La final de 'Pekín Express' de este año ya no ha dado el campanazo como ocurrió en la edición anterior. Un 10,9% del share está más que bien pero baja cinco puntos respecto a la final anterior. El principal problema, desde mi punto de vista, es que lo han tenido muy difícil para hacer promos en condiciones. El triunfo de Carmela y Antonio no podía anticiparse, ni siquiera insinuarse, porque eso habría terminado con el suspense. Quizá una final a tres, con los Juanes en discordia, habría contentado más a la audiencia. Ese es uno de los problemas de que sea un reality grabado, que cuando se va de madre no hay manera de dar marcha atrás.
A lo largo del concurso han ido cayendo de la carrera las parejas más conflictivas. Un punto de inflexión fue la marcha de las insoportables madre e hija, que aunque podían poner de los nervios congregaban a los que querían verlas ganar y a los que querían verlas perder. En la final dos parejas bien avenidas y aunque esto es lo que toca en un reality blanco, no queda más remedio que pensar qué datos habrían obtenido si hubiese habido más chicha. Tampoco me creo que haya sido bien visto por el programa esto de "todos amigos" porque cuando pudieron bien que explotaron el asunto del tortazo.
Pese a todo el concurso está renovado y ya buscan nuevas parejas para la siguiente edición. Es de esperar que intenten innovar en el casting porque con los clones de esta edición, con parejas casi calcadas a las anteriores, han pinchado. Tampoco sabemos si Raquel Sánchez Silva repetirá pero, pese a que no es santo de mi devoción, sí que tengo que decir que ha terminado gustándome más que Paula Vázquez por su sobriedad aunque en los momentos clave le ha faltado entusiasmo, como le ha faltado entusiasmo a la edición completa del programa. Creo que coronar a los ganadores a falta de que llegase uno de los miembros de la otra pareja resta mucho dramatismo a las imágenes finales, y ésta es sólo una de las pegas.
Respecto a los ganadores poco que objetar. Carmela se merecía el triunfo pero Antonio no porque ha sido un quejica. Los policías eran mejores en todas las pruebas pero la suerte es un factor clave en un reality de este tipo y no debe de menospreciarse ese factor como determinante. Ahí están los sobres, que a veces salen verdes y a veces salen rojos. También hay concursantes que abandonan y entonces se repesca a los que acababan de perder. En general, en 'Pekín Express' faltan resortes de credibilidad que contribuyen a la pérdida de fuelle del concurso.
Para la próxima edición Cuatro tiene un reto: cambiarlo todo para que todo siga igual. Que 'Pekín Express' gusta es indiscutible pero van a tener que ser capaces de ofrecer más matices si quieren que la gente se enganche como lo hizo en la primera edición, cuando todo era nuevo. No les envidio la tarea porque una producción de estas características, tan difícil de hacer, puede morir en la mesa de edición si no juegan bien sus bazas desde el principio.
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