Aún tengo pendiente seguir con el análisis de las tendencias de la ficción americana, y pronto os hablaré de los dramas que están preparando las networks. Entre esos pilotos en desarrollo hay varios que llegarán a la parrilla como Backdoor Pilots, y es una buena oportunidad para contar en qué consiste esta estrategia y qué ventajas e inconvenientes tiene.
Los pilotos de network se producen como carta de presentación para las cadenas que, a partir de éstos, deciden si encargan el desarrollo definitivo del proyecto o no. Sin embargo, un backdoor pilot es un episodio que se produce para ser testado en una emisión previa antes de poner en marcha una temporada completa.
El backdoor pilot como evento
Puede presentarse de varias formas. Una es en forma de evento televisivo o miniserie. Sea un solo episodio, una TV movie de más duración o una miniserie de un par de episodios, la idea de este tipo de backdoor pilot es que la producción tenga entidad en si misma además de funcionar como conejillo de indias. Este formato tiene varias ventajas. Su venta como producto original favorece que los buenos o malos resultados dependan exclusivamente de él, sin estar atado al éxito ni expectativas de una marca ya existente, por lo que el resultado es más fiable.
Además, en caso de que los datos no lleguen a las expectativas deseadas, sigue ofreciendo la posibilidad de ser explotado en un futuro en otras ventanas, como contenido online o ventas de Bluray o Dvd. La serie moderna de ‘Battlestar Galactica’ arrancó con esta estrategia, a partir de la miniserie cuyo exitazo en audiencias llevaría a producir la primera temporada.
El backdoor pilot infiltrado
La otra forma en la que se puede presentar esta estrategia se da con más frecuencia cuando el nuevo proyecto es un spin off de una serie existente y el backdoor pilot se inserta en la emisión regular del título madre. Este modo tiene la ventaja de que el piloto está arropado por una serie de la que asumimos su éxito, ya que de otra forma no se encargaría un producto derivado. El piloto está menos solo ante el peligro y esto garantiza que sus espectadores potenciales, los de la serie original, van a ver la nueva propuesta.
¿Recordáis aquel episodio de ‘Las Chicas Gilmore’ en el que Jess Mariano (Milo 'Petrelli' Ventimiglia), el novio malote de Rory, se iba a California en busca de su padre? Era un piloto para 'Windward Circle', spin off en el que Jess sería el protagonista y que la cadena no llegó a producir por temas de presupuesto.
Sin embargo, en este caso los resultados son menos fiables. Ese piloto no adquiere entidad propia y está fagocitando espectadores que no son suyos, y esto no garantiza que un buen resultado vaya a traducirse después en el éxito del spin off. Esta estrategia no resulta mucho mejor que, por ejemplo, un lead-in, en la que un piloto se protege emitiéndolo junto a un título exitoso del que heredar espectadores. Una vez los capta, el producto depende de sí mismo (bueno, y de lo que den en otras cadenas, pero ya sabemos que en televisión hay tantos factores en juego, que es inabarcable mencionarlos todos).
Hubo un tiempo cuando en televisión aún se llevaban las antologías en el que esta estrategia resultaba más fiable por la propia naturaleza del formato. Cada episodio era independiente y autoconclusivo y, aunque la antología como marca atrajese espectadores, los capítulos tenían mejor o peor resultado al mantener o no esa audiencia, o al convocarla con promos y trailers. Un backdoor pilot aquí tendría las ventajas de funcionar como entidad propia y a la vez estar arropado a un nivel superior.
Otra de las desventajas del backdoor pilot está relacionada con algo innato a la naturaleza de una serie y es el recorrido. Hay planteamientos, detonantes y dinámicas de tramas y personajes que requieren más de un episodio para presentarse y tomar cuerpo. Hay estrenos que requieren varias semanas para construirse una audiencia, y en más de una ocasión la paciencia de las cadenas ha sido recompensada en este sentido. Valorar las posibilidades comerciales de un proyecto sólo con un piloto anula esta posibilidad.
El backdoor pilot de incógnito
Sé que estáis pensando en todos esas series que, sin producir un piloto como tal, han utilizado la serie madre para introducir personajes y tramas con el propósito de crear después un spin off. Esto no deja de ser una estrategia derivada del backdoor pilot, pero que resulta menos intrusiva y extraña para el espectador. Pensemos en ‘Bones’, por ejemplo. FOX la utilizó para testar y lanzar ‘The Finder’ emitiendo el backdoor pilot en la sexta temporada de la serie de Booth y Brennan. Entre lo poco sutil y orgánico que fue el inserto y lo poco que realmente tenía que ver con la esencia de ‘Bones’, resultó muy confuso (y aburrido). El spin off no duró más que 13 episodios.
Sin embargo, en ‘House’ fue distinto. Querían seguir esa línea de drama profesional con protagonista socarrón e introdujeron a un investigador privado al que Gregory contrataba. La idea era ver cómo funcionaba este personaje y si interesaba para un posible cuasi spin off (una investigador privado basado en un médico inspirado en un investigador privado, el rizo definitivo). Las reacciones fueron variadas y finalmente rechazaron la idea.
De esta forma, el testeo de ese posible spin off fue mucho más natural y menos intrusivo y, aunque no saliera adelante, nadie nos quita lo bien que lo pasamos con ese divertido dúo Greg-Lucas. Algo parecido, pero con final exitoso, hicieron en ‘Dawson Crece’, donde introdujeron al personaje que después aparecería en ‘Young Americans’.
Hoy en día, la información que tenemos sobre las series que seguimos es exagerada. Estos casos de personajes intrusos y de backdoor pilots se promocionan como tales, llamando la atención al espectador sobre ellos y generando un feedback más forzado pero también más cuantioso de estas pruebas. Años ha, las cadenas hacían uso de estas técnicas, pero el espectador no estaba tan informado de lo que ocurría. No identificaba a un nuevo personaje como un posible futuro protagonista ni un episodio suelto como amago de serie nueva, la respuesta era más difusa pero también estaba menos influenciada.
‘Xena: La princesa guerrera’ arrancó de esta forma en ‘Hércules’, cuyos episodios finales de la primera temporada casi fueron como el piloto de la mítica serie de Lucy Lawless. Se intentó varias veces en ‘Diagnóstico asesinato’ pero ninguno de los backdoor pilots cuajó. En ‘El Coche Fantástico’ emitieron un backdoor pilot para un spin off del que sobrevivió el protagonista, con el que crearon ‘Code of Vengaence’.
Algo similar ocurrió con ‘Nido Vacío’ y ‘Las Chicas de Oro’. Durante la novena temporada de ‘Roseanne’ aprovecharon varios episodios para introducir una trama que llevaría a la versión americana de ‘Absolutely Fabulous’, con cameos de las británicas incluidos, pero finalmente esta versión que iba a contar con Carrie Fisher nunca se produjo.
Podría seguir enumerando ejemplos pero la idea de por qué las cadenas recurren a los backdoor pilots y estrategias derivadas ha quedado clara. En la próxima temporada veremos algunos de estos, pero eso ya lo dejamos para el próximo artículo sobre las tendencias de la televisión americana.
En ¡Vaya Tele! | Diccionario teléfilo
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