'X-Men: Días del futuro pasado', intensa revisión del universo mutante

'X-Men: Días del futuro pasado', intensa revisión del universo mutante
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La Patrulla X ha sido durante muchos tiempo uno de los grandes puntales de Marvel, por lo que no fue ninguna sorpresa cuando Fox se hizo con los derechos cinematográficos de los personajes. Catorce años han pasado desde el estreno de la notable 'X-Men' (Bryan Singer, 2000) y la franquicia, que tuvo que reiniciarse tras el estreno de la muy olvidable 'X-Men Orígenes: Lobezno' ('X-Men Origins: Wolverine', Gavin Hood, 2009), está más viva que nunca.

Algo que siempre me ha llamado la atención de las aventuras en la gran pantalla de los mutantes es que ninguna de ellas ha conseguido jamás destacar en exceso en términos de recaudación. Eso hizo que los 200 millones invertidos en 'X-Men: Días del futuro pasado' (X-Men: Days of Future Past', Bryan Singer, 2014) me pillasen por sorpresa, pero la confianza del estudio en ella era total y no era para menos, pues ya ha recaudado más de 500 millones de dólares en todo el mundo. Hoy se estrena en España siendo ya la más taquillera de la franquicia, pero no es la mejor.

Una de las claves para entender 'X-Men: Días del futuro pasado' está en el hecho de que fue iniciada por Matthew Vaughn, el responsable de la estimable 'X-Men: Primera generación' ('X-Men: First Class', 2011), pero acabó abandonando el proyecto y siendo sustituido por Bryan Singer, el responsable de las dos primeras entregas de la saga. Esto es algo que se deja notar de forma considerable en el resultado final, ya que hay varios momentos en los que da la sensación de que estamos viendo dos películas en claro conflicto entre ellas.

'X-Men: Días del futuro pasado', dos en uno

James McAvoy y Patrick Stewart en

No tengo problemas en reconocer que 'X-Men' y 'X-Men 2' (2002) son mis dos películas favoritas de la saga mutante, pero eso no quiere decir que me muriera de alegría cuando se anunció el regreso de Singer. ¿El motivo? Pues ante todo que hace tiempo que su cine me da la impresión de haber perdido la fuerza y que está intentando enmascararlo con una intensidad dramática que simplemente necesita algo en lo que apoyarse para que realmente funcione a favor de cualquier tipo de relato.

Algo de eso hay en 'X-Men: Días del futuro pasado', sobre todo en un tramo final sobrecargado de situaciones extremas para intentar mantener nuestra atención, pero esa otra película de la que hablaba más atrás se convierte en un inesperado aliado para que esa densidad fatua no se adueñe de la función. La introducción de Mercurio es posiblemente el mayor acierto para aligerar la situación, pero también para crear una impresionante escena -la mejor de la película junto a su potente prólogo- con la que se nos recuerda que puede ser algo más que un muy efectivo alivio cómico.

Este hecho gana presencia durante varios minutos, empezando por la divertida llegada al pasado de Lobezno, siguiendo por la llegada a la antigua escuela de Charles Xavier y llegando casi a su final con la liberación de Magneto. Todo ello sin olvidar nunca la grave amenaza que se cierne sobre ellos y que obliga a 'X-Men: Días del futuro pasado' a que ambas líneas temporales confluyan de una forma u otra. Es ahí donde Simon Kinberg en el guión y Singer en la dirección no dan con la tecla adecuada y parecen confiarlo todo a la efectividad aislada de ciertas escenas en lugar de a construir un todo plenamente satisfactorio.

Luces y sombras

Hugh Jackman y James McAvoy

Estaba claro que Lobezno iba a adquirir un protagonismo del que carece en el cómic que toma como base, pues si algo ha quedado claro hasta ahora ha sido que el personaje que Hugh Jackman ha convertido en suyo -va a doler mucho cuando llegue el inevitable momento en el que sea sustituido por otro actor-. ¿Y sabéis qué? Me encanta que lo haya hecho, ya que además de servir como punto de equilibrio entre ambas generaciones, añade su carisma y saber estar habitual; y todo ello sin acaparar más protagonismo del necesario en el tramo final.

Por lo demás, no voy a descubriros nada sobre el reparto, ya que todos ellos se amoldan con eficacia a las necesidades de tono impuestas por Singer y hasta los que cuya aparición únicamente puede calificarse como su simple cameo tienen su oportunidad para brillar. Sin embargo, son Michael Fassbender y James McAvoy los que soportan un mayor peso dramático y hasta consiguen que su cometido parezca una misión sencilla. Entre el resto de novedades, buena adición la de Peter Dinklage, pero a cambio Omar Sy pasa muy desapercibido.

Michael Fassbender y Jennifer Lawrence

El regreso a la saga de John Ottman se entiende al recordar sus múltiples colaboraciones con Singer, por lo que no tengo claro hasta qué punto es culpa suya o de Singer la completa falta de garra del montaje paralelo utilizado durante el trama final para mostrarnos a los mutantes enfrentándose a su particular hora de la verdad. Cierto es que los actores hacen todo lo que está en su mano para que ese tono trascendental esté justificado, pero la película falla al establecer un vínculo dramático entre ambas realidades.

Tampoco es que esté muy satisfecho con la banda sonora compuesta por Ottman, pero eso es algo con lo que ya contaba de antemano y que nunca llega a hacerse molesto. Tampoco lo es que Singer quiera que la historia se imponga a los impecables efectos visuales, aunque su forma de revisar la mitología mutante para dejarla a su gusto ignorando todo lo demás sí sea mucho más discutible. Con todo, los fallidos excesos del final no se cargan el entretenimiento disfrutado hasta entonces y hay suficientes atractivos para compensar sus evidentes problemas.

En definitiva, 'X-Men: Días del futuro pasado' es un buen entretenimiento que no tiene la necesaria solidez para ser una película bastante mejor de lo que acaba siendo. Quizá sea cosa mía -las críticas están siendo mucho más favorables de lo que esperaba-, pero durante un tramo importante de película no pude dejar de pensar que Singer quería que la apariencia de intensidad hiciera todo el trabajo en lugar de añadir el vigor necesario para dejarnos al borde de nuestra butaca por lo tensos que estamos.

Otra crítica en Blogdecine: 'X-Men: días del futuro pasado', y llegó el orden

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