La primera temporada de ‘Sex Education’ fue toda una revelación. En ella podíamos disfrutar de una serie fresca sin miedo a tratar temas que en otras series ni siquiera se mencionarían y ademas con buenos personajes de los que realmente querías conocer su historia. La duda estaba en si sus responsables serían capaces de confirmar que no fue una casualidad, ya que no son pocas las series que bajan considerablemente de nivel en sus segundas temporadas.
Hoy salimos de dudas con la llegada a Netflix de la temporada 2 de ‘Sex Education’, la cual ya ha he tenido la oportunidad de ver completa. La conclusión general a la que he llegado es que se ha confirmado como una de las mejores series de la plataforma, potenciando sus puntos fuertes y permitiendo una evolución lógica en las tramas en lugar de limitarse a dar vueltas sobre las mismas ideas.
Fiel a sí misma
La primera temporada concluía con Otis siendo capaz de superar el trauma que le había impedido disfrutar de su sexualidad durante muchos años, pero eso no quiere decir que ahora todo vaya a ser un camino de rosas. Sigue siendo virgen y con un personalidad un tanto peculiar, ya que es capaz de dar buenos consejos a otras personas pero al mismo tiempo no termina de saber cómo actuar él mismo.
Esta segunda temporada está orientada a descubrir quién es realmente él en lugar de quién aparenta ser por creer que es lo más adecuado. Todo el arco de su personaje va en esa dirección y Freddie Highmore Asa Butterfield vuelve a bordarlo, tanto cuando le toca ser un nerd entrañable como cuando era el tiro y actúa como un gilipollas integral. A fin de cuentas no deja de ser un adolescente y durante esa etapa todos fuimos un poco idiotas en algún momento.
Curiosamente es el propio Otis el que menos se ve afectado por la llegada de nuevos personajes con cierto peso en la historia, ya que Rahim (Sami Outalbali) se convierte en el nuevo interés romántico de Eric, Viv (Chinenye Ezeuduson) es la nueva tutora de Jackson, mientras que Isaac (George Robinson) es un joven en silla de ruedas vecino de Maeve.
No dejan de ser adiciones para ampliar el universo de la serie en lugar de supeditarlo todo a la historia de Otis. Y es que es verdad que la serie no arriesga demasiado en esta segunda temporada, pero sí es consciente de que ofrecer una visión más coral de la historia ayuda a que la sensación de desgaste nunca haga acto de presencia. De hecho, no se tarda en alterar ciertas dinámicas que seguro que todos contábamos con que diesen más de sí, consiguiendo de esta forma que la frescura de sus inicios no se desvanezca.
Más variada
Eso no quita que el papel de Otis como consejero siga teniendo un peso notable, tardando bien poco en aparecer una amenaza que podría poner su existencia patas arriba una vez mas. Además, en su propia casa tampoco lo va a tener nada fácil por el hecho de iniciar una relación con Ola cuando su madre inicia al mismo tiempo otra con Jakob. Que puede que Otis haya dejado atrás su trauma sexual, pero su madre va a seguir provocándole múltiples incomodidades.
Más allá de eso, se sigue prefiriendo dotar a la sexualidad de un componente cómico, pero la serie sabe cuándo es necesario ponerse algo más seria, en especial con la subtrama que afecta a Aimee. El personaje interpretado por Aimee Lou Wood ya evolucionaba de forma clara en la primera temporada, pero en la segunda es quien camina por una línea más fina que podría haber desequilibrado la serie pero sale airosa del reto.
Otro gran acierto de la segunda temporada es ofrecer una visión mas variada de la sexualidad. Siguen faltando temas a tratar -tampoco era plan de forzar para meterlo todo en apenas ocho episodios-, pero sí que se ofrece un dibujo mucho más amplio que potencia la faceta mas divulgativa de la serie. Y es que en ‘Sex Education’ se dan consejos a otros personajes, pero al mismo tiempo se abordan temas que muchos espectadores seguramente no conozcan.
Por último me gustaría destacar que también se añaden ciertos elementos en algunos tramas para darle una pizca de culebrón a algunas relaciones. No es algo exagerado en ningún caso y se siente como una prolongación convincente de lo que hemos visto, pero espero que sea algo que se sepa medir igual de bien en caso de que haya una tercera temporada, porque el final de la segunda exige una continuación.
En resumidas cuentas
Ha sido un place reencontrarme con ‘Sex Education’, pues la pérdida del factor sorpresa no ha provocado que pierda esa frescura con la que nos conquistó en la primera temporada. Además, ha diversificado aún más su propuesta, sus personajes siguen siendo bien identificables y las tramas siguen enganchando sin la necesidad de hacer nada raro con ellas.
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