'United 93', volando hacia lo más alto

'United 93', volando hacia lo más alto
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IMPRESIONANTE. Esa es la palabra que valdría perfectamente para definir 'United 93', primer film que nos llega sobre los famosos atentados del 11 de Septiembre del 2001. Y es que próximamente nos van a llegar una serie de películas que recogen directa o indirectamente la tragedia de aquellos días. Algo polémico en principio, ya que no todo el mundo está preparado para ver este tipo de films. Recordemos la polémica que se montó en algunos cines por la emisión del trailer de esta película. Yo comprendo perfectamente que los familiares más directos de las víctimas de los atentados tengan reparos para presenciar algo tan escalofriantemente realista como lo que nos cuenta Paul Greengrass (firmante de las entrenidísimas 'Bloody Sunday' y 'El Mito de Bourne') en su obra, y nadie debe criticar esa decisión. Por otro lado, es polémico, porque será muy difícil no posicionarse políticamente en alguno de esos films y eso es un problema porque enseguida saldrán los alborotadores montándola, y rechazando los films porque si son patrióticos, o que se lo merecían (sí, sí, he oído a gente llegar a decir que los norteamericanos se merecían ese ataque). No pienso entrar a debatir las posibles connotaciones políticas de la película, y digo posibles, porque únicamente será el espectador el que quiera ver cosas donde no las hay. Ya que a ese respecto, el film goza y puede presumir de no posicionarse, algo verdaderamente difícil de hacer, algo que le honra y que por supuesto lo hace grande. Y sus virtudes son otras muchas.

¿Necesito contar el argumento del film? Una fatídica mañana de septiembre un vuelo comercial de los Estados Unidos es secuestrado por terroristas islámicos que amenazan con hacer estallar una bomba. Los pasajeros aterrorizados son agrupados todos en la parte trasera del avión. Al mismo tiempo, otros dos aviones chocan, con pocos minutos de diferencia, contra las dos torres del World Trade Center provocando un auténtico caos. Nadie sabe qué está pasando.

Greengrass rueda con un evidente tono documental enormemente realista, algo parecido a lo que Michael Winterbottom hizo en 'Camino a Guantánamo', por poner un ejemplo reciente. Pero no nos equivoquemos, el film de Greengrass es puramente cinematográfico, creando secuencias impecables de principio a fin técnicamente hablando.

La película tiene dos partes bien diferenciadas. Por un lado, vemos todo lo que ocurre en una torre de control, tanto que casi sabemos a la perfección cómo funcionan. En acciones paralelas vemos a todos los pasajeros del United 93 tomando su vuelo, incluídos los terroristas, con los que da comienzo la película en una secuencia impecable de montaje en la que están rezando, acompañada por la música de un inspirado John Powell. decir al respecto que la música sólo hace acto de presencia en determinados y contados momentos, lo cual hace que el realismo sea aún mayor.

Toda esta primera parte que dura unos 50 minutos más o menos da paso al plato fuerte del film: lo que realmente ocurre a bordo del avión secuestrado. Y aquí es donde la película se vuleve grande, ya que el espectador sabe perfectamente cómo acabó ese vuelo, y aún así es imposible despegar la mirada de la pantalla debido a la fuerza con la que el director nos narra todos los acontecimientos. Con un montaje vertiginoso y unas interpretaciones más que correctas de actores totalmente desconcidos asistimos a un auténtico drama donde no hay tiempo para reflexiones, sólo para hechos. Unos hechos de los que casi somos parte activa, ya que tenemos la sensación de estar a bordo de ese avión, acompañando a personas que todos los días podemos encontrarnos cuando cogemos el ascensor, un autobús o vamos al cine. Eso incrementa la fuerza del film, ya que a quien vemos podría ser tranquilamente nuestro vecino. El hecho de no poner a ninguna gran estrella en el reparto le hace ganar puntos. Y no digo con esto que con un actor famoso la película pudiera ser mala, pero no iría acorde con su aspecto de documental.

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No calificaría al film como una obra maestra, no lo necesita. Quizá la parte donde vemos todo el funcionamiento de los operarios de las torres de control esté un pelín alargada, aunque también nos va metiendo en situación y es capaz de transmitirnos ese estado de nerviosismo que sintieron esas personas en los momentos previos y posteriores a los ataques terroristas. Luego la película no deja títere con cabeza y nos lleva directos a algunos de los momentos más emotivos (y nunca sensibleros) del reciente cine. Sólo decir que los últimos 5 o 6 minutos son magistrales. Acompañamos a los protagonistas (pasajeros del avión) en su desesperado intento por hacerse con el control mientras otros se despiden de sus familiares por sus teléfonos móviles, conscientes de que va a ocurrir lo que todos ya sabemos que ocurrió. Sin embargo, Greengrass es capaz de transmitirnos la sensación de que pueden conseguirlo, de que pueden poner fin a un acto repugnante por parte de fanáticos, de que saldrán victoriosos y lo hace sin promulgar ningún absurdo mensaje sobre el patriotismo a través de la típica imagen de héroe de Hollywood. Son personas normales y corrientes que toman una decisión de consecuencias dramáticas. En el último segundo cuando el film termina, lloramos de dolor, rabia e impotencia, y lloramos por ellos. Y no hemos necesitado ser manipulados descaradamente. Bravo, Greengrass.

Una película magnífica, soberbia, que desde luego dará qué hablar. Tal vez muchos digan que uno de los terroristas está demasiado humanizado, ya que duda en todo momento de llevar a cabo su misión. Probablemente sea una licencia que se ha tomado Greengrass, pero si se argumenta eso, también habría que argumentarlo para todos los demás aspectos del film. A mí me parece una decisión muy acertada, cinematográficamente hablando. Y quién sabe, tal vez fue eso lo que le impidó al United 93 llegar a su destino. Pero nunca lo sabremos.

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