‘Prisioneros’ (Prisoners) y ‘Enemy’ me convencieron de que no me podía perder ninguna película que estrenase en el futuro Denis Villeneuve, ya que es cierto que ninguna de las dos llega a ser una obra redonda, pero sí que son títulos muy estimulantes en las que el trabajo de su director vital para lograrlo. Por ello, ‘Sicario’ se convirtió en uno de los títulos que tenía marcado en rojo en mi agenda en cuanto se confirmó que él iba a ocuparse de la puesta en escena.
El realizador canadiense vuelve a apostar por el thriller, pero vuelve a mostrar su talento al dejar de lado el agobiante pesimismo de ‘Prisioneros’ y los matices casi sobrenaturales de ‘Enemy’ para apostar por un realismo sucio y turbio clave junto al trabajo de su trío protagonista para convertir a ‘Sicario’ en un thriller de primera y en una de las mejores películas de 2015 por mucho que todo lo que nos cuente nos sepa a ya visto en no pocas ocasiones.
’Sicario’, una gran película
La labor como director de fotografía de Roger Deakins nunca será lo suficientemente reconocida por parte de los espectadores, y en esta ocasión, al igual que ya sucedía en la notable ‘Prisioneros’, resulta esencial para entender mejor lo que Villeneuve busca conseguir con ‘Sicario’ creando una especie de enorme ciudad sin ley en la que esa sensación de amenaza constante se percibe incluso en los momentos de calma y, obviamente, se eleva cuando hay un peligro real –modélica la escena en las cercanías de la aduana entre México y Estados Unidos-.
Ese clima turbio que sobrevuela en todo momento no se pelea con una atípica belleza estética por parte de Villeneuve que ayuda a que instantes ya de por sí muy poderosos como el descubrimiento de varios cadáveres durante los primeros compases de ‘Sicario’ o la persecución y tiroteo dentro de un túnel adquieran una fuerza especial que incluso llega a resultar hipnótica de una forma un tanto retorcida. Además, demuestra un dominio inusual de la tensión, logrando que nos metamos de lleno en las escenas de acción y que siempre estemos atentos e interesados hacia lo que sucede, incluso cuando son simples diálogos en los que en alguna ocasión –pocas, eso sí- quizá se peque de ser demasiado directo y expositivo.
Esa última pega se compensa con creces gracias al gran trabajo tanto de Emily Blunt como de Benicio Del Toro y Josh Brolin, aunque justo es reconocer que es ella la que realmente sostiene el peso dramático de ‘Sicario’ y que su interpretación resulta impecable para conseguir una mayor implicación del espectador, pues vamos descubriendo la triste realidad al mismo tiempo que Kate y eso ayuda a la actriz para no tener que ser nunca demasiado evidente en sus reacciones ante el submundo en el que se mete sin tener muy claro cuál es exactamente el motivo de estar allí.
Por su parte, Del Toro juega muy bien con el misterio alrededor de Alejandro –aunque no sé si realmente quiero una secuela centrada en él que se cargue eso por completo- y uno tiene claro en todo momento lo letal que puede ser por mucho que aparente una tranquilidad casi distante, mientras que Brolin es un malnacido engatusador de lo más convincente. El resto cumplen también con nota, pero uno sabe que no son más que complementos necesarios, lo cual únicamente afecta un poco a Daniel Kaluuya, pues en todo momento queda eclipsado por Blunt y la práctica totalidad de sus escenas con compartidas con ellas.
Una única debilidad
Lo único que resta algo de fuerza a ‘Sicario’ es que la amenaza de los cárteles y los horrores relacionados con la droga son temas que el cine en general y Hollywood en particular ya han abordado en tantas ocasiones que incluso las escenas más impactantes no llegan a serlo tanto como me hubiera gustado –aquí la relación ya mencionada que es establece entre Deakins y Villeneuve es ejemplar y además encuentran un aliado de lujo en la muy acertada y efectiva banda sonora de Jóhann Johannsson-.
Aquí no me gustaría echar tanto la culpa al guión del debutante Taylor Sheridan, hasta ahora conocido por su aparición como actor en más de una veintena de episodios de ‘Sons of Anarchy’, como al hecho de que el séptimo arte ha conseguido que no pocas cosas nos impacten mucho menos a fuerza de la repetición, ya sea porque saben que eso eleva la intensidad dramática o porque realmente sea algo necesario en lo que se nos está contando.
De hecho, me creo que, pese a algunos detalles relacionados con la construcción de la protagonista –es cierto que está algo perdida, pero hay cosas aquí y allá que ponen en duda lo que sí nos transmite Blunt a través de su actuación-, es todo bastante realista y me creo sin problema que todo funcione más o menos así, pero no puedo evitar cierta sensación de repetición que no impide que sea una muy buena película, pero sí la aleja de ser tan excelente como sí es en varias facetas.
En definitiva, ‘Sicario’ es un thriller de primera categoría gracias principalmente a la excelente sintonía entre puesta en escena, dirección de fotografía, banda sonora y trabajo de su trío protagonista. El guión está un poco por debajo, pero su mayor debilidad es una limitación hasta cierto punto inevitable al carecer de mayor capacidad de impacto en lo que cuenta, lo cual resta fuerza a la película en general y a algunas escenas en particular. Con todo, es muy superior al otro gran pero algo decepcionante thriller de acción -más lo segundo que lo primero, eso sí- que hay actualmente en los cines y sigue siendo una de las mejores películas de lo que llevamos de año, así que espero que no os la perdáis.
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