La evolución del sexo en el cine (y II)

La evolución del sexo en el cine (y II)
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El sexo vende -y mucho-, por lo que es comprensible que haya sido un tema que el cine haya querido abordar en infinidad de ocasiones. Eso sí, si en la actualidad no faltan las polémicas, está claro que en el pasado las hubo por temas que hoy en día nos cuesta entender. Ese fue uno de los principales temas de la primera entrega de este artículo sobre la evolución del sexo en el cine que inicié el pasado lunes y que ahora llega a su fin.

Como bien recordaréis, ayer concluimos a mediados de los años 70, una época en la que Hollywood coqueteó sin rubor con el cine pornográfico, pero esa improbable historia de amor no duró demasiado y es en ese punto donde arrancamos hoy. ¿Os animáis a seguir leyendo para descubrir cómo hemos llegado a la situación actual, con 'Cincuenta sombras de Grey' ('Fifty Shades of Grey', 2015) como último y gran estreno que aborda el sexo en el cine?

El porno pierde el favor del público

Infografía sexual, cacho seis

El sexo y los desnudos también fueron decisivos para el éxito de cintas como 'Ilsa, la loba de las SS' ('Ilsa: She Wolf of the SS', Don Edmonds, 1975) o la trilogía 'The Happy Hooker' (1975-1977-1980) de la Cannon, pero la popularidad de estas producciones ya no era la misma que hacía apenas un par de años y el sonado fracaso de 'Calígula' (Tinto Brass, 1979), cinta que costó casi 20 millones de dólares y que luego recaudó apenas 23, hizo que el porno abandonase el circuito de exhibición convencional y se convierta de nueva en un tema poco menos que tabú.

De tabúes sabían mucho en Japón cuando se estrenó 'El imperio de los sentidos' ('Ai no korîda', Nagisa Ôshima, 1976), donde fue exhibida modificando las escenas más polémicas, mientras que en Estados Unidos y Alemania fue prohibida temporalmente. Aún más duro fue el trato recibido por 'Saló, o los 120 días de Sodoma' ('Salò o le 120 giornate di Sodoma', Pier Paolo Pasolini, 1975), ya que gráfico tratamiento del sadismo o la violación por parte de esta adaptación de la novela del Marqués de Sade le valió ser prohibida durante años -o incluso décadas- en infinidad de países.

La última mitad de los 70 fue una etapa muy marcado por la presencia del sexo en el cine español, pero no fueron unos años con grandes novedades en el resto del mundo, aunque sí llama la atención la querencia mostrada por sexualizar relatos infantiles por títulos como 'Alicía en el país de las maravillas' (Eduardo Plá, 1976), 'Allegro Non Troppo' (Bruno Bozzetto, 1976), una especie de parodia de la esencial 'Fantasía' en la que destaca el contenido sexual de dos de sus historias, 'Cinderella' (Michael Pataki, 1977) o 'Fairy Tales' (Harry Hurwitz, 1978)

Los progresos de los años 80

Mucho más interesante es el comienzo de los años 80 gracias a títulos como 'American Gigoló' (Paul Schrader, 1980) por abordar con atrevimiento un tema algo olvidado por el cine mainstream hasta entonces, 'Viernes 13' ('Friday the 13th', Sean S. Cunnigham, 1980) y multitud de otros slashers por volver a poner de moda los desnudos, algo que heredarían poco después las comedias juveniles como 'Porky's' (Bob Clark, 1982), pero no todo fue dar pasos hacia adelante, ya que en 'Aquel excitante curso' ('Fast Times at Ridgemont High', Amy Heckerling, 1982) hubo que eliminar un desnudo frontal masculino y la escena de un aborto para poder evitar ser calificada X.

De la primera mitad de los años 80 también conviene destacar 'A la caza' ('Cruising', William Friedkin, 1980), un thriller sobre un asesino de homosexuales protagonizado por Al Pacino que sufrió una infinidad de cortes, pues se calcula que se perdieron hasta 40 minutos del metraje más polémico para conseguir la calificación R, y 'Tú me hiciste mujer' ('Beau-père', Bertrand Blier, 1981) por contar la historia de amor entre una joven de 14 años y su padrastro, un hombre inestable mentalmente. Prohibida inicialmente en Estados Unidos, consiguió ser exhibida de forma limitada en 1982, mismo año en el que Patrick Dewaere, su protagonista masculino, se suicidó.

Ahora de nuevo de moda gracia a 'Guardianes de la Galaxia' ('Guardians of the Galaxy', James Gunn, 2014), Howard el pato fue el protagonista de una peculiar escena en su película de 1986 en la que se veían los pechos a un pato animatrónico, toda una novedad por aquel entonces que no fue muy bien recibida, ya que 'Howard, un nuevo héroe' ('Howard the Duck', William Huyck) fue una sonado fracaso comercial.

