A lo largo de la historia del cine se ha abordado la vida de Jesús de Nazareth en múltiples ocasiones y, por extensión, la de su bautista, Juan. Hoy 24 de junio es buena ocasión para repasar aquellas interpretaciones que intentaron acercar el personaje del santo al espectador.
Una de las más conocidas sin duda es la de Michael York en "Jesús de Nazareth"(1977), aquella producción italiana dirigida por Franco Zeffirelli que en su origen fue una miniserie, pero que se llegaron a hacer copias más cortas para cine y televisión. York está soberbio en todas sus acepciones. Todavía tengo en la cabeza su martilleante "arrepentíos". Pero quizá para algunos les parezca demasiado exagerado.
Hollywood eligió a Charlton Heston en "La historia más grande jamás contada"(1965). Nos parecía ver una mezcla entre sus creaciones de Moisés y de Miguel Angel. De todas formas el cinemascope empleado en la película y el deseo de su director George Stevens de sacar muy pocos primeros planos hace casi inapreciable las interpretaciones. En 1961 la factoria Samuel Bronston (conocida bastanta bien en nuestra tierra) encargó a Nicholas Ray "Rey de Reyes" y eligieron a Robert Ryan para el papel. Ahora se nos hace extraño la elección por su encasillamiento en papeles del oeste o militares posteriores.
Andre Gregory acababa de hacer de reverendo en la desquiciante "La costa de los mosquitos" cuando Martin Scorsese le fichó para "La última tentación de Cristo" (1988). El revuelo que produjo la película en los círculos eclesiales distrajo en gran medida su objetivo. La gente estaba más preocupada en adivinar qué fue lo que producía tanto escándalo que en seguirla adecuadamente.
Jay Barney en "The great fisherman" en 1959 y Alan Badel en Salomé en 1953, con Rita Hayworth y Charles Laughton, completan las películas más famosas.
Pero la lista es mucho más larga, agrandada además por las películas sobre personajes bíblicos y de la vida de Jesús que se estuvieron dando a principio de milenio. El último The copper scroll of Mary Magdalene" del 2004 con Jean Fadal en el papel.