 1969): Los "satanes" son una banda de crueles moteros dirigida por Anchor. La pandilla comete una matanza en un bar, donde uno de los clientes logra escapar al desierto y necesita llegar a la ciudad antes de que los malvados le alcancen maten.
'Ángel de venganza' (Ms .45, 1981): Una costurera muda se vuelve loca después de ser atacada y violada dos veces en un día. Deambula por las calles de Nueva York por la noche con un sexy vestido negro con el arma de su agresor atada al liguero, dejando sin aliento a cualquier hombre que intente atraparla.
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