Mejor suerte tuvo 'Betty Blue' ('37.2 le matin', Jean-Jacques Beineix, 1986), cinta que hoy en día sería poco menos que ignorada en muchos países pese a su notable contenido sexual, pero que por aquel entonces triunfó en Francia y Estados Unidos, aunque el montaje americano se vio aligerado en la friolera de 70 minutos, pero parece ser que más por una tema de duración -el montaje francés dura 191 minutos- que por polémicas sobre lo que se mostraba en pantalla.

Ya presente de forma más o menos habitual en el cine, la utilización del voyeurismo por parte 'Terciopelo azul' ('Blue Velvet', David Lynch, 1986) es el principal motivo para su inclusión aquí, pero la presencia del sadomasoquismo y de varios desnudos acusados por algunos como gratuitos tampoco hacen daño, aunque ese mismo año también se estrenaba '9 semanas y media' (‘9½ Weeks,’, Adrian Lyne), la producción mainstream más provocativa desde 'El último tango en París' que también contó con dos montajes, siendo el más atrevido el destinado para un publico europeo más favorable a contenidos más gráficos y provocativos.

El coito incestuoso de Lisa Bonet y Mickey Rourke en 'El corazón del ángel' ('Angel Heart', Alan Parker, 1987), la violación de 'Acusados' ('The Accused', Jonathan Kaplan, 1988) o la conflictiva relación extramatrimonial de Michael Douglas con Glenn Close en 'Atracción fatal' ('Fatal Attraction', Adrian Lyne, 1987) se simultanearon con logros más marginales como el hecho de que alguien se enamorase de un maniquí en 'Maniquí' ('Mannequin', Michael Gottlieb, 1987) o el enfermizo relato necrófilo de 'Nekromantik' (Jörg Buttgereit, 1987).

Infografía sexual, cacho siete

Los convulsos años 90

Las dificultades que tuvieron títulos como 'Henry, retrato de un asesino' ('Henry: Portrait of a Serial Killer', John McNaughton, 1986) y 'El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante' ('The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover', Peter Greenaway, 1989) para conseguir una distribución normalizada se tradujo en infinidad de críticas hacia la MPAA por su estrechez de miras ante producciones de contenido adulto. Eso llevó a la creación de la calificación por edades NC-17, que prohibía la entrada a los menores de 17 -en 1996 la edad subiría hasta los 18-.

La gran beneficiada de ese cambio fue 'Henry & June' (Philip Kaufman, 1990), aún hoy la segunda cinta con esa calificación más taquillera en Estados Unidos. Está claro que es mucho más conocido el hecho de que ese mismo año 'Pretty Woman' (Garry Marshall) abordase una historia de amor siendo ella una prostituta, pero los progresos que eso supuso para el tema que ahora nos ocupa palidecen en comparación con lo logrado por la cinta de Philip Kaufman.

La cosa cambia si seguimos avanzando, ya que el atrevimiento de cintas como 'Teniente corrupto' ('Bad Lieutenant', Abel Ferrara, 1992) o 'Herida' ('Fatale', Louis Malle, 1992) palidece en comparación al breve auge de relatos con un fuerte componente sexual que hubo tras el merecido éxito de 'Instinto básico' -hasta Bruce Willis enseñó su miembro viril en 'El color de la noche' ('Color of Night', Richard Rush, 1994), algo poco menos que imposible a día de hoy en una producción con clara vocación comercial-.

Por desgracia, el público pronto fue perdiendo el interés y el fracaso de 'Showgirls' (Paul Verhoeven 1995), que curiosamente ostenta el honor de ser la película NC-17 más taquillera de todos los tiempos en Estados Unidos, finiquitó esa tendencia. El sexo volvía a estar reservado para títulos más pequeñitos, con cintas como 'Kids' (Larry Clark, 1995) haciendo de ello poco menos que la única razón de su existencia.

Sin embargo, eso no calmó por el interés por el tema de múltiples cineastas y David Cronenberg dio buenas pruebas de ello con 'Crash' (1996), una cinta que abordaba de lleno el mundo del fetichismo y la perversión sexual, pero de una forma fría y distante. ¿El resultado? Algunas críticas tan furibundas como no se recordaban desde los tiempos de 'El fotógrafo del pánico' ('Peeping Tom'). Ese mismo año se estrenó también 'Kissed' (Lynne Stopkewich, 1996), cinta que trataba el tema de la necrofilia de una forma mucho más moderada que 'Nekromantik' y de la que se tuvieron que cortar un par de minutos para evitar la temida calificación NC-17.

El cine convencional demostró también un ávido interés por el mundo de la pornografía con títulos como 'El escándalo de Larry Flynt' ('The People vs. Larry Flynt', Milos Forman, 1996), un biopic del creador de la revista Hustler, o 'Boogie Nights' (Paul Thomas Anderson, 1997), una crónica del mundo de ese tipo de cine a finales de los 70 y principios de los 80.

