‘Un monstruo viene a verme’, un bonito cuento triste

‘Un monstruo viene a verme’, un bonito cuento triste

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‘Un monstruo viene a verme’, un bonito cuento triste

Cuatro años después de reventar las taquillas con ‘Lo imposible’ ('The Impossible'), Juan Antonio Bayona regresa con una adaptación de 'Un monstruo viene a verme' ('A Monster Calls'), otra espectacular propuesta con estrellas internacionales que, en el fondo, es un drama íntimo y familiar. De momento, ha logrado el mejor estreno español de 2016.

La película ha salido bonita”, afirmaba el director en una de las entrevistas que ha concedido para promocionar el estreno. Desde luego, es bonita, yo diría que demasiado bonita. Demasiado agradable. Y para compensarlo, Bayona presiona en los tramos tristes, buscando arrancar lágrimas. No llega al nivel de "porno-drama" de 'Lo imposible', menos mal, y sus momentos inspirados y mágicos, de puro cine, son los que acabas llevándote a casa.

Historias y verdades, madres e hijos

Escrita por Patrick Ness (autor también de la novela), la película se centra en Conor O'Malley, un adolescente que intenta lidiar con unas circunstancias terribles; su madre está enferma de cáncer, su padre se fue a otro país para crear otra familia, y en el colegio es maltratado por otro chico más fuerte. Cada día, todo este sufrimiento, dolor e impotencia. Y por las noches no descansa debido a una recurrente pesadilla...

Se refugia en su imaginación. De su madre ha heredado la pasión por el dibujo y la pintura, entregándose a ello con ahínco para crear un monstruo a partir de un viejo y enorme árbol que divisa desde la ventana de su habitación. Una noche, la fantástica criatura se hace realidad (al menos, para Conor y el público). Su objetivo es ayudar al niño a través de cuatro historias; Conor debe contar la última, que además, será la verdad. Una que ha estado negando.

El monstruo creado por Conor

'Un monstruo viene a verme' me recuerda a 'Un cuento de navidad' de Dickens, cambiando los fantasmas por la criatura del árbol. El protagonista realiza un viaje de aprendizaje para tomar conciencia de su verdad, del sentimiento de culpa que le estaba amargando... después de tres historias. Con este "cuento de otoño", Ness y Bayona recalcan que las historias sirven de entretenimiento y evasión pero también pueden ayudarnos a entender nuestra realidad.

No encuentro acertada la introducción del monstruo; además de incidir mucho en el dibujo, no se corresponde la espectacularidad y el miedo que pretende despertar con la reacción del chico, aparentemente consciente desde el principio que todo es un sueño, producto de su imaginación, y por tanto, inofensivo. En todo caso, la criatura llega cumplir su función, cautiva, en gran parte por la voz de Liam Neeson (responsable también de los movimientos, decisión que no termino de entender).

Como en sus dos anteriores trabajos, Bayona se centra en la relación entre una madre y su(s) hijo(s). Algo que a casi todos nos llega al corazón, pues es un vínculo único y poderoso, aun con los fuertes altibajos que pueden darse con el tiempo. Sigourney Weaver, Felicity Jones y Lewis MacDougall dan vida a los tres personajes de esta relación; ellas están algo sobreactuadas aunque cumplen, mientras el chico realiza una interpretación extraordinaria. Su personaje vive, ríe y llora frente a nosotros con una autenticidad desarmante. Sólo por él merece la pena ver la película.

[Hay un momento que quiero destacar sin destripar nada, pues ocurre al final. Va dirigido a quienes lo han visto, no necesito concretar, pero lo saco un poco del texto, por si acaso. Ocurre en el clímax, con la emoción a flor de piel; creo que Bayona se equivocó con el montaje, alternando plano general y primeros planos, en lugar de centrarse en Conor, que sostiene la escena. Con el actor dándolo todo. Pienso que el director arruinó una escena maravillosa.]

'Un monstruo viene a verme', MacDougall salva a Bayona

Opinaba Ben Affleck recientemente, para defender 'Batman v Superman', que el tono es algo subjetivo, depende de cada espectador; por el contrario, Dario Argento afirmaba que 'Suspiria' tiene un tono específico, imposible de cambiar. Todos experimentamos la película a nuestra manera, pero estoy más de acuerdo con Argento: cada historia pide un tono. A menos, claro, que la intención sea sorprender al público con un enfoque original de un relato conocido (como cambiar el estilo de una canción). No es éste el caso.

Con la ayuda de Oscar Faura (fotografía) y Fernando Velázquez (música), entre otros, Bayona ha creado una película tan hermosa, tan deliciosa, que choca con el crudo drama que pretende plasmar. Quiza es algo personal; mi experiencia fue que no llegué a sentir del todo la dolorosa verdad de los personajes porque me distraía la belleza de las imágenes. Lo cierto es que disfruté gran parte de la película, emociona, y la recomiendo, si bien siento que podría haber sido una auténtica joya, y no llega. Por muy poco.

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