Además, las comedias empezaron a mostrar un mayor interés por temas bastante polémicos hasta hacía bien poco con cintas como 'Full Monty' (Peter Cattaneo, 1997), donde un grupo de parados se aliaba de forma improbable para ejercer como strippers, o 'In & Out' (Frank Oz, 1997), donde el descubrimiento de la homosexualidad por parte de su protagonista era el gran motor narrativo de la función. Sin embargo, pronto quedó todo confinado a comedias de corte más juvenil como 'American Pie' (Paul Weitz, 1999).

Ya en 1999 coincidieron tres cintas como 'Pola X' (Léos Carax), 'Romance' (Catherine Breillat) y 'Eyes Wide Shut' (Stanley Kubrick) que ampliaron horizontes a su manera. La última, la más conocida por el público con mucha diferencia, por su certero acercamiento al mundo de las orgías, la primera por la utilización de sexo real en pantalla -aunque se usaron dobles de cuerpo para determinadas escenas-, algo que también utilizó la segunda, cuyo grafismo -está considerada la primera producción mainstream en mostrar un pene erecto- hizo que sus productores prefirieran estrenarla en Estados Unidos sin calificación alguna por parte de la MPAA.

El nuevo siglo y las luchas entre la polémica y la normalidad

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La década pasada estuvo marcada por ir alternando pequeñas polémicas puntuales como el realismo de la escena de violación de 'Irreversible' (Gaspar Noé, 2003) o la contundencia de 'Fóllame' ('Baise-Moi', Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi, 2000) con los intentos por ver hasta qué punto se podía ir más allá en lo que se podía contar en una película pensada para el gran público, ya fuese un biopic del Marqués de Sade como 'Quills' (Philip Kaufman, 2000) o la nueva historia de la transición de una adolescente a la madurez como sucedía en 'Thirteen' (Catherine Hardwicke, 2003).

No faltaron tampoco aventuras más minoritarias como el masoquismo del personaje interpretado por Isabelle Huppert en 'La Pianista' ('La pianiste', Michael Haneke, 2001) o la relación sadomasoquista entre los dos personajes de 'Secretary' (Steven Shainberg, 2003), la cual recuerda poderosamente a lo que veremos en breve, aunque en una versión seguro que mucho más ligera, en 'Cincuenta sombras de Grey' ('Fifty Shades of Grey', Sam Taylor-Johnson, 2015).

Podría decirse que 'Brokeback Mountain' (Ang Lee, 2005) fue la película que terminó de afianzar la homosexualidad como un tema aceptable en una cinta destinada al gran público -'Philadelphia' (Jonathan Demme, 1993) fue la que empezó a abrir el camino la década anterior-, aunque, como era de esperar, se abordaba con bastante candidez. Mucho más explícita a la hora de mostrar el elemento sexual del relato fue 'Shortbus' (John Cameron Mitchell, 2006), pero justo es reconocer que su impacto real no fue más allá de lo anecdótico, sucediendo lo mismo con 'The Brown Bunny' (Vincent Gallo, 2003) y la escena en la que Chloe Sevigny hace una felación sin truco alguno a Vincent Gallo.

Y es que el cine de corte independiente hace tiempo que había asimilado ya que podía mostrar en pantalla prácticamente lo que quisiera en relación al sexo, aunque siga habiendo polémicas puntuales como lo sucedido en el caso de 'A Serbian Film' ('Srpski film', Srdjan Spasojevic, 2010). Por el contrario, en Hollywood se han ido perdiendo libertades con el paso del tiempo y ya hasta un simple cartel puede ser objeto de polémica por mostrar más de la cuenta, siendo algunos canales televisivos de cable el único refugio de libertad para ello, aunque luego no faltan las quejas al respecto.

Si 'Brokeback Mountain' terminó de normalizar la homosexualidad en el cine, 'La vida de Adele' ('La vie d'Adèle', Abdellatif Kechiche, 2013) ha sido la cinta que ha demostrado que puede incidirse en ella sin renunciar a enseñar todo lo que haga falta para retratar lo que supone un encuentro sexual entre dos lesbianas, algo muy comentado en el momento de su estreno. También lo fue 'Nymphomaniac' (2013), que volvió a saltar a primera plana con su aún más explícito montaje del director.

Ha sido un camino largo y con multitud de obstáculos, pero dejando de lado la doble moral de Hollywood -violencia casi toda la que quieras, pero sexo y desnudos mejor que no haya-, han sido muchos los avances en esta materia, pero seguro que no dejarán de sorprendernos en el futuro, que por ejemplo ya se ha prohibido el estreno de 'Cincuenta sombras de Grey' en Malasia, y seguro que sólo es el primero de muchos países que opta por esa "solución" contra el sexo en el cine.

PD: Aquellos interesados en acceder a la infografía en su totalidad no tienen más que entrar aquí.

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